Menuda se traen entre manos estos DYING OUT FLAME con su primer álbum de estudio, y digo esto, porque mientras escribo estas líneas sigo sin salir del asombro que me ha proporcionado la fusión musical de los presentes. En cierta forma, han conseguido sacar a flote esa sensación de euforia tan añorada y equiparable al impacto musical que en su día plasmaron bandas como los andaluces NIGHT TO DIE, los malagueños USER NE o los conocidos ORPHANED LAND.
Todas y cada una de las mencionadas intentaron de alguna forma colar la música autóctona dentro del Metal, algunas con más acierto que otras aunque por qué no decirlo, la cosa cuajó, era creíble y rompió muchos moldes a favor de no encasillarse dentro de unos géneros ya inventados y por defecto rutinarios obviamente salvando las distancias geográficas.
Y digo lo de las distancias porque para situarnos un poco sobre la fusión que aquí se lleva a cabo, es necesario saber que DYING OUT FLAME nos llegan desde Nepal, concretamente desde Katmandú, y para que negarlo, no solo desvirgan mi pobre conocimiento musical de dicha escena sino del país entero, pues jamás pensé que allí existiera el Death Metal, bueno mejor dicho el “Vedic Death Metal”, que es como se autodefine la banda.
Entrando en materia, DYING OUT FLAME nos deleitan con seis temas elogiables, con un Death Metal original cuya unión de ideas es absolutamente magistral. Cazar un género como es el Death Metal con el sitar, con las flautas, con los cantos vedistas del período hinduista antiguo, con los pasajes acústicos, con los timbales o con las fantásticas aportaciones esporádicas de la vocalista femenina Nakcha Burung no es tarea fácil a no ser que sea tu don natural, y en ese punto puede que radique la grandeza del álbum y la de estos músicos, pues no solo consiguen aportar su cultura musical dentro de un género tan agresivo y acelerado (musicalmente hablando) de una forma aventajada, sino que además lo hacen fácil y natural como si de un juego de niños se tratara.
En su interior, la música respira esos genes (a mayor o menor medida a raíz del tema en cuestión) con el cuál reflejan su rica huella cultural aunque esa faceta es solo la punta del iceberg pues a fin de cuentas, aquí la nota dominante no es otra que la brutalidad del género y la depurada técnica ganando la batalla con un porcentaje muy amplio.
A raíz de “Praise Of The Omnipresent One”, “Eternal Mother Of Great”, “Vayupultra” hasta la final “Trineta Dhari” Time” DYING OUT FLAME sueltan sus recursos como si de una pirotecnia se tratará y los colorean a su antojo con una dinámica que no solo encumbra el disco hacia algo atípico dentro del género, sino que lo eleva hacia algo “nuevo” como si de unos pioneros se tratara (creo firmemente que lo son), y ahí es donde entran en escena las influencias de de bandas como DEICIDE, CANNIBAL CORPSE, MORBID ANGEL, NILE, HATE ETERNAL, KRISIUN, VITAL REMAINS todas arrojadas así sin más y sin perder ese envoltorio tan poco común que hace que el disco en sí sea un camino virgen cuyas composiciones nos descubren algo atípico dentro del género.
A su favor, no solo podríamos valorar la valentía de dar vida a una propuesta que seguramente podríamos bautizar de extraña para los puristas, sino el atrevimiento de intentarlo y llegar a conseguirlo a los niveles que aquí se respiran. Y este no es más que otro de los inclasificables elogios que sostienen el encanto de estos pioneros del “Vedic Death Metal”, un álbum que con permiso de las citadas anteriormente, consigue unir, cazar, cuajar e interpretar una de las mejores fusiones que habré escuchado dentro del Metal extremo.
Y no solo les doy la máxima puntuación por rozar la perfección de cabo a rabo, o por la calidad musical de sus canciones, no, les otorgo el galardón de oro por el “impacto sonoro” que me han proporcionado como consumidor del negocio musical, pues al fin y al cabo, ese detalle es impagable y le cede ese don tan gratificante que solo muy de vez en cuando se da cita dentro del underground.
Autor: Xavier Bergada Marquina
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