Por Lluís García Sola
En España tenemos un buen puñado de bandas de Heavy Metal que nada tienen que envidiar a la mayoría de nombres internacionales, algunas de ellas cantando en el idioma patrio y otras en inglés. Este último es el caso de SNAKEYES, quienes con su segundo álbum, “Metal Monster”, confirman que lo suyo es puro y duro Heavy Metal de la vieja escuela ejecutado con un talento y una técnica absolutamente envidiable. Por cierto, el nombre del disco no lo podrían haber elegido con mayor acierto.
Sin concesiones, así despega “Into the Unknown”, un corte potente y veloz de espíritu metálico indomable y esencia Power Metal. La voz rasgada de Cosmin Aionita desprende una energía que, personalmente, me recuerda al mejor Tim “Ripper” Owens, y los riffs de guitarra que le acompañan le otorgan, si cabe, una mayor agresividad a su rango. Sigue los mismos pasos “Evolution” con Justi Bala dibujando unas estructuras de guitarra al más puro estilo BLIND GUARDIAN pero con un conjunto instrumental cargado de mucha épica y garra. El compás se acoge a los ritmos más Hard Rock en “(Point of) No Return”, con un estribillo muy pegadizo y unas melodías predominantes durante todo el corte, aunque no por ello exento de una contundencia más propia del Heavy Metal.
“Cyberkiller” hace honor a su nombre. Una animalada en forma de Terminator metálico con unos versos que parecen escupir sangre y un estribillo de matices y harmonías más melódicas pero que sigue sin dejar tregua alguna. Y llegó el turno de “Metal Monster”, tema que da título al álbum y que se convertirá en un indiscutible himno de la banda en parte gracias a una letra que proclama sin tapujos una honesta pasión hacia el género. La máquina no para y “Edge of the World” es una perfecta muestra de ello. Arrolladora base rítmica de pegada salvaje a cargo de Carlos Delgado a la batería y de Jose Pineda al bajo, quién también se encarga de las segundas voces y de la propia producción del compacto. ¡Enorme labor porque hay que ver como suena la bestia!
“Sign of Death” sigue apostando por la velocidad y los poderosos riffs de Justi Bala, siempre fiel y violentamente escudado por una imponente base y la voz de Aionita demostrando todo su potencial. Que es mucho, creedme. La barrera que separa el Heavy Metal del Thrash en ocasiones es muy delgada, y “Facing the Darkness” es un claro ejemplo de ello. Ese contraste instrumental tan visceral contrasta perfectamente con esas melodías tan típicas de bandas como PRIMAL FEAR y el conjunto es francamente admirable. No esperéis otra cosa porque no os la van ni os la quieren dar, y así llega “Your Own Shadow” con algunas texturas de guitarra que podrían recordar a los propios IRON MAIDEN pero arropados de un halo mucho más cañero.
El final se va acercando a ritmo de “Circus of Fools”, un cruce entre los JUDAS PRIEST de “Painkiller” y “Jugulator” que no hace prisioneros y que estalla en todo su clímax en su poderoso estribillo, algo que se nota que la banda ha trabajado mucho en sus composiciones. Y, ahora sí, llega la hora de la despedida no sin antes dejarnos una pequeña joya de más de ocho minutos en la que despliegan todo su arsenal de Heavy Metal y cada músico encuentra su espacio para deleitarnos con intachable técnica. Un pasaje que nos lleva al recuerdo de todos los grandes del género en un viaje sin retorno. Desde aquí pido perdón por no haberles descubierto antes, pero más vale tarde que nunca, y si aún no les habéis escuchado apuntad: Ellos son SNAKEYES y esto es “Metal Monster”. De nada.
Nota - 9
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Nota
Desde aquí pido perdón por no haberles descubierto antes, pero más vale tarde que nunca, y si aún no les habéis escuchado apuntad: Ellos son SNAKEYES y esto es “Metal Monster”. De nada.
