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CRYPTIC BROOD (DEU) “Brain eater” CD 2017 (Xtreem Music)

Por Alberto Zamora

Confieso que en ocasiones soy más simple que el mecanismo de un chupete; me basta con ver alguna calavera molona en la portada de un disco para que el mismo capte mi atención. En el caso de los alemanes CRYPTIC BROOD voy bien servido, ya que “Brain Eater” ofrece cráneos y mugre por doquier. Atención captada chicos.

En ocasiones una portada, sobre todo en el mundo del heavy, también sirve para saber de qué palo va a ir el grupo: si ves letras estilizadas, mujeres levitando y cielos azules, por ejemplo, es de manual que vas a encontrarte frente al enésimo grupo petardo de post-hardcore mezclado con bakalao. Con CRYPTIC BROOD me la jugué y acerté: pútrido death metal old school con cero concesiones a la comercialidad.

Se nota que los alemanes son un grupo pureta (no solo por la comentada portada ni por el logo): basta con oír los primeros guitarrazos agónicos de “A box full of bones” (fantástico título) para ver que lo suyo no va a ser la velocidad, sino los ritmos pesados en la escuela death metal asfixiante, aunque eso no quita que en ciertas partes le den a la matraca, como en “Slurping Reeking Smile”.

“Urban Coffin” empieza sonando a BLACK SABBATH, para animarse acto seguido con un riff bastante pegadizo y rítmico…para pararse de nuevo. Ya os digo, el grupo suena putrefacto y la putrefacción rápida, rápida, no es. Según se sucedan los temas descubrimos que esa es la dinámica del álbum, combinar eventuales concesiones a la velocidad con su gusto por el riff lento, mantenido y oscuro de la escuela SABBATH.

No busca el combo la calidad de sonido por encima de todo, ya que la misma es casi punk; mientras que las voces oscilan entre el desgarrado gritón y el gutural a lo Chris Barnes de SIX FEET UNDER, referencia clara en “Corrored Remains”. “Maggot infested flesh”, en honor a su título, no podría ser más asfixiante y los alemanes, conscientes del castigo al que nos han sometido, nos dejan desmelenarnos con “Ridden With Dementia”.

“Gorging Severed Pieces”, “Brain Eater” y “Until It Starts To Rot” son idénticas en intenciones y resultados a los seis temas precedentes y solo hace falta leer los títulos de todas las canciones para, a nada que sepáis algún del mundillo, saber cuáles son los referentes del grupo. Si queréis amenizar un viaje a la playa no es vuestro disco; si por el contrario queréis daros un garbeo por el barro, pegadle una escucha.

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