
Como sigan así las viejas bandas del Thrash metal, las nuevas generaciones lo seguirán teniendo chungo para llamar la atención a todos los amantes de este genero, y definitivamente conseguir esa regeneración necesaria por la salud de nuestro estilo, aunque también hay que decir que el Thrash es de los géneros que más bandas nuevas nos traen continuamente. Pero entrando en esas veteranas bandas, da igual que sean e las que hacía tiempo que no sacaban nada nuevo y han decidido volver a juntarse y reivindicar su lugar, cuando en su momento se les negó, caso de los Suizos Coroner, o los que nunca lo han dejado pero que tras años de sequía exitosa y virajes en su sonido, volvieron a encontrar su sitio y dejaron de hacer tonterías, para volver a recuperar el respeto de su época más laureada, caso de Exodus, Kreator, Overkill y por supuesto, el caso que nos ocupa…TESTAMENT.
Cabe destacar la baja de Gene Hoglan, dedicado a todo tipo de proyectos y más en concreto en los últimos años a la vuelta de Dark Angel a la escena, a cambio entra un semidesconocido Chris Dovas, jovencísimo batería de apenas 27 años que sin embargo, parece tener mucha experiencia y que ha estado en bandas como Vital Remains o Seven Spires. Chuck Billy sigue siendo el cabeza de la banda, único miembro junto a Eric Peterson que ha estado en todas las etapas de TESTAMENT. Les acompañan Alex Skolnik, el gran guitarrista que en parte es culpable del sonido de la banda y ha estado en los discos más exitosos, y Steve DiGiorgio, mítico bajista y uno de los grandes maestros de las cuatro cuerdas o más…de la escena extrema. Ya lo conocemos de sobra no sólo por su etapa en TESTAMENT, que estará cerca de la década, si no por sus contribuciones a obras de bandas del calibre de Death o Sadus.
En cuanto a la nueva obra de los Californianos Para Bellum, el inicio no puede ser más avasallador con “For the Love of Pain” y “Infanticide A.I.” , dos temas de puro Death/Thrash que te dejaran los tímpanos destrozados, con un Skolnik y Peterson brutales, un Chuck muy bestia a las voces y una base rítmica demoledora. Entramos en terrenos más clásicos y típicos de TESTAMENT con uno de los singles, “Shadow people” es más rítmica y baja el pistón sobre los dos temas anteriores. “Mean to be” es el medio tiempo del disco, o la habitual composición de TESTAMENT que suele gustar mucho a sus seguidores y que a mí, si exceptuamos la parte del cambio de ritmo en la parte final, donde entran las armonías de guitarra que me flipa, el resto, no me entusiasma, entendiendo que es un buen tema. Y con estos cuatro temas de inicio, las cartas que nos quieren enseñar TESTAMENT están claras porque Para Bellum discurre de forma muy variada con temas bastante potentes, con sonidos más cercanos al Heavy /Thrash y que alejan a la banda del old school sin perder nada de identidad. “High Noon”, “Nature of the Beast” y “Room 117” son buenos ejemplos. Enriquecen el resto del trabajo con la poderosa “Witch hunt” que contiene también sus partes extremas; la increíble “Havana Syndrome” que me parece un cruce de Megadeth con Metallica bastante original, y finalizan con una de mis favoritas del disco, la homónima “Para Bellum” que tiene unos primeros dos minutos para enmarcar, llena de punteos, cambios de ritmo y solos brutales.
TESTAMENT insisten en seguir luchando por ganarse el lugar que se merecen paralelamente a los supuestos Big Four del Thrash, algo que hace décadas dejó de tener sentido, porque mientras la mayoría de esos cuatro estaban con sus intereses comerciales y peleas internas, cada uno de ellos con sus particulares polémicas sacando discos de dudosa calidad, sus compañeros de escena les vapuleaban y siguen haciéndolo a base de calidad musical, y ya va siendo hora, desde hace años, de crear un Big Four real de las últimas décadas y claramente, TESTAMENT es de los que tienen que estar si o si…de los otros tres te encargas tú, querido lector!!!
Gran disco.
Valoración
Puntuación - 8.5
8.5
Nota
TESTAMENT vuelven con “Para Bellum”, un álbum variado y demoledor que combina Death/Thrash avasallador con pasajes más clásicos y melódicos. Con Chuck Billy al frente, Skolnik y Peterson desatados en las guitarras, y Steve DiGiorgio aportando su maestría al bajo, la banda reafirma su lugar como uno de los grandes del Thrash. Un trabajo potente que reclama su sitio en un Big Four renovado.







Enorabuena por la reseña. Estoy totalmente de acuerdo, pero esto de gustos es cosa de cada un@, para mi es un 10. Sin paliativos! lo dicho, enhorabuena por la reseña , aunque no esté de acuerdo del todo con el 8,5. Un abrazo! seguid así!!!
Hey, que bueno que escribiste por la reseña. Entiendo lo que dices, es más, mucha gente, amigos míos, opinan como tú. O sea, un disco muy rico y variado, sin embargo, mi gusto en el Thrash metal suele ser más monolítico y uniforme y a veces discos como éste, me saturan un poco ante digamos, tanto nivel de calidad y técnica, y a mí, curiosamente, me deja más frio que a veces otras bandas más básicas. Un abrazo y mil gracias por lo dicho.