Por Santi Gzlez
El efecto sorpresa que hubiera sido el enfrentarme a esta banda sin haber escuchado nada de ellos y sin conocerlos habría hecho humedecer mis ojos ante semejante obra. Sabiendo como se las gastan estos iraníes, gracias a su anterior EP, y leyendo alguna reseña por la red, uno siempre tiene dudas sobre si esa realidad que se expone será acorde a los gustos de uno mismo. Más aún cuando gente que conoce mis gustos me los había recomendado con ahínco. Ninguno de los dos se equivocaba puesto que «The Act of Eye» es una obra que me ha llegado, calado, emocionado y causado admiración.
Se nos presentan con una portada que ya impresiona por su calidad, profundidad, oscuridad y lo expresivo de sus irreconocibles formas. Puedes quedarte mirándola, sin problema, la hora que dura este trabajo.
El sonido es quizás más oscuro de lo que un trabajo así habría necesitado, pero esto es solamente una percepción personal, sobre gustos y casi frikismo de melómano no solo de la música, sino también del sonido. Es orgánico, suave y efectivo en gain de guitarras para poder escuchar todas las líneas con la nitidez que está obra necesita. Perfectamente equilibrado y sin exceso por ningún lado, ni de compresiones ni sobreproducción. Vamos, lo que un trabajo así necesita, pese a que yo le habría dado más brillo al sonido final.
Nos encontramos un trabajo dividido en ocho actos, los cuales rondan los siete, ocho y nueve minutos de duración, aunque también nos apabullan con un tema de doce minutos. Ojo al metraje porque para nada se hacen los temas largos, ni el trabajo completo, porque la variedad esta servida. Aún así es una variedad homogénea. Con este quiero decir que una vez que captas el sonido y la forma de AZOOMA, ya sabes por donde van y reconoces su firma, haciendo que el trabajo no desvaríe en artilugios innecesarios, pese a su completísimo abanico de arreglos.
Para estos cuatro iraníes la palabra progresivo debe tratarse con mayúsculas, porque además siempre está enfocada desde el metal y más concretamente y casi siempre desde el metal extremo. Y es que esto que estoy escuchando es eso, progresivo. Pero ya no por su necesidad de onanismo técnico instrumental, que no lo hay más que en contadas ocasiones, sino por lo perfecto de sus estructuras, intrincadas pero livianas y con la fuerza del death metal, haciendo así que no te duermas en colchones de absurdas armonías, sino que descanses en perfectos lechos de complejidad death metaleros de sábanas progresivas.
Pese a esto, no lo encuentro un trabajo difícil de digerir. Esta cargado de medios tiempos con riff largos, o larguísimo, de retorcidas vueltas de tuerca y retrocesos en una y otra dirección. Pero la cantidad de arreglos, voces limpias, growl, acústicas, ambientes extra musicales, órganos, teclados, armonías vocales, instrumentos de cuerda frotada y algún detalle más que se olvidará en el recuento, hace que las guitarras, que son sin duda el punto fuerte de este CD, pierdan en ocasiones este protagonismo en favor de una notable adquisición de detalles y mas detalles, que hacen cada uno más perfecta a esta obra. Y es que el equilibrio es perfecto, damas y caballeros, pudiendo gustar tanto a locos por el estilo de GORGUTS como a todos aquellos que despotrican sobre esa forma de entender el metal extremo y prefieren algo que no precise tantísimo esfuerzo del oído humano.
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