THE SPLIT (CZE) «Reminiscences»
Slovak Metal Army, 2021
Grandes momentos de la Iglesia Católica. El Cisma de Occidente producido entre los años 1378 y 1417, momento en el cual hubo hasta tres obispos disputándose la autoridad pontificia. En resumidas cuentas, un “quítate tú pa’ponerme yo, que yo creo más en Dios que tú”. ¡Colorea y aprende con Teo!
Ahora bien, parece que nada tiene que ver la intro con una review de una banda checa. ¿O sí? Pues la verdad es que sí que tiene que ver. Su nombre, THE SPLIT, puede ser traducido como tal, como “el cisma”. Y la gran disputa es casi siempre la misma: ¿cuál es la mejor banda de Prog: DREAM THEATER o ___ (rellénese por el interesado)? Ahí caben un montón de bandas como PORCUPINE TREE, PAIN OF SALVATION y mil más. Sinceramente, a mí los americanos me dan bastante por el orto y hacen que huya despavorido de cualquiera de sus discos. Tengo que estar en vena, en un estado anímico adecuado, para meterme un “Metropolis” y eso que tengo el “Images and Words” original. Incluso entre los fans de la banda también hay cisma: ¿Quién es mejor: Portnoy o Mangini? Pero hete aquí que nos encontramos con una banda como la arriba mencionada que me ha congraciado con el género y de cisma, nada de nada.
“Ancestral Signs” abre realmente potente, aunque cuando le meten esos efectos cósmicos, de ecos, el tema gana enteros. Lo que es la instrumentalización, es una barbaridad. La voz irrumpe de manera nítida, brillante, acompañada por la banda con la incursión de unos sinfónicos teclados. Y llegan a su punto álgido con una serie de intervenciones en plan Jordan Rudess, y los atmosféricos solos de guitarra. Y es que la banda suena a eso, a DREAM THEATER en versión comprimida. Entendedme bien: no como émulos o hermanos pequeños que quieren y no llegan; no, todo lo contrario. Donde los americanos me aburren, los checos me enganchan. Y mientras los primeros son cinco músicos, aquí todo el barullo lo llevan con batuta maestra tres miembros de nombres impronunciables: Mira Mik Valouch al bajo, Zdeněk Čepa Čepička a la bateria y percusión y, por último, Mirek Řezníček a las guitarras y los samples. Músicos que vienen de bandas tributos a DREAM THEATER o PORCUPINE TREE y eso se nota.
“Trapped” es otro largo tema de complejo desarrollo, pero como he dicho, dónde los DM me aburren porque me dejan la sensación de autofelación en plan “Mira que rápido, complejo y enrevesado toco”, los de THE SPLIT me dejan con la agradable sensación de que sí, que se puede tocar complejo y enrevesado, pero con sentimiento, emoción y un objetivo en el tema más que la mera demostración técnica e instrumental. “Annual Rings – chpt. I. Stardust” es, en contraposición a lo escuchado hasta ahora, un sencillo tema con una guitarra acústica, percusiones de fondo y poquito más: pergeñado, armado y desarrollado sobre seis cuerdas y una atmosfera. Continúan con “Annual Rings – chpt. II. The Echoes”, donde vuelve a aparecer la vocal femenina que ya rubricó una excelente intervención en un tema anterior; las guitarras acústicas, la inserción de unas líneas de flauta travesera… ¿qué más se puede pedir?
“November days” empieza melancólicamente con un piano, como los grises días de noviembre del título. Pero las dobles armonías vocales le dan una pátina completamente distinta. Y como siempre, la instrumentalización de la banda es absolutamente brillante, orgánica y evolutiva, como dan buena muestra de ello en la segunda mitad de este tema. Sí, poniendo el oído en modo analista escucho los tempos de amalgama, la progresión de acordes, las cincuenta capas de los distintos instrumentos, sus luces, sus atmosferas… Pero, es que prefiero escucharlo con el oído más visceral y emocional, y cuando soy capaz de aunar las dos maneras de oír la música, esto es gloria divina. “Chain Reaction” sí lleva, en efecto, ese rollo más DREAM THEATER, con toda la banda al límite de sus posibilidades y encima con una producción cuidadísima que nos permite escuchar todo el barullo de los tres músicos. Barullo en el buen sentido de la palabra: una batería milimétrica y colorista, un bajo virtuoso, potente y sólido; una guitarra que se mete por todos los sitios y de todos los modos posibles: eléctrica, emotiva, simplista o enrevesada… Un power trio al que no le hacen falta más gente para desarrollar semejante sinfonía, unos RUSH versión checa.
Incluso “Outro” me chifla. El tema más largo del álbum (¡dieciséis minutos, oiga!) se desarrolla por distintos derroteros: el contraste entre la fiera instrumentalización del principio con los arreglos de etéreos teclados, la coherente evolución y engrandecimiento del tema que nos va llevando a hasta un final que deja el álbum en lo más alto.
Así que, por mi parte, que los americanos sigan por su senda y sacando álbumes harto complejos y para escuchar con oído analítico. Acabo de descubrir a THE SPLIT y me he vuelto a enganchar al género. ¿Cisma? ¿Por qué no vamos a discutir sobre quiénes son los reyes del género, si podemos disfrutar de ambos sin necesidad de luchas intestinas? THE SPLIT son buena prueba de ello: se puede reinar sin pedir permiso a los grandes, y ésta banda así lo hacen.
Puntuación
Nota - 9
9
Nota
Así que, por mi parte, que los americanos sigan por su senda y sacando álbumes harto complejos y para escuchar con oído analítico. Acabo de descubrir a THE SPLIT y me he vuelto a enganchar al género. ¿Cisma? ¿Por qué no vamos a discutir sobre quiénes son los reyes del género, si podemos disfrutar de ambos sin necesidad de luchas intestinas? THE SPLIT son buena prueba de ello: se puede reinar sin pedir permiso a los grandes, y ésta banda así lo hacen.