FROZEN DAWN (ESP) «The Decline of the Enlightened Gods»
Transcending Obscurity records, 2022

Volvemos por enésima vez a las metáforas, a los oxímoros, a la óptima y a las teorías de los colores. A la contraposición de dos conceptos contrarios que crean ese efecto estilístico. Y es que podemos definir uno (la luz) por la ausencia del otro (la oscuridad). Y así hay una frase muy recurrente en inglés y en determinados trabajos de músicos que reza algo así como: “Blinded by Light, Enlightened by Darkness” (cegados por la luz, iluminados por la oscuridad). ¿Os dais cuenta de cómo se alternan los conceptos al principio de cada frase: cegado-iluminado) y como los opuestos cierran cada una de ellas (luz-oscuridad)? ¡Ah, niños y niñas, la armonía de los opuestos! ¡Colorea y aprende con Teo!
Y esa es una de las muchas verdades y bellezas que esconden los estilos extremos y que cuesta tanto explicar a los neófitos. Como en ese ruido que ellos oyen, nosotros escuchamos melodías; en ese barullo y caos que ellos escuchan, nosotros oímos armonía y tempos. ¿Somos acaso unos iluminados? ¿Somos acaso los últimos que estamos escuchando algo realmente emocional y vibrante? ¿Estamos acaso ante, como reza el título del álbum que nos ocupa: “The Decline of the Enlightened Gods” (La decadencia de los dioses iluminados)? Ay, niños y niñas, la decadencia, como bien apostillan los FROZEN DAWN está ahí, ¿o no?
“Mystic fires of Dark Allegiance” inicia el trabajo con unos asfixiantes riffs y ominosos fraseos, tensionando el ambiente, como avisando de lo que está por llegar. Redoble por todas las tímbalas y a correr. Las guitarras no son el muro de sonido de un riff gélido tocado a toda leche. Todo lo contrario: crean una serie de armonías intrincadas y dibujan de manera constante la línea que sigue la canción. Son melodías llenas de desgarro y de luz. Porque recordemos, oh, niños y niñas, que la luz y la oscuridad van de la mano, son caras opuestas de la misma moneda y podemos definir a la una por la ausencia de la otra. “Spellbound” arrasa desde el inicio demostrando la versatilidad de Arjan van der Wijst tras su kit de batería y cerrando filas, la presencia melódica, oscura y bombeante de Antonio Mansilla a las cuatro cuerdas. Y sí, hay trabajo de tremolo picking, pero no para buscar la burda muralla de sonido, sino el barroquismo, el adorno, la filigrana. Maemía, me duelen los tendones de la mano izquierda sólo con escuchar a los muchachos de FROZEN DAWN. “Black Reign awaits” va cambiando de tiempos lo que permite que se puedan apreciar unas melodías realmente interesantes en los estribillos y los solos de este trabajo -una constante en este trabajo- vuelven a brillar por su manera de evolucionar desde el riff principal a una melodía que nada tiene que ver con una demostración de técnica. Al contrario, son la culminación de una historia, con un principio, con su nudo y con su desenlace, con su perfecta comprensión de desde dónde parten y adonde quieren llegar. Por eso están tan bien integrados, pensados y ejecutados en los temas.
“Frozen kings” tiene un inicio con una melodía, en apariencia nada Black y más convencional, pero es recuperada una y otra vez como leitmotiv a lo largo del tema, con sus modulaciones y estalla de nuevo, en un solo altamente melódico y emocional. Redondito, redondito les ha quedado el tema. “Wanderer of times” comienza con una punzante guitarra y unos de esos ritmos que me flipan: el doble bombo lanzado y la caja a medio tiempo. Pero luego ya empezamos de nuevo con las intrincadas líneas de las hachas y la banda se lanza como derviches realizando una ejecución técnica impresionante con cortes, con acelerones, llevando el leitmotiv a su máxima expresión. Por el contrario, “Oath of forgotten past” es un estadillo hirviente (el blast beat de van der Vijst es buena parte responsable) y la banda ataca con precisión maniaca sus instrumentos, regalándonos con momentos de una epicidad extrema que culminan en otro melódico solo. “Cosmic Black Chaos” sigue la misma fórmula magistral y aquí la mezcla es particularmente amable con la campana del Ride que brilla de modo especial y deja apreciar los contratiempos del batería. La banda se desata en un largo desarrollo musical con solos, interludios, acelerones, vueltas y revueltas en su particular investigación del caos cósmico. Pero dónde la banda demuestra su potencial es en el tema homónimo, la obra más larga de este álbum. Como late el bajo, con un sonido meloso, oscuro; cuán punzantes son las guitarras; cuan retorcidas y angustiosas son algunas melodías; ¿cuánto puede dar de sí una banda como FROZEN DAWN? Y cerrando el album, un “The Fall of Aeons”, una pieza exclusiva de guitarras acústicas, instrumental, pero no una serie de rasgueos tontos y moñas sino un serio estudio sobre la capacidad emocional y expresiva de las seis cuerdas. Y eso en lo que compete al album, porque, a modo de extra, FROZEN DAWN nos regalan con una devastadora versión de “Blinded by Light, Enlightened by Darkness” de los NECROPHOBIC, de aquel album de 2006 “Hrimthursum”. Treinta mil años hacía que no lo escuchaba.
Me apabulla pensar que la banda sólo está compuesta por tres músicos. Un power-trio en la línea de grandes nombres como MOTORHEAD, VENOM o CORONER, sólo por nombrar algunos ejemplos. Pero sí, para hablar de ese momento en que eres cegado por la luz e iluminado por la oscuridad, de la decadencia de los dioses iluminados, FROZEN DAWN se las apañan pero que muy bien.
Puntuación
Nota - 9.5
9.5
Nota
Me apabulla pensar que la banda sólo está compuesta por tres músicos. Un power-trio en la línea de grandes nombres como MOTORHEAD, VENOM o CORONER, sólo por nombrar algunos ejemplos. Pero sí, para hablar de ese momento en que eres cegado por la luz e iluminado por la oscuridad, de la decadencia de los dioses iluminados, FROZEN DAWN se las apañan pero que muy bien.