[CRÍTICA] LYCHGATE (GBR) «An antidote for the glass pill» CD 2015 (Blood Music)
Por: Santi Machín
“An Antidore ForThe Glass Pill” es el segundo lanzamiento de los ingleses LYCHGATE. Un trabajo que contiene diez cortes de pura oscuridad y terror. Un disco donde la atmósfera más oscura invade cada uno de los acordes que lo componen. Cuarenta y nueve minutos de un Black Metal muy ambiental, profundo y siniestro. Entremos sin más en el lúgubre sonido de este disco.
Abrimos el camino del miedo con “Unto My Tempest” la cual comienza con sonidos de terror y campanas de iglesia que auguran la oscuridad que se aproxima. Un alocado y tenebroso órgano, a cargo de K.J. Bowyer, le da ese toque terrorífico a esta magnífica entrada. A las sepulcrales teclas se le une Vallely, quien desde los bombos y platillos estalla en un fría y melancólica melodía propia del Doom. Una pieza instrumental salida de la cripta nos da esta bienvenida tan oscura.
“Davemesque B2” es la pieza más larga de todo el disco. Este segundo corte de algo más de siete minutos nos mantiene en vilo en ese mundo de terror clásico que esta banda nos ofrece. La voz de Chandler es ese gutural que juega con un desesperante alarido de sufrimiento. Si a este tono vocal le sumamos el profundo y siniestro coro de Vortigern (guitarra y piano a la vez), nos encontramos con una composición a medio camino entre el Doom y el Avantgarde más oscuro. En su parte final todo se transforma a una velocidad mayor y llegamos a tener ciertas partes que rozan el Black Metal, pero obviamente al tratarse de una formación que usa dos pianos y un magnífico órgano, todas sus composiciones suenan muy cercanas al Dark Ambient. Excelente final con una reconocida melodía propia de las bandas sonoras de las películas de terror clásicas.
Seguimos con “I Am Contempt”. De nuevo el órgano nos da ese toque de frialdad a la vez que las guitarras de Lindsley y Vortigern se unen a un ritmo acelerado de la batería, en otra gran parte cercana al Black. En esta composición todo suena desordenado y los sonidos chocan unos contra otros hasta, excepto en breves pasajes donde todo vuelve a la normalidad. Un tema muy estridente en sus líneas generales. Impresionante bajo a cargo del señor A.K. Webb en la parte central del tema.
El cuarto corte del disco lleva como nombre “A Principle on Seclusion”. El órgano suena ahora algo más limpio para darnos otro inicio que nos traslada al más sucio de los cementerios. La garganta de Chandler vuelve a darnos esos guturales casi imposibles en uno de los temas más lentos del álbum en ciertas partes, para volver a mezclarse con el alocado Avantgarde Black que LYCHGATE tan bien sabe hacer. Gran parte ambiental en su centro que a cierta medida, salvando y mucho las distancias, me recuerda a los grandísimos en dicho género NOX ARCANA.
Le continua “Letter XIX” tema que comienza con otras campanas de iglesias y unos sonidos chirriantes y extraños. Composición que vuelve a meternos en lo más profundo de una mente perversa y enferma. Sonidos pesados pero sin orden alguno. Todo muy descolocado e inquietante. Pero siempre con esa esencia de oscuridad que estos músicos sacan de sus instrumentos.
La sexta entrada es “Deus te Videt”. Un reloj y sus golpes de gong nos da la entrada a un gran tema. Composición donde volvemos a ver ciertas raíces de Doom y una gran influencia de Dark Ambient. Aquí podemos disfrutar de un coro a varias voces “limpias” que nos da otro toque de siniestralidad al conjunto. Tema que va in crescendo hasta dejarnos en los brazos del Black Metal más alocado.
“The Illness Named Imagination” nos ofrece un inicio diferente al resto ya que desde su principio son varios los instrumentos los que suenan a la vez y no uno solo el que se encarga de abrirlo. Pero da la sensación de no ir por el mismo sendero. Mientras la batería va a su velocidad de Black Metal, los demás instrumentos juegan con un ritmo más pausado y tranquilo. Una vez más LYCHGATE nos da una composición que nos trasporta a la más desesperante de las locuras.
Entramos en la parte final del disco con “An Acousmatic Guardian” . De nuevo el órgano abre el telón y la batería rompe con todo a su aire. Esta vez es la voz profunda y cercana al Doom de Vortigern la primera en sonar.
Cierran el tracklist “My Fate to Burn Forever” y “The Pinnacle Known to Sisyphus” dos temas que continúan con toda la esencia del disco y que cierran de forma impresionante un trabajo que de principio a fin suena compacto y uniforme. Lo peor del disco a destacar es su mal sonido. Puede que para el estilo de ultratumba que tiene esta banda, ese sonido sea el adecuado, pero estoy convencido de que con una producción mejor, el disco hubiera llegado más lejos.