SKYFALL (SWE) «Sleeping Forest»
Autoeditado, 2020
En alguna otra review ya he comentado el enorme poder evocador de la música. Estad atentos a lo que escucháis hoy, por ejemplo, y a las emociones que os causan, porque cuando volváis a escuchar esa misma música dentro de un año o dos o los que sean volveréis a rememorar lo que sentisteis, a la persona con la que estabais o cualquier otra circunstancia que unáis a ese tema o a ese dicho. ¡Colorea y aprende con Teo!
¿Qué he hecho yo después de desmenuzar (y disfrutar) el “Sleeping Forest” de SKYFALL? Engancharme al “Anthems to the Welkin at Dusk” de los EMPEROR. Porque aún recuerdo la primera vez que lo escuché y la honda impresión que me causó. De la mistérica y ominosa introducción de “Al svartr” saltaban a “Ye Entrancemperium” y aquello era una orgiástica tormenta de decibelios. Pero, sobre todo, una musicalidad extrema y, aun así, delicada y bella. Bien es cierto que aquello era un torbellino furioso y apabullante, como un berserker pasado de beleño e hidromiel, pero… allí, a pesar de todo, a pesar de las afiladas guitarras de Ihsahn y Samoth, de la batería de Trym, allí estaba el universo sonoro más bestial, más complejo y más negro de la música.
Pues con SKYFALL os va a pasar eso. “The Awakening” abre con mucha psicodelia a los teclados en plan ARCTURUS y el resto es viajar a otra galaxia. Enseguida entra la batería en plan apisonadora y ya nos ubica en las coordenadas del Black Metal. Pero, ¡oh, delicia! Mientras los EMPEROR maldecían a toda la humanidad y arrollaban con todo a su paso a golpes de guitarra, aquí la magnificencia, la orquestación, la ampulosidad y el sonido barroco brillan de un modo magistral. Y sí, sigue siendo Black Metal pero tamizado con el genio creativo de Jens Englund, el capo detrás del proyecto. En “Gloomy Horizon” las guitarras saltan a primer plano, lo que no opaca al resto de los instrumento, y es de agradecer. La combinación es perfecta, pero siempre con la sensación de estar escuchando un movimiento de una magnum opus clásica. Lo mismo con el siguiente tema, “Obscure Memories”. Las guitarras se mantienen en un segundo plano como mero acompañamiento, pero el peso, la magia y la emoción se lo llevan el resto de los instrumentos.
“Decadence” vuelve a retomar esas melodías sincopadas tan características de ARCTURUS y sí, la guitarra cede protagonismo a los arreglos de teclados, de cuerda. Cosa rara (y espectacular) la que se ha gestionado Jens Englund, que ha preferido dar el protagonismo a la parque orquestal y más etérea frente a lo habitual en el género, que es a la inversa. “Fading light” es otra de esas pequeñas cantatas con su ambiente, con su evolución, pero que ensambla con el resto de la experiencia SKYFALL. Escuchar este “Sleeping forest” es como escuchar el “Requiem” de MOZART, está el “Kyrie Eleison”, el “Dies Irae”, el “Confutatis Maledictis”, cada fragmento una pieza maestra pero parte integrante de una obra aún más grande y más hipnótica. Buena prueba de ello es el tema homónimo, cómo se modula el leitmotiv, como se ensamblan las distintas partes. Poco, o nada, tiene que ver esto con los primeros trallazos del género que dieron los VENOM; tampoco nada que ver con BATHORY… Pero, reitero, sigue habiendo Black Metal, sinfónico, grandilocuente y orquestal… los mejores momentos de EMPEROR o DIMMU BORGIR, pero cambiando las tornas, abajo las guitarras y arriba la orquestación. La sublimación de un estilo, la piedra filosofal, la destilación de la esencia que otros entierran bajo capas de electricidad…
Da igual por qué tema pilles este álbum; ponle un “Desolation” a cualquier borrego que te diga que lo que escuchas no es nada más que ruido, y, cuando se haya tragado sus propias palabras con doble ración de vergüenza y humillación, vuelve a pincharte el “Sleeping forest” de SKYFALL y luego, si quieres el “Anthems to the Welkin at Dusk”, y verás que son las dos caras de la misma moneda, y que las dos te encantan y te apasionan.
Puntuación
Nota - 9
9
Nota
¿Qué he hecho yo después de desmenuzar (y disfrutar) el “Sleeping Forest” de SKYFALL? Engancharme al “Anthems to the Welkin at Dusk” de los EMPEROR. Porque aún recuerdo la primera vez que lo escuché y la honda impresión que me causó.