MEGADETH (USA) «Killing is my Business… and Business is good»
Combat records, 1985
Como todos sabemos, MEGADETH es el hijo biológico indiscutible del virtuoso guitarrista Dave Mustaine después de su “marcha” de METALLICA. Todo aquél que sepa sólo un poco de la historia del metal conoce la historia de cómo METALLICA acabó echando al rubio guitarrista debido a sus problemas con el alcohol y las drogas. Acto seguido, clamó “venganza” y formó MEGADETH en 1983 a modo de represalia y con el único objetivo de competir con ellos, con los que sólo llegó a grabar la maqueta “No Life ‘til Leather”. Dave se obsesionó con ser más grande y mejor que METALLICA. Por desgracia su música nunca llegó a alcanzar el nivel de popularidad de la de METALLICA. Llegaron a sacar álbumes que se han vendido por encima del estatus de platino y siempre formaron parte del “big four” del thrash en EEUU, pero incluso los peores álbumes de METALLICA (y álbumes malos, seamos francos, tienen unos cuantos) vendieron unos pocos millones de copias. Desde un punto de vista musical y si miramos de arriba a abajo las discografías de ambas bandas, ‘DETH ha sido más consistente y con más calidad que ‘TALLICA. Perdonadme esta pequeña introducción pero al ser la crítica del primer plástico de Mustaine y cía. pensé que sería menester dar un poco de contexto.
Si tenemos que ponernos absolutamente técnicos, MEGADETH nació en el momento en que Mustaine lanzó una maceta que atravesó el cristal de la ventana del prolífico bajista Dave Ellefson ya que éste estaba tocando demasiado alto. El resto, como se suele decir, es historia.
Metámonos en faena. «Killing is My Business…and Business is Good!» fue el primer álbum de MEGADETH, que salió en 1985 a través de la Combat Records. Para meternos dentro del contexto del “big four”, por aquel entonces METALLICA y SLAYER ya habían lanzado dos álbumes respectivamente de magnífica factura y ANTHRAX habían sacado el debut, el EP “Armed and Dangerous” y en unos meses sacarían el “Spreading the Disease”. MEGADETH (formados por Dave Mustaine a la guitarra y voz, Chris Poland a la otra guitarra, David Ellefson al bajo y el malogrado Gar Samuelson a la batería) por tanto arrancaron un poco tarde pero dado que Mustaine era uno de los miembros fundadores de METALLICA ya tenía los dos pies de lleno metidos en la zona thrash. Dicen por ahí que el fin principal de este LP fue demostrar a sus antiguos compañeros que Mustaine era un buen guitarrista dado que éstos ahora echaban pestes de su forma de tocar. Qué duda cabe que esto lo hacían por pura maldad y para crear mal rollo después de haberle mandado a paseo… el tío sabe tocar. Tengo que decir que este es quizás el disco que menos me gusta de ellos (por lo menos hasta “Risk”), pero al ser el primer larga duración de los de Los Ángeles tiene una importancia histórica indiscutible.
Cabe decir ante todo que el sonido aquí es extremadamente crudo en comparación con los álbumes que le sucederían. Una vez leí por ahí que tenían un presupuesto de 8.000 dólares para grabar y producir este álbum. Sin embargo (sorpresón), más de la mitad de este dinero se destinó a las drogas y el alcohol. Es decir, fueron tan sumamente tontos que se perjudicaron a sí mismos y no tuvieron más remedio que despedir al tío que en principio les iba a producir el disco. A causa de esto Mustaine y compañía produjeron el álbum ellos mismos. Y eso se nota. La portada también es un poco chapucerilla aunque tiene su encanto. Aún así, la musicalidad y la composición de las canciones es bastante buena y para aquellos tiempos el nivel es impresionante. Francamente, no logro comprender cómo estos chicos pudieron estar constantemente metidos en drogas y alcohol y aún así lograr componer metal de tanta calidad. Las guitarras de Mustaine y Poland por cierto aquí son más rápidas que lo que acostumbrarían a hacer más tarde y casi suenan más a speed metal que a thrash (aunque la línea que divide estos dos estilos es a menudo harto borrosa y desdibujada). No me malinterpretéis – se trata de un disco de thrash. Pero los toques de speed metal están ahí y no pueden (ni deben) ser ignorados. Por otra parte, el magnífico bajista Dave Ellefson aquí ya se nos muestra como una bestia a las cuatro cuerdas… y lo mejor de todo es que álbum tras álbum se fue superando. Saliéndome un poco de madre, creo que la figura de Ellefson fue crucial para MEGADETH y que la banda nunca hubiera llegado a donde llegó sin él. Aparte de ser un músico excelente siempre fue más que “la mano derecha” de Dave. Fue alguien que dio a la banda estabilidad, saber estar y muchos temas co-compuestos por él.
