Crónicas Live

[CRÓNICAS LIVE] STRATOVARIUS + GLORYHAMMER + DIVINE ASCENSION – Sala Razzmatazz 2, 28.10.2015 Barcelona (RockNRock)

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Crónica | Fotografías: Lluís García Sola

Extensa noche de Power Metal que nos esperaba a todos los aficionados al género que nos dimos cita el miércoles por la tarde en la céntrica Sala Razzmatazz 2 de Barcelona. Unas 3 horas de heavy, melodía y ritmos acelerados que pondrían de manifiesto que si bien el género no está en aquel glorioso momento que vivió hace ya unos cuantos años, si se encuentra en un buen y saludable estado de forma gracias a bandas legendarias como STRATOVARIUS, que encabezaban el cartel de la velada, y otras que venían pegando fuerte, especialmente entre los seguidores más jóvenes, como los divertidos GLORYHAMMER.

Los primeros en saltar al escenario fueron los australianos DIVINE ASCENSION, con una sala aún lejos de mostrar su mejor versión, pero con un Heavy Metal sinfónico muy melódico, en parte gracias a la poderosa y melosa voz femenina de su vocalista, Jennifer Borg. Venían a presentarnos su nuevo álbum, “Liberator”, y nos dejaron un muy buen sabor de boca gracias a temas como “Dawn Brings No Mercy”, “Stronger” o el mismo “Liberator”, dejando patente que si bien aun le falta ciertas tablas y conexión con el público, tienen una buena materia prima sobre la que trabajar. Jason Meracis al bajo y las segundas voces formaba la parte rítmica de la banda junto al batería Luke Wenczel, mientras las guitarras de Karl Szulik y Robb Inglis se fusionaban y retaban con un David Van Pelt muy activo a cargo de su teclado. “My Contender Lies” y “Hideaway”, también del último álbum, solamente se vieron interrumpidas por el único guiño a su trabajo debut con el corte de “Answers”. Un buen directo, con detalles a pulir y mejorar, que sirvieron que un público mayoritariamente un poco frío comenzara a entrar en calor.

Poco más tarde saltaron a escena los escoceses GLORYHAMMER tras la épica intro “Infernus Ad Astra” que dio pie a la veloz “Rise of the Chaos Wizards”, bordada por la voz de Thomas Winkler. Él mismo se encargaría de presentar su próximo tema, “Legend of the Astral Hammer”, alzando su martillo y agitando a un público animado y feliz por la propuesta de la banda. El proyecto musical del teclista Christopher Bowes (ALESTORM), disfrutaba e hizo disfrutar con su Power Metal Épico creando una gran comunión con los asistentes. Estribillos pegadizos, grandes coros y muchos arreglos instrumentales como pudimos comprobar en temas como “Hail to Crail”, “Angus McFife” o “The Hollywood Hootsman”, en el cual, el bajista James Cartwright nos demostró sus dotes a la hora de beber cerveza. “Universe on Fire” y “Goblin King of the Darkstorm Galaxy”, con un micrófono utilizado como espada láser gracias a la colaboración de la audiencia, marcaron los últimos temas de su último trabajo, antes de finalizar el show con “Magic Dragon” y las galopantes guitarras de Paul Templing y batería de Ben Turk de “The Unicorn Invasion of Dundee”. Se despidieron entre aplausos con “The National Anthem of Unst” sonando en los altavoces de la sala. Un soplo de aire fresco, muy divertido pero con gran calidad, y un punto muy friki como sus letras y vestimentas delatan, que sirvieron para ganarse a un puñado de fans y meterse a los que ya tenían en el bolsillo.

Y llegó el gran momento de la noche. STRATOVARIUS saltó al escenario dispuesto a demostrar que el Power Metal sigue muy vivo, y que los fineses son uno de sus máximos estandartes. Como así fue. “My Eternal Dream” sonó perfecto, sin fisuras, y con un Timo Kotipelto en un gran momento vocal. “Eagleheart”, la mítica “Against the Wind” (lástima que nos quedáramos sin “Distant Skies)” y “S.O.S.”, fueron cayendo una tras otra en un show que comenzó haciendo un repaso a la historia de una banda que tantas joyas han regalado al género. Timo es un gran líder, y se ha hecho con las riendas del grupo tras la marcha/despido/whatever del otro gran Timo, viviendo una segunda juventud musical junto a su amigo y compañero, Jens Johansson, y la sangre nueva y más joven que completa esta nueva época. Para muestra un botón, con el solo de bajo de un risueño Lauri Porra, que una vez más se ganó a los fans catalanes con la interpretación del himno de Catalunya, “Els Segadors”, antes de que el resto de componentes volvieran sobre las tablas para ejecutar el gran “Lost Without a Trace”, que pareció enfriar un poco a un público mucho más predispuesto a disfrutar de los clásicos que forman su discografía.

Ahí llegó “Phoenix”, un tema más marca de la casa, con la batería del joven Rolf Pilve marcando el compás con su potente doble bombo y Matias Kupiainen y Jens jugueteando con sus respectivos instrumentos en unos duelos melódicos que hacían las delicias de su público. “Paradise” enloqueció a una sala que ya presentaba mucho mejor aspecto, con más de media entrada vendida, pero que nuevamente se vería algo apagada con la interpretación de “The Lost Saga”. Un tema muy largo, épico, sinfónico, pero que quizás no termine de encajar demasiado bien en el directo. Eso sí, es una de esas canciones que hay que incluirla en los sets de la actual gira o difícilmente podrán hacerlo en las venideras. ¿Cómo solucionar esto y volver a levantar los ánimos de todo el mundo? Fácil. Las teclas de Jens ya nos dejaban entrever lo que estaba por llegar. “Black Diamond” sonó poderosa, gloriosa y majestuosa, con unos fans entregados al máximo y un Matias que ha sabido hacerse con un hueco entre los seguidores remplazando a una figura como Timo Tolkki. Con su propio estilo, algo que es digno de agradecer. “Unbreakable”, uno de mis temas favoritos, no tuvo nada que envidiarle a la anterior y la comunión entre grupo y público ya era total cuando llegó el bis.

Tras la breve pausa una guitarra acústica apareció en el escenario, y con ella, Timo y Matias, se produjo el momento más intenso y emotivo de la velada. “Forever” fue cantada al unísono con todos los asistentes, y se vivió un auténtico recital de piel de gallina del que resultaba difícil recomponerse. Lo hicieron con “Shine in the Dark” y un fin de fiesta con la icónica “Hunting High and Low” que Timo nos hizo corear una y otra vez, agradeciéndonos todo el apoyo que siempre les hemos brindado. Un broche final para una gran noche, con unos STRATOVARIUS brillantes, un repertorio bastante bien escogido por los fineses al margen de los gustos personales, filias y fobias de cada uno, y con la sensación de que el Power Metal Melódico les pertenece y la mecha sigue viva dentro de nuestros corazones. No nos queda otra que, hasta entonces, despedirnos hasta la próxima. ¿Nos veremos en la edición del año que viene del Leyendas del Rock? Seguro que sí.

STRATOVARIUS

GLORYHAMMER + DIVINE ASCENSION

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