Por Tania Kymmenen
Desde Parma nos llega el tercer álbum de larga duración de CARONTE, «Yoni», es el trabajo más mágico que la banda ha escrito «Su música es más directa y sus letras son más herméticas «, cita la banda. «Es el cierre de nuestra primer ciclo de actividad desde que nacimos, precisamente hace 7 años». Hay 7 pistas que duran poco menos de 50 minutos en el álbum y con este disco, la primera trilogía dedicada a Thelema y al chamanismo tradicional será completada.
Lo primero que llama la atención de esta LP y lo que más lo diferencia de sus anteriores obras es que sus canciones aquí son más directas, pero siempre jugando con el tempo y el estado de ánimo, Una fórmula que se alimenta de una enorme oscuridad y densidad, un ambiente cargado de aroma ritualista y una distorsión tan gruesa que parece que se pueda tocar, todo ello con el enorme protagonismo de la contundente base rítmica.
Un ejemplo de esto lo encontramos en ‘Abraxas’ desarrolla un verdadero torbellino, empezamos con una base rítmica de percusión que se asienta sobre un riff de blues pesado, para a continuación, aparecer la parte vocal, que nos transmite un trance místico. Otro ejemplo es “Ecstasy Of Hecate” es un corte más rockero. Es de esas canciones más directas, pero siempre con espacio para esas partes instrumentales ritualistas que inducen al trance, muy chamánicas. O en ‘Promethean Cult’ que nos trae los tonos de las flautas de los nativos americanos, para al mismo tiempo, sentir la tristeza y la desolación tan características del Doom. La baja sintonía deja claro que el éxito de la canción no necesita mucho más que la repetición constante y la variación de buenos riffs.
CARONTE con “YONI” han creado un álbum que parece sacado de distintos rituales, lo cual da una intensidad a toda la obra en conjunto. Sin darnos cuenta, hemos pasado a lo largo de su disco, de ser meros espectadores, a los portadores de la daga en su siniestro ritual.
Nota - 8
8
Nota
CARONTE con “YONI” han creado un álbum que parece sacado de distintos rituales, lo cual da una intensidad a toda la obra en conjunto. Sin darnos cuenta, hemos pasado a lo largo de su disco, de ser meros espectadores, a los portadores de la daga en su siniestro ritual.
