Por Jesús Muñoz Caballero
En 2007, Josh Dummer decidió iniciar un proyecto en solitario de Technical Melodic Death Metal / Deathcore / Metalcore. La One Man Band se acabó llamando BURIED REALM. Finalmente, el 29 de septiembre de 2017 apareció la primera muestra de música tras diez años de espera. El L.P en cuestión, fue bautizado con el nombre de «The Ichor Carcinoma». Como curiosidad, podemos decir que en el disco han colaborado multitud de músicos de renombre como por ejemplo Christopher Amott entre otros.
Anonadados os dejará la obra del de Colorado. Básicamente estamos ante un redondo prácticamente perfecto. Su principal baza es el eclecticismo del cual hace gala. Aquí no hay limitaciones compositivas, simplemente calidad a raudales, moviéndose sin problemas en casi todos los géneros de Metal Extremo con un buen gusto fuera de toda duda. Las tonadas, cargadas de cambios de dirección y técnica no dejarán impasibles a nadie. Asimismo, los toques ínfimos de teclado patearán vuestros traseros. Ni tan siquiera las innecesarias pinceladas de voces limpias pueden hundir esta maravilla sónica. Sí es que cuando las cosas se hacen bien es imposible poner peros. La producción es nítida, añadiendo un artwork ambicioso.
El escaparate de riffs tira de espaldas a cualquiera gracias a no solo la cantidad de estos por tema, sino también por la elaboración precisa de los susodichos. Los hallamos fluidos, pesados y a doble armonía. Todo ello lo adornan con una buena cantidad de espectaculares solos. Las voces…. por el amor de Odín, si es que menos falsetes aquí encontramos de todo. Growls, guturales agudos rasgados, barítonos, y clean vocals. Este hombre es un portento tanto instrumental como vocal. La batería tiende al mid tempo. Eso sí, tened cuidado con los blasts y los instantes más acelerados. Advertidos estáis.
Personalmente destacaría «The Ichor Carcinoma», «On Serpent Soil» y «Apeiron II: Global Dreamer» por las siguientes razones: «The Ichor Carcinoma» es el mejor ejemplo de lo que aquí se llega a escuchar en líneas generales. Por otro lado, no existen registros claros de garganta, haciéndola más radical y potente. ¡Apabullante! «On Serpent Soil» es una instrumental como la copa de un pino. Dadle al play y veréis lo que es bueno. «Apeiron II: Global Dreamer» se inicia a blast con unas hachas al más puro Gotemburgo. Os volará los sesos esta acometida.
De verdad, salid ya a comprar este álbum. Necesitáis una copia sí o sí.
Nota - 9.7
9.7
Nota
Aquí no hay limitaciones compositivas, simplemente calidad a raudales, moviéndose sin problemas en casi todos los géneros de Metal Extremo con un buen gusto fuera de toda duda.
