NEGURA BUNGET (ROU) «Taus» CD 2015 (Lupus Lounge Records)
Autor: Juan Angel Martos
Para muchos esta banda procedente de las lejanas y misteriosas tierras de Rumanía, será totalmente desconocida, pero estamos ante una de las bandas más importantes de su país, en activo desde 1995, contando hasta el día de hoy con 7 discos de estudio, y casi una decena de EPs, demos y singles. Ellos practican una mezcla de black metal, con elementos progresivos y del folklore, lo que a su vez los hace muy atmosféricos, trasladándonos con su música a los fríos y lúgubres bosques transilvanos. Sus letras y su temática en general tratan de la mitología, de la espiritualidad transilvana, del “principio de los 4”, por el cual la naturaleza está formada por 4 estaciones, las fases de la luna son 4, 4 puntos cardinales…, nos quieren transmitir ese ambiente oscuro, profundo y denso, de los místicos y neblinosos paisajes de los Cárpatos, de aquí su nombre NEGURA BUNGET (quiere decir algo como niebla de oscuridad, negra, densa…, palabras sacadas de un antiguo dialecto base de la lengua rumana, el tracio). De hecho una de sus bazas que no juegan a su favor es el idioma, pues ellos mantienen el lenguaje materno, el rumano, no muy asequible fuera de su país, hándicap que no les ha importado en exceso, pues su trayectoria sigue creciendo en el mundo de la música. Aunque tras problemas internos de la banda dos de sus miembros más veteranos Hupogrammos y So Faur, dejaron la banda para formar DORDEDUH, siguiendo el mismo estilo que hacían en NEGURA BUNGET. El percusionista Negru continúo con la banda y con el nombre, añadiendo nuevos músicos al elenco, de hecho es el único miembro original que queda. Un cambio muy importante, manteniendo a flote la banda rumana por excelencia, aunque estas nuevas influencias se noten un poco.
Tras esta breve introducción, la cual veo necesaria para comprenderlos, conocer el porqué de su música y su universo, anidado al folklore transilvano, de hecho son incesantes las referencias a su tierra en este Tau (pantano, ciénaga), aparte de por el idioma, por los diferentes instrumentos que introducen en sus composiciones, desde xilófonos, cuernos, flautas de pan, trompetas, instrumentos tradicionales…, una amalgama de sonidos que cada tema lo hace especial. Este disco es la primera parte de una trilogía que el grupo quiere llevar a cabo sobre Transilvania, por eso el álbum está repleto de un halo de misterio constante y cumple a la perfección su cometido.
Nametenie, es el tema con que abren este último disco, un tema de desarrollo lento, y el más largo del disco unos ¡diez minutos!, tras un inicio instrumental, solo alterados por susurros y flautas que suenan de fondo, el paso hacia la oscuridad y la espesa niebla está preparado, con una orquestación in crescendo, nos depara un cambio radical, acompañando de voces corales, a los desgarrados lamentos que parecen salir desde las profundidades del bosque. Un tema largo con cambios constantes, con partes instrumentales, de medio tiempo, épicas, y algunos instrumentos inquietantes que acrecientan el miedo a un mundo fuera de lo común. Una perfecta transición hacia lo que nos depara el disco.
En nuestra vorágine transilvana Izbucul Galbenei, continua el tránsito, mucho más desgarradora que la anterior, desarrollan sus influencias blackers, pero con unos ritmos machacones seguidos con una voz desgarradora, arropada por unos teclados que cumplen su cometido perfectamente. La Hortaru Cu Cinci Culmi (Al borde de las cinco cumbres), es un tema de corte más folk, con sonidos ambientales (¿de aves?), e instrumentos tradicionales, parece transportarte con su inicio al pie de los Cárpatos, y el sonido de flautas, tambores… (Aunque en su parte final se me hace un poco raro, la forma de recitar-cantar que mantienen).
Gurgerea Muntelui, mantienen esos instrumentos tradicionales, recordándome a una especie de ritual ancestral, armonizado por el teclado y las flautas, va creciendo en su desarrollo para terminar, en el aspecto vocálico, de una especie de monologo, a melodías limpias con coros hasta una voz desgarrada, acompañada por una trompeta. Un tema místico.
Tarim Vilhovnicesc, (Tierra de hechiceros), vuelve tras la calma a la tempestad, cercana al black metal sinfónico, con melodías limpias en la parte central, incluyendo como instrumentación el golpeo con palos de madera e incluyendo un solo pequeño solo de teclado, recordándome a grupos como STRATOVARIUS (Raro…, pero tiene ese toque de power), para terminar con su parte más black.
Impodobeala Timpului, comienza de una forma extraña, como una especie de sonata folk rumana, pero cambia rápido de tono, volviéndose oscura y agresiva, hasta que el canto de una mujer irrumpe, con cantos amenizados con instrumentos de percusión y la flauta de pan, dando un giro por momentos a una especie de melodía circense rumana, (incluyendo a la típica adivinadora en su carreta de madera), interrumpida de nuevo por los espectros de la noche, el sonido mágico del xilófono y una percusión metálica de cencerros y metales.
Picur Viu Foc, vuelve a la escena blackers sinfónica, repleta de orquestaciones e instrumentos tradicionales que irrumpen en la vorágine de sonidos, mientras el paseo por la espesa niebla llega a su fin con Schimniceste, desarrollándose entre un manto nebuloso, con una llevándonos por senderos sinuosos y místicos, donde las partes vocálicas limpias emergen y se funden con las armonías espirituales de las guitarras y toques folk, (una de mis preferidas), poniendo el broche perfecto a este camino por la espesura espiritual transilvana.
En definitiva, un buen disco de NEGURA BUNGET, sin llegar a increíble Om, que los alzó en 2006 a ser reconocidos por casi todo el mundo. Pero merece la pena esperar a ver como desarrollan esta trilogía dedicada a su tierra, y ver como dirige Negru la nueva formación (recordemos que es el principal artífice de la ideología de la banda).