«Last Rights / Loved to Deth» es la primera canción del álbum y comienza con un piano clásico fantástico que luego pasa a ese riffeo y baqueteo tan agresivo para aquellos tiempos.
Hay que decir que aunque la ejecución es muy buena, los ocho temas dan un poco la impresión de sonar muy parecidos… hay calidad pero poca variación entre temas. Incluso la versión que hacen de “These Boots” parece casi un tema suyo. “Rattlehead” es uno de los temas favoritos de las legiones de fans de la banda y también uno de los temas más rápidos del álbum. La verdad es que escuchando el disco no puedo más que reafirmar que todo está muy bien pero falta algo que llame la atención. Es todo un tanto repetitivo, y la producción a cargo de la banda desde luego no ayudó demasiado a que los temas se lucieran más. La batería está bien tocada aunque la producción sea un poco mala. Sigue la fórmula tradicional del thrash/speed metal y suena casi mejor que buena parte de lo que Lars Ulrich había hecho hasta entonces. Creo que hay más variación aquí en el departamento de batería. Esto compensa la similitud general de la música y no se ciñe completamente al galope thrashy que tantas bandas utilizan en exceso. «Rattlehead» y «These Boots» contienen, probablemente, el trabajo de batería más impresionante del álbum.El último tema “Mechanix” por lo visto era un tema o esbozo de tema ya de los tiempos de METALLICA que por la parte de éstos acabó conviertiéndose en “The Four Horsemen” y por parte de MEGADETH acabó siendo “Mechanix”. Historias curiosas.
La verdad es que si nos fijamos sólo en los debuts, el «Kill ‘Em All» es sin duda superior al “Killing Is My Business”. Lo único que sí puedo decir, sin embargo, es que este álbum es mucho más enérgico y agresivo que lo que fue «Kill», probablemente por la velocidad imprimida y ya segurísimo por la mala leche que le metió al asunto Dave Mustaine, que como todos sabemos estuvo décadas y décadas resentido y enemistado con METALLICA y poniéndolos a parir.
Tengo que confesar que, aunque me considero un fan de MEGADETH, nunca he sido un gran fan de la voz de Mustaine. Entiendo que siempre ha cumplido su función y ya está, aunque al final mejoró con los años. Sin embargo aquí Dave ofrece, en mi honesta y humilde opinión, una de sus actuaciones más deslucidas. Musicalmente sin embargo, la placa es lo suficientemente competente como para ser considerada un “clásico del thrash”, sobre todo si tenemos en cuenta que fue el debut de una banda que acabaría siendo un “big four” y una de las bandas más celebradas del metal en general.
Otra anécdota digna de mención es que la noche de Fin de Año del 85 MEGADETH tocaron en San Francisco con EXODUS, METAL CHURCH y… una banda llamada METALLICA como teloneros. Esa sería la primera y última vez que compartirían cartel hasta 1991 (esto no quiere decir que las bandas se hicieran amigas, ojo).
Y poco más, damas y caballeros. Ésta fue la primera entrega de la banda capitaneada por Mustaine y Ellefson. Un disco bueno sin duda y cuya importancia fue innegable a la hora de establecer a MEGADETH como una de las bandas más relevantes en el heavy metal en general, así como para colocarlos en el «Big Four». Pero lo que queda claro es que lo mejor estaba por venir… ¡y cómo! Apenas un año después sacaron esa auténtica maravilla titulada “Peace Sells… But Who’s Buying?” que se convirtió en uno de los discos más icónicos y enloquecedores del thrash habidos y por haber.
Puntuación
Nota - 8
8
Nota
Y poco más, damas y caballeros. Ésta fue la primera entrega de la banda capitaneada por Mustaine y Ellefson. Un disco bueno sin duda y cuya importancia fue innegable a la hora de establecer a MEGADETH como una de las bandas más relevantes en el heavy metal en general, así como para colocarlos en el "Big Four".