Por Juan Angel Martos
Si hablamos de post rock, la banda de Philadelphia, ROSETTA no puede faltar en nuestra discografía tras más de 13 años en la carretera y trabajando de forma independiente, nos traen su sexto trabajo “Utopioid”, grabado en los Studios G Brooklyn, producido y mezclado por Francisco Botero y masterizado por Carl Saff, donde sus nueve cortes nos transportan a otra dimensión y de los que hablaremos a continuación.
Desde los primeros compases de “Amnion” los sentimientos y emociones parecen flotar en un espacio exterior creado por las texturas de Eric Jernigan (guitarra, voces y teclados) y Matt Weed (guitarra, voces y teclados). Aunque es con “Intrapartum” con la que nos adentramos en una nebulosa cósmica y donde entran a participar el juego de voces que ROSETTA nos presenta, uniéndose al dúo Mike Armine (voces y electrónica), Dave Grossman (bajo y voces) y Bruce Mc Murtie Jr (batería, percusiones y voces). Un corte mágico y creciente donde las atmósferas etéreas vienen dadas por la electrónica y los juegos vocales, introduciendo coros y distorsión en su parte final, aportando una fuerza exterior extra que se mantiene con “Neophyte Visionary” y su comienzo agresivo y directo, transformándose en un corte donde los riffs y melodías de guitarra y percusión toman el mando y dirigen la estructura musical, un temazo.
“King Ivory Tower”, mantiene el pulso del álbum, con partes vocales rasgadas y agresivas, pero remarcadas por una música etérea y cósmica que va creando su propia espiral sin gravedad con una parte central repleta de detalles y que nos llevará hacia la preciosista “54543” un interludio instrumental que se funde con “Détente”, un corte contundente y etéreo, donde ROSETTA nos demuestra su potencial y sus melodías impregnadas de sensibilidades y toques de post rock progresivo. “Hypnagogic”, esta a otro nivel, mágica y etérea, un ente con vida propia que flota a lo largo de sus 9 minutos de duración en una atmosfera única, donde la voz y la sencillez musical toman el mando, para crear uno de mis temas favoritos del álbum. “Qohelet”, es continuista y se encuentra impregnada con una fuerte presencia del bajo que se superpone a una melodía en segundo plano hasta que a mediados del tema, una fuerte distorsión cargada de personalidad y oscurantismo se apodera de cada rincón musical, mágico y brutal. El cierre lo ponen con “Intramortem”, una tétrica melodía que nos acompaña hasta su disolución final en un largo acorde que se transforma en silencio.
ROSETTA como siempre no defraudaran a nadie en uno de sus discos más oscuros si cabe, donde intercambian melodías cósmicas con unas atmósferas cargadas de emociones y pasajes agresivos muy marcados. Un gran disco que no se puede dejar escapar.
Nota - 9
9
Nota
ROSETTA como siempre no defraudaran a nadie en uno de sus discos más oscuros si cabe, donde intercambian melodías cósmicas con unas atmósferas cargadas de emociones y pasajes agresivos muy marcados. Un gran disco que no se puede dejar escapar.
