Crónicas Live

BLACK LABEL SOCIETY + MONOLORD – Sala La Riviera, 13.03.2018 Madrid (Route Resurrection)

Texto: Fátima Ramos | Fotos: Jose Antonio Sancho

El pasado martes 13 de marzo se daba cita en la famosa sala La Riviera de Madrid uno de los guitarristas más famosos dentro del panorama del metal. Zakk Wilde pasaba por nuestro territorio junto con su banda BLACK LABEL SOCIETY presentando “Grimmest Hits” y compartiendo gira con los MONOLORD para descargar sus repertorios. En los aledaños de la sala había mucho fan con chupas de motero y espalderas de la banda.

Los primeros en salir bajo una escasa iluminación y con puntualidad, fueron los MONOLORD que evidente no tienen mucho que ver con el estilo que hace Wylde y su banda. La sala aún no estaba llena, y más siendo un martes en la capital. El trío sueco practican un Stoner/Doom Metal al estilo de bandas como ELECTRIC WIZARD o CONAN con temas lentos y pesados característicos de este género, y de hecho su repertorio fue de 40 minutos aproximadamente sobre el escenario. Empezaron con “Where Death Meets The Sea”, tema de su último álbum con un sonido denso y pesado para seguir con “We Will Burn”. Después sonó su tema instrumental de más de siete minutos de duración “Audhumbla” donde exhibieron todas sus cualidades, y donde cobraron protagonismo el batería Esben Willens y el bajista Mika Häkki por su forma de moverse en el escenario mientras “aporrea” el bajo (lo digo por la forma tan peculiar de tocar). Y sin casi mediar palabra con el público siguieron con “Forgotten Lands” y “Lord Of Suffering”. Llego el momento de “Rust” donde destaca el solo de guitarra del final por parte de Thomas Jäger. Y terminando ya “Empress Rising” que fue el más largo de todos los que interpretaron.

Personalmente es un estilo que no termina de encajar para el público que asistió, y a mí me ocurre lo mismo (sólo me gustan una serie de bandas Stoner y eso que soy una fan incondicional del Doom Metal) por el tema de tantas distorsiones graves, voces psicodélicas y “exhibición de amplificadores Orange”, que es la marca que suelen llevar el 90% de las bandas de Stoner de hoy en día. Lo que si hay que reconocer es que el sonido fue bastante bueno (ya sé que los Orange son de lo mejor en el mercado en cuanto a esto, pero aquí no tiene nada que ver), la iluminación demasiado oscura y MONOLORD dio bastante juego sobre el “stage” a pesar del estilo que tocan.

Acto seguido se extendía un gigantesco telón negro con el logo de BLACK LABEL SOCIETY para hacer los respectivos cambios de equipo. Fue entonces cuando se notó que la sala ya estaba con casi todo el aforo esperado, mientras sonaba los temas de la intro como “Whole Lota Love” de LED ZEPPELIN y “War Pigs” de BLACK SABBATH.

Y ya por fin, salió el “chico” procedente de New Jersey, Zakk Wylde y sus compañeros de “batalla” cuando dejaron caer el inmenso telón, con una explosión de cañones de humo y confeti acompañado todo con intensas luces rojas, interpretando “Genocide Junkies”. Como cabía esperar hasta pasada la mitad del tema no se ajustó el sonido (cosa bastante normal) y Zakk salió con ganas de darlo todo entregándose al público. Detrás de su micrófono lleno de calaveras, cadenas y un gran crucifijo, que era el centro de atención de todos, interpretó el clásico “Funeral Bell” a la par que se subía a una tarima pequeña que tenía colocada adrede para ello y que evidentemente utilizó en toda su actuación. Siguieron con “Suffering Overdue” enlazando con las anteriores. Parecían un solo tema pero fueron bastante intensos y potentes. Después del pequeño parón, tocaron otro de los temas más conocidos y potentes, “Bleed For Me” donde Zakk no paraba de animar al público. Todo ello con un juego de luces rojas y blancas de fondo.

Para poner un toque distinto a todo lo que se estaba aconteciendo sobre el escenario, con “Heart Of Darkness” dejó algo de protagonismo al guitarrista Dario Lorina donde tocó una parte con un arco y así darle un toque de originalidad. Y ya en “Suicide Messiah” uno de los miembros del equipo de BLACK LABEL SOCIETY subió con un megáfono para cantar parte de los estribillos junto al público, el cual estaba totalmente entregado.

Ahora vendría la interpretación de tres temas de su último álbum “Grimmest Hits”, comenzando con “Trampled Down Below”, donde Zakk toco un solo para cerrarlo sonando bastante potente. En “All That Once Shined” la intensidad disminuyó por momentos y ya la enlazaron con “Room Of Nightmares” para que esa tranquilidad no se hiciera tan monótona.

Con “Bridge To Cross” llegó el momento de relax entre tanta locura, sentándose el bajista John DeServio al piano y Zakk acompañándolo en las guitarras. Acto seguido interpretaría otro clásico “In This River”, donde se hizo el cambio, en esta ocasión Wylde se sentó al piano, haciendo homenaje a su amigo Dimebag Darrel, y para ello desplegando dos lonas sobre las pantallas del escenario con su foto. Acto seguido interpretaron otro de los temas lentos, “The Blessed Hellride” donde Zakk Wylde volvía con una de sus guitarras al centro del escenario junto con la guitarra acústica de Dario Lorina. “A Love Unreal” fue el último tema de su nuevo trabajo que tocaron durante la noche, todo ello metiendo cera mientras que los cañones de humo estaban funcionando.

En “Fire It Up” Zakk hizo de las suyas. Primero lanzaron las columnas de humo y acto seguido se fue hasta la otra punta de la sala atravesando el público y subiéndose a una de las barras de bar de La Riviera, para hacerse un solo de guitarra interminable, tocándolo detrás de su cabeza (la sala precisamente pequeña no es y él es todo un crack). Evidentemente aquí todos los concentrados allí estaba totalmente entregados. El rubio de New Jersey volvió al escenario para interpretar acto seguido “Concrete Jungle” de su álbum “Shoot To Hell”. Y para poner el punto y final de la apoteósica actuación de los BLACK LABEL SOCIETY en Madrid, sonó “Stillborn” que fue el tema que el público coreo más en toda la noche.

Qué se puede decir de BLACK LABEL SOCIETY?? Se fueron sin hacer bises y con la cabeza bien alta como buenas estrellas que son. Sonido potente, a lo mejor en ocasiones exceso de iluminación roja por parte del juego de luces, puesta de escena impecable, buena actitud por su parte aunque hubo un momento en el que el público parecía “mustio” y decayó la intensidad del show que ofrecieron. No soy muy asidua de esta clase de conciertos pero…Cómo se nota las tablas del señor Wylde!!!

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