VAMPILLIA (JPN) «Happiness Brought By Endless Sorrow» CD 2018 (Temple of torturous Records)
Por Mateo Rua García
Osaka-ben wakarehen frase utilizada en Japón para romper el hielo con alguien proveniente de dicha ciudad, y que significa literalmente: no entiendo el dialecto de Osaka.
De allí es de donde provienen VAMPILLIA, una banda bastante difícil de catalogar y difícil de entender. Quizás para los puristas de lo extremo no sea de su agrado, y quizás para los puristas de estilos más melódicos no sea de su agrado.
Demasiado extremos para ser melódicos, y demasiado melódicos para ser extremos. La banda en si es un oxímoron, pero ahí es donde reside su magia, con un estilo propio, y la armonía donde reina el caos. Son un alarde de brillantes y disciplina.
Desde su formación en 2005 han lanzado entre Splits y trabajos propios nada más y nada menos que la suma de 24. Experimentado con todo tipo de sonidos y música. Han seguido su camino del samurái en toda regla, se nota que han hecho sus deberes y que han practicado hasta sangrarles los dedos.
Y como no podían ser de otra manera, en su lucha constante entre el bien el mal, nos traen este año de la mano de Temple of torturous Records “Happiness brought by endless sorrow” que vendría siendo algo así como: felicidad traída por un eterno dolor.
Lo primero que asalta nuestros oídos es una potente batería a toda velocidad, con ritmos y cambios frenéticos, seguidos por unas guitarras y unas voces bastante densas, y potentes. Un bajo a ritmo vertiginoso que casi desafía la ley de la gravedad, y para terminar un teclado con unas excelentes melodías que se cuela entre todo ese caos y esa fuerza; para que todo sea aún más caótico, pero a su vez casi majestuoso. Todo ello ejecutado con perfecta destreza.
Parece que nada tiene sentido y lo tiene a su vez….
En sus oídos dejo su juicio. El mío es de 10/10
Nota - 10
10
Nota
Demasiado extremos para ser melódicos, y demasiado melódicos para ser extremos. La banda en si es un oxímoron, pero ahí es donde reside su magia, con un estilo propio, y la armonía donde reina el caos. Son un alarde de brillantes y disciplina.