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Puntuación alta - recomendado

FLOGGIN MOLLY (USA) «Anthem»

Rise Records, 2022 

AUTOR: Cesar Luis Morales

Se conoce como diáspora a la dispersión de determinados grupos étnicos o religiosos que han abandonado su lugar de procedencia, su patria, y se encuentran repartidos por el mundo. Muchas veces este concepto se utiliza de manera genérica para referirse a la suerte del pueblo judío, pero podemos utilizarlo para cualquier otro grupo étnico. Judíos, sí, pero también armenios, chinos o españoles se han expandido por el mundo. Y allá dónde fueron los desplazados, intentaron recrear un trocito de su añorada patria en sus lugares de acogida. ¡Colorea y aprende con Teo!

Muchas, muchas son las personas desplazadas a lo largo del mundo. Unos, por la guerra; otros, por ideologías políticas o religiosas. Entre 1845 y 1849 se produjo lo que los irlandeses llaman An Gorta Mór, la Gran Hambruna que diezmó del orden del 25% de la población de Erín, la forma gaélica de denominar a la Isla Esmeralda. Así que la cosa estaba clara: o te marchabas o te morías de hambre. Se ve que los abuelos de las familias King, Regan, McCallum y demás no se resignaron a la maldita suerte de los pobres y emigraron hacia los States. Y el resto, como es habitual, es historia. Dave King es nieto de aquellos irlandeses y hace ya más de un par de décadas se puso manos a la obra con FLOGGING MOLLY. ¡Y ya sabéis lo que adoro a las bandas de este tipo! Me da igual que sean los RUMJACKS, los DROPKICK MURPHYS o THE POGUES, porque en cuanto escucho un par de notas, mi corazón se ensancha y siempre grito: Erin go bragh! Que soy medio gallego, coño, y galegos, astures, irlandeses o escoceses compartimos un acervo común. Pues aquí siguen los buenos irlandeses con su séptimo álbum de estudio, titulado, de manera simple y lacónica, “Anthem”.

“These times have got me drinking / Tripping up the stairs” abre en acústico y en sonido mono. Pero enseguida entra esa guitarra característica, la batería se lanza animada con una vibración acelerada y punk. Un solo sucio, melódico y simple, coros que doblan el estribillo, emotividad y festividad a partes iguales, entra el violín de Bridget Regan y todo es luz, todo es magia. Pienso en los años noventa, en la ciudad de Los Ángeles, la cuna del Glam, del Thrash, en toda aquella movida y de repente, estos niñatos (por entonces) deambulando por Sunset Blvd, medio punks, medio celtas y con dos gónadas y una pinta de Guinness plantándose allí, en aquella escena. ¿Hay o no hay para quererlos? “A song of liberty” es otro fiestón con todos los elementos anteriormente citados: el ritmo acelerado, la guitarra garajera, los coros, los violines… “Life begins and ends (but never fails)” me hace desear volver a Dublín y encontrarme en un pub rodeado de desconocidos, compartiendo pintas y el “gift of the gab” (esa charla en la que los irlandeses son maestros). Por un momento, desenchufamos las guitarras y nos mecemos al son de “No last goodbyes”, que dentro de la música celta también hay que rendir homenaje a gente como THE DUBLINERS. ¡Ay, que se me asoma una lagrimilla al ojo!

“The Croppy Boy ‘98” tiene un aire marcial y melancólico a la vez, ya sabéis, ¡la suerte de los irlandeses! Y es que este tema hace referencia a una leyenda irlandesa de finales del siglo XVIII sobre la desesperación de un joven rebelde capturado por un oficial británico. “This road of mine” vuelve a la senda eléctrica, con el consabido acompañamiento de violines melódicos, y unos coros que son un martillo pilón. Y venga juerga, alegría y jolgorio ante esta vida que es muy cabrona. Como se suele decir, al mal tiempo, buena cara o “(Try) Keep the man down”. Que fueron los irlandeses los que curraron de lunes a sábado sin parar, para por la tarde del sexto día irse a tomar sus correspondientes pintas. ¿Quién te crees que inventó el “Bruch” de los domingos para compensar los excesos de la noche anterior? “Now is the time” es 100% folkie, guitarras rasgueadas, mandolinas, y un mensaje claro: Sólo respira, amigo; tómate un segundo para relajarte; Y si no te veo mañana, pensaré hoy en ti; pero el ahora es la única razón para celebrar nuestro duelo; Todo lo que somos es ahora, ahora es el momento. Y siguen los FLOGGING MOLLY en estado de gracia con “Lead the way”, desafiantes, orgullosos, cómo ellos mismos dicen en la canción: hace falta algo más que pelotas para ser un hombre grande. Como aquellos niñatos que deambulaban por Sunset Blvd, medio punks, medio celtas. “These are the days” es épica, emocional, melancólica y reflexiva. Estos son los días, los días oscuros, estos, estos días en los que nos encontramos y aun así… aun así, cantamos. Cierran con “The Party Wave”, donde la aguardentosa y rasposa voz de Dave King baila con el violín de Bridget Regan, mientras la flauta les da la réplica.

A pesar del dolor que implique abandonar tu tierra, a pesar de del hambre, de las penurias, de la diáspora, piensa siempre que el hogar es dónde cuelgas la gorra y está en tu mano que así sea. No pidamos volver, a veces no se puede; a veces, hay que apretar los dientes y ponerle al mal tiempo buena cara, juntarte con tus compatriotas y disfrutarlo. Beber, cantar y añorar el terruño. Tal cual llevan haciéndolo FLOGGING MOLLY desde hace más de veinte años. ¡Craic agus ceol!

Puntuación

Nota - 9

9

Nota

No pidamos volver, a veces no se puede; a veces, hay que apretar los dientes y ponerle al mal tiempo buena cara, juntarte con tus compatriotas y disfrutarlo. Beber, cantar y añorar el terruño. Tal cual llevan haciéndolo FLOGGING MOLLY desde hace más de veinte años. ¡Craic agus ceol!

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