MINISTRY (USA) «Hopiumforthemasses»

¿Cuál es el momento en que una banda deja de ser novedosa y se convierte en clásico o, aún más, en leyenda? Llevo varios días dándole vueltas a esta cuestión desde que pillé la review del grupo con el que hoy voy a dedicar estas líneas. La pregunta se las trae, porque conlleva un aspecto objetivo y otro subjetivo. ¡Colorea y rómpete los cuernos con Teo!

Me explico en lo de los aspectos objetivos y subjetivos. ¿No os ha ocurrido que escucháis un álbum de una banda más o menos consolidada y de repente, se convierte en un clásico, en un fundamental en vuestra discografía? Ese es el aspecto subjetivo. A mí me pasó cuando MASTODON sacaron su “Crack the Sky”. Los americanos apenas llevaban una década en escena y me reventaron la cabeza con aquella grabación. En un sentido literal, me tiré un mes con el CD puesto en bucle. Los temas, las ambientaciones, la historia, el booklet… Y luego está el aspecto objetivo, cuando esa opinión subjetiva de cada uno pasa a ser un común acuerdo, reconocimiento y aceptación entre todos los mortales. Todos hablamos de tal disco o de aquel otro… ¡Es un clásico! Y no, no hablo de desempolvar viejos vinilos, aunque sí, en mi colección tengo, por ejemplo un “Made in Japan” de los DEEP PURPLE y estamos hablando de un álbum de 1971. Ahí hay un consenso, ¡Es un clásico!

Hablo en este caso de MINISTRY que así, por la tontería, llevan desde 1981 dándole leña al asunto. Que son más de 40 tacos atronando; que estamos hablando de los padres del Industrial, que estamos hablando de clásicos como el “Psalm 69” (1992), que estamos hablando del yayo Al Jourgensen que ya lo ha visto todo, que ya se lo ha bebido todo, que ya se lo ha fumado y esnifado todo… y ahí sigue, con su nuevo “Hopiumforthemasses”. Y sigue en su línea también con los títulos de los álbumes, mezclando la palabra “Hope” (esperanza) con “Opium” (opio) y todo eso ¿para quién? Para las masas y ya empezamos con una clara intencionalidad marxista. Con lo que les debe joder eso a los bien pensantes americanos.

Porque en el trabajo como tal, poca sorpresa nos encontramos. El Industrial fue un bombazo revolucionario allá entre finales de los 80’s y principios de los 90’s, ¿pero ahora? No obstante, la banda sigue fiel a su estilo y musicalmente ya sabemos lo que es MINISTRY. En el otro aspecto del grupo, pues el yayo Jourgensen sigue tan crítico, tan ácido y tan lenguaraz como siempre y le mete una repasada al sistema de vida americano que los deja suavecitos, suavecitos. Bueno, al American Way of Life y a todo lo que pilla a mano. Porque abrimos con “B.D.E.” siglas que corresponden a “Big Dick Energy”, un medio tiempo que dedicamos con mucho amor a todos los malnacidos que violan y/o asesinan a mujeres. ¿Con mucho amor? ¡Nah, que se jodan todos y cada uno de ellos, les deseo lo peor! “Goddamn White Trash” es un pelotazo de los buenos, de los que me gustan la banda. Y como no, como reza el título de la canción: la puta basura blanca, y como ha dejado escrito en sus letras el yayo Al: sin cultura y listos para la batalla; han probado la sangre y ahora están listos para más. Obviamente es crítica a la situación en los States, pero la podemos extrapolar a cualquier lugar del mundo, ¿o no estáis rodeados de esos paletos fascistoides?

“Just stop oil” no le va a la zaga al tema previo: crujiente, groovero, con multitud de sampleos y una crítica a todos aquellos que se están cargando el planeta y luego publican informes que dan vergüenza ajena o pagan multas ridículas por desastres ecológicos. “Aryan embarrassment” es un arrastrado y pesado alegato que si no te ha quedado claro de qué va, te lo repiten hasta la saciedad: “The Jews will not replace us / Nazis replace us instead”. Joder, adoro a este hombre. Pero para que la cosa no quede a medias, MINISTRY ataca con una aceleradísima “TV Song 1/6 Edition”, y de nuevo el yayo Jourgensen se despacha a gusto con los del Partido Republicano. Con el tonto de Donald Trump ¡vaya!, porque tonto es un rato, pero es un tonto con notoriedad, poder y acceso al botón rojo. “New Religion” es otra ácida crítica a aquellos que, tal como reza en sus letras, anteponen sus beneficios a las vidas humanas. ¡Ahí lo dejo! “It’s no pretty” es un temarraco que, si bien comienza de un modo más relajado, pronto se convierte en un artilugio bailable con esos toquecitos de Synth-pop pesadote que tanto molan y que son tan característicos de la mente del yayo Al. ¡Sigue en forma el cabrón! Por no hablar del “Cult of suffering”: vacilón, groovy, dando muestras de que la banda sigue siendo un clásico, una leyenda. Cierran el trabajo con “Ricky’s hand” con un Techno machacón y con una rocambolesca historia donde el yayo Al da rienda suelta a su ácido sentido del humor.

No es el mejor trabajo de la banda, ni el peor. Es otra muestra de que la aparente compleja pregunta que plantee en el párrafo de apertura tiene fácil respuesta cuando hablamos de bandas como MINISTRY. ¿Son clásicos? ¿Son leyenda? Independientemente de consideraciones personales y subjetivas, la realidad es que a las preguntas planteadas tenemos que responder afirmativamente. Eso es indiscutible, que el yayo Jourgensen ya se cuenta entre los clásicos y entre las leyendas. “Hopiumforthemasses” es una confirmación de ello y que sigue, como ya he dicho, tan crítico, tan ácido y tan lenguaraz como siempre. Así da gusto que haya cosas que nunca cambian.