VISITANT (USA) «Rubidium»

Existen determinadas palabras que, según la persona evocan significados distintos. Una simple y, en teoría, inocente palabra, puede generar una determinada reacción en el oyente que puede ser diametralmente opuesta a lo deseado o esperado. Por ejemplo, para mí, visitante tiene ciertas connotaciones nada halagüeñas. Porque una cosa es ser convidado o invitado y ello conlleva una predisposición positiva por parte de quien te invita a un evento o a su domicilio. Pero un visitante… Ah, las trampas del lenguaje. ¡Colorea y aprende con Teo!

Porque un o una visitante puede ser una presencia que no deseas en tu vida. Quizá por las lecturas de “El Cuervo” de Edgar Allan Poe, el inoportuno visitante es el ave del título que le recuerda una y otra vez aquello de “Nevermore” (nunca más). La Muerte misma, es una vieja conocida que camina a nuestro lado desde nuestro nacimiento y que, en un determinado momento, decide hacer acto de presencia ante nosotros. ¿No me digáis si no es una visitante no deseada? Por eso la banda que nos ocupa me llamó la atención. Con un nombre, en apariencia tan inocente o carente de aciago sentido, como VISITANT, a mi si me evocó estas emociones. Tampoco le hagáis mucho caso a este viejo redactor y sus elucubraciones. Aunque si deberíais hacerme caso a la hora de la recomendación de escuchar su primer larga duración, titulado “Rubidium”.

“Unworldly” inicia el trabajo con unas emocionales y lóbregas líneas orquestales para arrancar con la tormenta sonora. A lo largo del tema descubrimos una perfecta y engrasada maquinaria de Blackened Death Metal. Y ya sabéis lo complicado que en ocasiones es separar un género del otro. Hay que irse a conceptos más técnicos como el uso de quintas disminuidas, o los Blast-Beats o… En cualquier caso, ambos estilos extremos pueden combinar muy bien si la banda sabe cómo trabajar entre las distintas texturas y los cánones de los géneros. Y VISITANT saben muy bien lo que están haciendo. Llevan tres años pergeñando este disco y los músicos asociados bajo este nombre no son unos novicios; todos ellos tienen un extenso currículo y bagaje a sus espaldas. Y se nota, ¡vaya si se nota! “Briars” se inicia con la angelical voz de Chelsea Marrow, para volverse a meter en una vorágine de agresividad, desarrollos con pinceladas técnicas, incursiones de un Melodic Death, atmósferas, recovecos y un montón de cosas más. “Starless” es una joya con desarrollos técnicos, ambiente muy conseguido gracias a las orquestaciones del también batería Anthony Lusk-Simone. Ya sé que, a estas alturas de la película, puede parecer un recurso muy manido; pero cuando está bien metido, aunque sea de una manera sutil, y ves que encaja y que tiene su sentido dentro de la globalidad del tema, pues ¡miel sobre hojuelas!. El tema homónimo es otro trallazo que se va a un mid-tempo pero conserva toda la fiereza y la musicalidad de una banda llamada a ser una de las grandes. O, en caso de no conseguirlo, si es cierto que es una apuesta segura y si tocan en un festival cercano, una recomendación y una apuesta segura. Intensidad tras intensidad, entra “Fodder”, otro mastodonte de creatividad, bulliciosa energía y rabia, que enlaza con “Envy’s Lament”. Ese híbrido entre estilos extremos, Chelsea pasando de los guturales a la voz angelical, Antony Lusk trabajando como un metrónomo y controlando todos los tempos y los breaks; los dedos mágicos de Taylor Tidwell machando riffs u ofreciendo melódicos solos de guitarra y cerrando filas las cuatro cuerdas de Killian Duarte, trabajando para que todo esté cohesionado y funcione. Cierran el trabajo con una mistérica y etérea “Moon Bathe”, de claras influencias arábigas.

Después del intenso viaje, pienso de nuevo en Poe, y en esos extraños visitantes que llegan a nuestras vidas. VISITANT son una de esas bandas que, de una manera inesperada llegan a ti, y, por llevarle la contraria al cuervo del poema del escritor, no se les puede decir “Nevermore”. Todo lo contrario; te dejan con ganas de más y esperas que la existencia de la banda se alargue y sigan ofreciendo trabajos como este “Rubidium”.