[CRÍTICAS] HUSBANDRY (USA) «Fera» CD 2016 (Aqualamb records)
Por Titus Ferrer Bellés
En tiempos de sequía, más que nunca se agradecen propuestas con personalidad. La inyección de adrenalina que genera el descubrimiento de un grupo con el que conectar es una sensación que todo aficionado a la música experimenta cada X tiempo, y que es uno de los mayores placeres que el ser humano conoce.
Marcar la diferencia, no es algo que solo pueda conseguirse a través de la creación y la innovación. El uso de elementos conocido, cimentados de manera orgánica dando pie a una construcción sólida y a su vez bella es a veces más complejo que el tratar de crear algo nuevo a cada paso que das. E igual de valioso.
Para esta clase de ejercicios, el post-hardcore es un género muy agradecido. Dar pie a la variación continua, la falta de rutina, y el gusto por el desorden amplia el espectro que posibilita este ejercicio de doma y creación. Sin embargo, tanta soltura da pie (Demasiado habitualmente, por desgracia) a una sensación de aleatoriedad que termina siendo la que genera el estigma de lo repetitivo del género.
El uso de la melodía se convierte en estos casos en un recurso más que importante. Y en cuanto a melodía, los Neoyorquinos HUSBANDRY saben de lo que hablan. Y es por ello que he optado por presentarlos a partir de eta pequeña reflexión. Por qué se trata de un grupo que, en su disco de presentación, muestra unas ideas sorprendentemente claras.
HUSBANDRY se mueven en un sonido post-hardcore, veloz y espasmódico en la línea de grupos tipo MERGE y con ecos de los primeros LETLIVE. Sin embargo, su propuesta es conducida por una voz femenina melódica muy potente, que obvia el gutural en el 99% por ciento del tiempo, pero que suena fuerte e implacable dado el carácter agresivo que consigue generar. A esto le sumamos el contraste que nace de sus melodías estridentes conseguidas a partir de tonos graves, en los que muchas veces la guitarra parece camuflarse en el bajo, la propuesta empieza a ganar en carácter. Y es que al final, resultan ser un faro en un océano de grupos más o menos destacables. La propuesta suena fresca y apetecible. La curiosidad nos induce a acercarnos a ella, y la calidad nos hace permanecer ahí.
Muy en la línea de su género, y como ya he dicho, HUSBANDRY se dedican a delinear contrastes. Tanto dentro de sus propios tema como diferenciando unos de otros. Sin ir más lejos, el disco se inicia con uno de los mejores temas del disco “… With codeine”, que no solo es un tema intenso y mayormente veloz, si no que en más de una ocasión hace gala de un ramalazo math-rock que aparecerá en alguna que otra ocasión en el disco. Pero en lo que a contrastes se refiere, temas como este chocan directamente con ”Hymn to Tourach” o los momentos más desasosegados de “Desenllaç”, las cuales residen en el polo opuesto. Pues pese a continuas explosiones de estridencia, la base de estos temas es más densa y pausada, dándole especial importancia a momentos de pasmosa cavernosidad en los que la voz de Carina Zachary se transfigura en una que no desentonaría en una versión femenina de grupos de corte parecido a ARCTIC MONKEYS y derivados.
Lo bueno de que el disco sea conciso en cuanto al número de temas es que la diferenciación entre cada uno se acentúa. A cada tema se le puede sacar algo. Los que hayan disfrutado del posthardcoreo de “…With codeine” alucinaran con la carrerilla que trae ”Nature vs Nurture”. Puro frenesí sin concesión. La batería en esta es un portento.
En cambio la vertiente más emocional del público disfrutará de temas como “So long, Capricorn crone”, que contienen tramos de guitarra que evocan una nostalgia parecida a la que consiguen, por ejemplo, LA DISPUTE.
Se nota que HUSBANDRY son de procedencia Neoyorquina, pues su esencia empareja muy bien con la del underground del underground que les rodea. Un grupo complicado de encasillar, y que sin duda lucha para huir de etiquetas. Juguetones pero autoconscientes. Pasionales pero técnicamente intachables. Un grupo al que me vería ver en en directo, no sé, en una galería de arte abstracto. En un sótano de Brooklyn. Pequeña y abarrotada. Rebosante de intensidad.
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