El término IKIGAI no goza de una traducción literal o que pueda llamarse exacta, las referencias más acertadas, tal vez, se relacionen con “tener una razón por la cual vivir”; pero los expertos no terminan de conciliar la diferencia entre el motivo en sí como la esencia de una vida. Pues mientras ellos terminan de encontrar sus propias razones, yo te propongo una, y viene de la mano de los ABIOTIC, que tras 5 años regresan con algo tan elaborado a nivel conceptual como técnico, su brutal y melódico nuevo trabajo llamado, justamente, Ikigai. Con una apertura que nos pone en situación, lentamente van revelando sus intenciones, podría ponerme a tirar metáforas relacionadas con la cultura Samurai o el Bushido, pero las cavilaciones más bien oscuras de cada uno de los elementos del disco están más relacionadas con la cultura de horror ante la vida fundada por Akutagawa allá por 1900.
La fuerza de ABIOTIC está intacta, con un sonido que taladra, y una decena de toques aleatorios que suman a una propuesta de búsqueda en la locura. Samplers y teclas que juegan a estar casi desafinadas para sumar más opresión de las que sueltan las guitarras. Las sutilezas se acaban en cuanto rompen los primeros acordes que demuestran la clase y las influencias, como ha dicho el grupo, más cercana a trabajos de OPETH, THE BLACK DAHLIA MURDER o, incluso, GOJIRA. Y mientras el disco corre con escalas y punteos que están siempre al frente aportando la técnica progresiva y desesperada, de pronto las baterías cambian de unas repeticiones, que parecen de ordenador, a percusivas que más relacionadas con otros ritmos no tribales, acelerados y descarnados. Si bien todo está muy reposado en el término de la búsqueda de una razón por la cual vivir (o Ser), la violencia clásica y la desesperante locura de ABIOTIC regresa, por ejemplo, en “The wrath”. Una enajenación compositiva que tiene matices más ligados a una evolutiva matemática que se debaten con un bajo de altísima técnica Jazz con un juego en notas escaladas perfectas, como las guitarras que de pronto parecen grabadas en un baño de gasolinera abandonada en Iowa y con 3 cuerdas menos. Brutal.
De ahí en adelante la banda sigue aprovechando la decena de recursos técnicos y tecnológicos que por breves tramos van cambiando los matices de esta búsqueda sórdida. Con tintes incluso progresivos, canciones como “Horadric Cube” tiene momentos en los que uno espera que aparezca Luca Turilli y mente algún Dios Tolkiano… Por suerte no ocurre eso, al contrario, unos apretadísimos guturales marcan un esfuerzo por vocalizar a la perfección la putridez perfecta de lo que nos significa buscar una razón para vivir. Terminar este álbum con 2 canciones como “Grief eater, tear drinker” y “Gyokusai” es un regalo para aquellos que buscan adrenalina salvaje y clases prácticas de tecnicismo mágico.
Permitir que nada cambie, que todo se mantenga igual, para algunos es el origen del Resto de los Tiempos, para otros no. ABIOTIC han dado un paso tan espectacular en cuanto a técnica (me repito) y creatividad, que ratifica ese universo tan particular de estas bandas que buscan lo Extremo en los cambios, en las mutaciones que pueden surgir desde un suave Metal Core, pasando por pasillos Progresivos, y desembocando con furia total en Death.
Puntuación
Nota - 8.5
8.5
Nota
Permitir que nada cambie, que todo se mantenga igual, para algunos es el origen del Resto de los Tiempos, para otros no. ABIOTIC han dado un paso tan espectacular en cuanto a técnica (me repito) y creatividad, que ratifica ese universo tan particular de estas bandas que buscan lo Extremo en los cambios, en las mutaciones que pueden surgir desde un suave Metal Core, pasando por pasillos Progresivos, y desembocando con furia total en Death.