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DEATHAWAITS (FRA) «Solve coagula» CD 2017 (Sliptrick records)

Por Daniel Ureña Cruz

La producción musical, ese pequeño detalle que marca la clave sonora de un álbum y puede hacer que lo ames o aborrezcas, independientemente del nivel instrumental y el gusto personal: sea del agrado de cada cual. Y es que la producción de un disco ejerce una poderosa atracción hacia el contexto sonoro en que nos encontremos, capaz de interiorizarnos acorde al estilo que escuchamos. Podemos argumentar que hoy día, gracias al sonido ultra digital y los sistemáticos retoques de estudio, un álbum pueda sonar mejor (o peor, en el sentido más puramente técnico), y argumentamos: existen estilos musicales que jamás tienen que modificar su producción, porque en dicho caso termina siendo un producto sin personalidad propia. El thrash es uno de esos géneros que, desde hace algunos años, está entrando en un batiburrillo de sonidos y producciones que poco o nada tienen de relación con la esencia original. Y aunque esto pueda parecer purista, no lo es en absoluto. Nada más lejos de la realidad. A diario asistimos al nacimiento de bandas que terminan grabando un álbum cuya producción termina destruyendo su verdadera esencia, su “sonido original”, que no es otro que el que marca el inicio del estilo hasta su punto álgido (a nadie en su sano juicio se le ocurriría producir a IMMORTAL igual a AC/DC, por indicar un hipotético caso extremo), lo que termina siendo un intento fallido (fracaso) a pesar de contener un buen puñado de temas. Vamos entrando en materia, porque la banda que nos ocupa, DEATH AWAITS, desde Francia, ha apostado por un thrash de corte actual para su nuevo álbum “Solve Coagula”, con sonido exquisito y milimetrado, pero nulo en autenticidad (precisamente por aquello de lo que hablábamos hace un momento). A pesar de estar compuesto por diez cortes de calidad, repletos de arreglos y fuerza, termina resultando un trabajo más de la ola de bandas que en su momento CHIMAIRA o CAVALERA CONSPIRACY practicaron que a un álbum de thrash con todas las letras (a pesar de que el estilo predominante en la banda se considere thrash / death, algo también en tela de juicio…). Las actuales producciones camuflan la fuerza de un trabajo que ha terminado siendo similar, no aportando absolutamente nada a una escena más que agotada y necesitada de un cambio radical orientado hacia el old school (el componente cíclico de la música).

No obstante, salvo las cuestiones indicadas de producción, que siempre en última instancia están sujetas a un juicio de valor propio, DEATH AWAITS nos presentan diez temas con mucha garra en este su último trabajo. Ya son tres largos los que los franceses nos regalan, tres largos que les consolidan como banda firme en un estilo que ha caído en la linealidad.

El plástico comienza digno de una película de terror underground, atmósfera interesante a partir de la cual va apareciendo en escena el resto de instrumentación. Una vez comienza la agresividad nos ponemos a los mandos de una amalgama técnica que nos acompañará a lo largo del álbum. No obstante, y debido nuevamente a las producciones, el disco pierde fuelle. La perfección a veces es imperfección, y bandas que podrían poseer un sonido sólido y acorde a su estilo “antiguo” terminan pasando desapercibidas en una escena muy vasta, compleja y, sobre todo, sobreexplotada. Aún así, la formación demuestra estar en plena forma, con composiciones potentes y llenas de riffs asesinos (atención a las baterías y dobles pedales) al más puro estilo INFEST (última época), lo que significa que dureza para nuestros oídos precisamente no va a faltar.

“Solve Coagula” es un álbum impecable para el fan que guste de sonidos extremos bajo una tabula rasa actual (incluso se incluyen registros vocales que bien podrían pasar por death-core), pero que poco tendrá que hacer en relación al espectro clásico de seguidores del estilo. No obstante, es de justicia decir que es un álbum ameno de escuchar, con rítmicas realmente impresionantes que demuestran originalidad en momentos puntuales (y técnica, mucha técnica), pero que nuevamente en el cómputo total del álbum se cae en el saco de tocar lo que hasta ahora se ha hecho (a veces con más pena y otras con más gloria), sin innovación alguna, lo que puede ser rechazado por aquellos/as que busquen experiencias nuevas y se alejen de los patrones compositivos ya practicados.

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