[CRÍTICAS] CHELSEA GRIN (USA) «Self inflicted» CD 2016 (Rise Records)
Por Jorge De La Cruz
La banda estadounidense CHELSEA GRIN sacan al mercado su cuarto álbum de estudio que lleva como título “Self Infected”, lanzado a través de la discográfica Rise Records.
Fundados en 2007 en Salt Lake City, Utah, actualmente cuenta con los siguientes miembros; Alex Koehler a la voz gutural, Alex Koehler al bajo, Jake Harmond , Dan Jones y Stephen Rutishauser a las guitarras, Pablo Viveros con la batería y las segundas voces.
“Welcome Back” es el tema de introducción al trabajo, en el cual, desde el primer momento nos deleitan con riffs durísimos y pesados, creados a base de guitarras a mansalva y ritmos de batería frenéticos, dando como resultado melodías cargadas de furia e intensidad. Con mezcla de voces guturales graves y otras agudas, crean la parte vocal, que despunta por encima de la base instrumental. En general nos encontramos con ritmos muy rápidos y algún que otro breakdown como contrapunto.
Batería y guitarras suenan en segundo plano para introducirnos en “Love Song” que al momento suben la intensidad a golpe de un grito a la par que las guitarras y la batería aumenta la potencia musical. La voracidad encontrada en los ritmos es una maravilla, contando con unas líneas de bajo impresionantes que suban una potencia incalculable a la composición. En los estribillos nos encontramos con ritmos algo más melódicos, creados principalmente por la voz y unas guitarras agudas que suenan como fondo.
En “Scratching And Screaming” poco a poco aumenta la intensidad de la música a la vez que una voz nos susurra, para romper esa calma con un breakdown imponente para nada más acabar, brindarnos ritmos pesados cargados de furia. Los ritmos de guitarras son increíbles, haciendo unos contrapuntos con partes donde apenas se escucha la instrumentación y las voces flojas nos meten en una atmósfera de calma y sosiego para romperla a base de ritmos potentes, con breakdowns creados por unas guitarras graves.
Ritmos de guitarras agudos nos dan la bienvenida a “Life Sentence” donde con golpes de batería y bajo complementan una musicalidad brutal en las composiciones. Nos encontramos con unos ritmos algo más lentos en general, donde las guitarras se encargan de ritmos más agudos en las partes instrumentales, para, en las partes con voz, cambiar la tonalidad y dar mucha más potencia. La complementación de ritmos agudos y graves entre una guitarra y otra es una maravilla, siendo bien acompañadas por los tonos graves del bajo y los ritmos rapidisimos de batería.
“Say Goodbye” es el último tema encontrado, donde nos abren con voces tipo angelical, para romperlas a base de introducir unos ritmos muy muy graves con una potencia increíble. Ritmos pesados son los encargados de llevarnos por este sendero de brutalidad a base de riffs de guitarras con una distorsión cargada de fuerza y una batería que se sale en cada uno de los compases compuestos. La mezcla de las dos voces, le da a todo el tema una potencia que solo ellos saben dar, a parte de contar con las voces angelicales como complemento de las voces cargadas que tienen.
En mi opinión, CHELSEA GRIN se han marcado un discazo brutal. Tienen una potencia en cada uno de los once temas, que quita el aliento. El disco se pasa muy rápido, ya que la poca duración de los temas, que tienen de media unos tres y minutos y medio, unido a la rápida composición en los ritmos nos lleva a ese resultado. La potencia encontrada en las voces, tanto graves como agudas, y los sonidos potentes en los breakdowns de guitarras, suman mucha más fuerza a cada uno de los temas. En definitiva, si lo tuyo es el deathcore potente, CHELSEA GRIN tienen este disco para ti, cargado de fuerza e intensidad, y que difícilmente no disfrutarás.
Tremendo discaso tenia rato que no disfrutaba de tanta potencia es magico un deathcore fuerte a lo macho