[CRÍTICAS] MIASMAL (SWE) «Tides of omniscience» CD 2016 (Century Media Records)
Por Daniel Ureña Cruz
Parece que el old school death metal sueco está en su etapa de renacimiento. A la importancia que representan bandas aún en activo como DISMEMBER, ENTOMBED A.D. y su nueva vertiente del Death and Roll o GRAVE, se une MIASMAL, una joven formación que ya nos brindó dos fantásticos trabajos de estudio con “Miasmal” (2011) y “Cursed Redeemer” (2014) y que vuelven a la carga con un tercer disco titulado “Tides of Omniscience” con el que han bajado ligeramente la calidad del listo de anteriores grabaciones pero que igualmente representa un duro cañonazo de death metal influenciado por la clásica escena. Son cuatro músicos y diez cortes contra el mundo.
Entre las canciones que contienen este nuevo trabajo encontramos “Perseverance”, que nada tiene de especial u original, sino que más bien se trata de un trallazo directo, de estilo sencillo y riffs death aunque de extraña tipología, acercándose en muchos momentos a un sonido moderno. Ello, acompañado de una distorsión asesina, en consonancia con la voz rasgada de Pontus, y una batería lineal aunque efectiva, hacen de este corte el ideal para lo que vamos a encontrar: puro y duro death metal sueco.
En la misma línea, aunque de sonido más dinámico y rápido, tenemos “Fear the New Flesh”, más cercano al death sueco de corte clásico. Un ritmo nuevamente sencillo que logra transmitir una enorme brutalidad y la capacidad de comunicar que con un buen puñado de riffs, sin florituras, es capaz de concebirse temas sobresalientes. “The Pilgrimage” vuelve a adoptar esta fórmula, aunque en esta ocasión los arreglos melódicos son más acusados, sobre todo a partir de la sección central del tema, donde incluso encontramos un solo de guitarra. El resto: doble pedal, baterías potentes, riffs pegadizos y sueltos y una voz de la ultratumba sueca que nada tiene que envidiar a la clásica escena del movimiento. Es destacable el tramo final, de carácter muy oscuro y potenciado por unos palm-mutes rompecuellos.
Con “Key to Eternity” damos un radical giro de sonido. Y es que nada más empezar los blast beats tan acusados ya vaticinan la dureza con que nos vamos a topar. Diversos cambios de ritmo, aunque nuevamente sencillos, ponen la guinda a uno de los mejores temas del plástico. En contraposición, con “Dark Waters” nos encontramos un inicio acústico al más puro estilo TESTAMENT, aunque pronto las distorsiones entran en escena de manera lenta y pausada, más atmosférico que directo. Ídem ocurre con “Axiom”.
En “Venomous Harvest” topamos con el tema más duro del largo, cargado de blast beats y velocidad, aunque a mitad del tema dicha rapidez desciende vertiginosamente, encontrándonos con un death sueco de carácter puramente old school para volver rápidamente a la velocidad que lo caracteriza. La progresiva escala de dureza que acompaña al corte hace que se convierta en el recurso ideal para el circle pit en directo.
“The Shifting of Stars” se acoge a la senda más clásica del death sueco, dando como resultado un tema simple pero efectivo, al igual que ocurre con “Earthbound”, salvando las distancias melódicas que este último tiene. “Deception” representa el sonido más clásico del álbum, con una base rítmica que bien podría considerarse Death and Roll al más puro estilo ENTOMBED A.D. Es más, gran parte del grueso del álbum está ampliamente influenciado por esta sublínea del death metal que ya ENTOMBED crearan y perpetuaran en el tiempo. Ello hace que el trabajo no suene fresco, sino más bien repetitivo. No obstante, los ramalazos old school que encontramos salvan una obra que bien podría haber sido mucho mejor. Ello, acompañado de elementos que poco o nada tienen que ver con el estilo (estructuras melódicas insertas en momentos inadecuados) hace que desconcierte la escucha de un disco aún así notable.
Para fans del old school, a secas.
