BORGNE (SWI) «Y»
Les Acteurs de L'Ombre productions, 2020
Black Metal Industrial, con toques de Post/Core, Ambient, Sinfónico y una lírica dura y estremecedora son los elementos que componen este nuevo trabajo de BORGNE, intitulado “Y”. Un nuevo disco de un grupo que sobrepasa lo escénico, lo conceptual, llevando a otro terreno las complejas sinapsis de sus cerebros, haciendo un verdadero idioma del sonido. Con la incorporación de la bestial Lady Kaos a los teclados en 2017 y, con gran tino, a la parte compositiva, este proyecto es un exponente perfecto de lo más esencial de la escena Industrial.
Abre una melancólica y furibunda “As far my eyes can see”, con calma y oscuridad se presentan los componentes en un primer acto poderoso, materializando, luego de una intro premonitoria, oscuridad a través de sonidos Black y letras desesperadas. Silencio para respirar y aparece “Je deviens mon propre abysse”, donde el teclado comienza a dominar la escena de modo rotundo. Primero nos introducen en una atmósfera densa, triste y solitaria… y de pronto revienta con precisa furia Industrial-Core. La densidad va cediendo un poco ante arreglos más rítmicos y nocturnos. La fuerza está bien manejada y conducida por las teclas que son la estrella de esta canción; dando el mensaje de que es la última vez en el registro que vamos a ver algo de luz
Volvemos a la lenta oscuridad y la violencia en primer plano con “A hypnotizing perpetual movement that buries me in silence”, una extensa pieza de más de 9 minutos, donde la expresividad de los efectos nos va narrando una historia repleta de matices y temblores que relaciono con sadismo y abandono. Arreglos en la composición (que luego veremos en el resto del trabajo): el cambio de la atmósfera y las melodías cuando aparece la voz es interesante, haciendo 2 canciones en cada tramo, como recibir los susurros de diferentes presencias. Nos engaña levemente la intro de “Derriére les yeux de la création”, unas guitarras acústicas comienzan sonando a balada… Imposible, en mí caso, dejar de pensar en “La ciudad de los niños perdidos”… pero lentamente se oscurece hasta estallar con una aparición intrépida de la banda y conducirnos por una historia maravillosa, donde las voces y las teclas, de nuevo, mantienen un duelo de intensidades abismales. Esta vez hay más cambios de ritmo y estilos, conjugando un arco argumental que se pone más violento y desesperado. Las historias son feroces letras de invocaciones, de ruegos y pensamientos que nos hunden en distintas lagunas de atmósferas sedativas, de temores a sombras, a no ser escuchados.
“Qui serais-je si je ne le tentais pas?” es una tromba violenta de adicciones, ferocidad Industrial vomitada a través del Black Metal más sobrecogedor. Todo lo que se sugiere en tramos anteriores queda a un constado por un rato, dejando ver accesos de ira desmesurada… que luego vuelven a ceder ante un estado catatónico como el que abre “Paraclesium”, y allí es donde la atmósfera onírica regresa. Sonidos de sintonizaciones y artefactos que nos someten a una presión de inestabilidad aparecen de nuevo… y nos dejan sumergidos en un sueño lúcido que se transforma en la tormenta final: “A voice in the land of stars”. Cuando el nombre sugiere, cuanto el nombre te diga, si es oscuro, es cierto. Mejor estar bien acomodado, porque los próximos 18 minutos vas a entrar en un viaje lisérgico, tenebroso, pero de comodidad liberadora ante no ser parte, ante no pertenecer al entorno que nos intenta manipular. Los teclados vuelven a aparecer por extensos tramos, maniobrando entre bases electrónicas y esas sinfonías graves de que algo no va a ir bien… nunca más. Cierre casi operístico y de accesos a dimensiones de otras galaxias. Anunciando un invierno cruel que se cierne sobre nuestros cuerpos astrales, siendo presa de una desesperación que, lentamente, va cediendo, como si una pequeña muerte fuera ganando terreno. Desaparecen las baterías, las voces, incluso los teclados, para dejar paso, de nuevo a esas suaves guitarras acústicas que se recuestan sobre unas mareas de viento que se van deshaciendo del polvo que suelta nuestra piel.
BORGNE, con vida desde 1998 y habiendo editado trabajos impresionantes en cuanto a interpretación y violencia se refiere, han conseguido con “Y”, adoptar una forma camuflada entre violenta y apasionante, incorruptible en cuanto a la lírica, y potenciada con un teclado que intenta sintetizar la furia que contiene cada una de las increíbles canciones que componen esta obra.
Puntuación
Nota - 10
10
Nota
BORGNE, con vida desde 1998 y habiendo editado trabajos impresionantes en cuanto a interpretación y violencia se refiere, han conseguido con “Y”, adoptar una forma camuflada entre violenta y apasionante, incorruptible en cuanto a la lírica, y potenciada con un teclado que intenta sintetizar la furia que contiene cada una de las increíbles canciones que componen esta obra.