DESULTORY (SWE) «Through Aching Aeons» CD 2017 (Pulverised Records)
Por Daniel Ureña Cruz
Siete largos años han pasado desde que los clásicos suecos del death metal DESULTORY nos regalaran su último álbum, aquel “Counting Our Scars”, que aún seguía sonando en la línea extrema que siempre les ha caracterizado, no sin pertenecer a una segunda fila y a la sombra de otras bandas consideradas de primer nivel, como ENTOMBED, DISMEMBER o UNLEASHED, pilares fundamentales de la escena, por otro lado. No obstante, DESULTORY nada tiene que envidiar a las citadas formaciones, ni a otras aparecidas desde el frío país o más allá del mismo, y su discografía avala estás palabras. Sin embargo, tanto ese último trabajo como todo aquello posterior a su fundamental “Into Eternity”, su primer largo en 1993, ha terminado sonando más descafeinado, arreglado de “manera bonita”, de lo que lo que lo hacía en este primer disco y anteriores grabaciones demos. La fiereza se ha ido desinflando por el camino hasta llegar a niveles melódicos difícilmente aceptables en una banda que igualmente ha ido perdiendo sus derroteros (sobre todo en “Swallow the Snake”) a favor de resonancias lejanas a sus inicios, lo que bien puede hacer partícipes a fans de IN FLAMES y bandas similares en su última época, pero alejar a sus acérrimos seguidores old school. Y es que este nuevo trabajo, “Through Aching Aeons”, intenta volver a esos orígenes violentos del death sueco, caracterizado por estructuras simples, directas y sucias, y acompañado todo ello con voces de ultratumba de carácter grave. No obstante, y aunque su inicio es más que decente con “Silent Rapture”, de nuevo en este último trabajo ese interés va decayendo por momentos, hasta llegar a diluirse por completo y encontrarnos ante un álbum que posiblemente pasará más desapercibido que otra cosa dentro de los esperados regresos de este 2017 (ojalá que no…). Estructuras melódicas por doquier y punteos que restan fuerza a un disco con una base rítmica destacable, lo que llega a terminar por aburrir o, si acaso, desequilibrar.
Nueve cortes forman este nuevo trabajo, destacando el cómputo de gran parte de ellos: “Spineless Kingdom”, donde se mantiene una dureza directa y escasamente melódica (sí, quien me conoce sabe que no soy muy fan de la melodía en el death metal, pues considero es contraproducente con su base fundacional y elimina su esencia); el tema homónimo al álbum, con riffs asesinos que nos vuelven a aquellos violentos inicios (como también ocurre en “Beneath the Bleeding Sky”, incluido solo de inspiración 100% ENTOMBED), aguado con una producción que, si bien es excelente, igualmente resta importancia a un sonido que ha perdido toda la magia y encanto que le caracterizaba. “In This Embrace”, aunque de inicio interesante, termina convirtiéndose en una especie de sonido death-core, algo muy alejado de lo que supone el death sueco, pero de resultado más que aceptable.
“Slither”¸sin embargo, comienza y mantiene una línea que se echa de menos a lo largo del álbum, aun sin ser un trabajo demasiado light. Este corte define lo que, en opinión de servidor, debería haber sido el completo largo: violencia instrumental, técnica directa y algún que otro elemento melódico que no llega a ensombrecer la caña sonora. Esto sí es DESULTORY, señoras y señores. En la misma línea continua “Divine Blindness”, aunque en esta ocasión ese elemento de la melodía afecta en gran parte a unas baterías que bien podrían haber estado al servicio de otra instrumentación de cuerda.
La recta final del álbum la componen “Breathing the Ashes” (con ciertos punteos muy de la mano de METALLICA) y “Our Departur”, que recoge todos los elementos de los que este álbum consta: dureza, rapidez, rítmica lenta y pausada, melodía y una voz estándar dentro del death sueco.
En conclusión, “Through Aching Aeons” es un álbum que, aunque se desinfla a medida que se recorre (es necesario escucharlo detenidamente más de una vez para terminar aceptándolo de manera adecuada), no termina siendo un producto tan defenestrado. No obstante, también es cierto que el trabajo podría haber aportado más a la escena de una banda que ha ido cayendo a lo largo de los años, con este último trabajo como elemento nuevamente destacable en su discografía, como un pequeño empujón ante casi el ostracismo en el que se estaba viendo envuelta. Es un plástico variado pero falto de cierta originalidad, de cierta creatividad, lo que termina por estar marcado bajo un mismo patrón en todo su recorrido. Nos encontramos con un producto a un 50% de gustar a los fans clásicos de la banda, y a otro 50% de adjuntar nuevos fans, lo que siempre es bienvenido en la escena del metal extremo.