Crítica: Daniel Ureña Cruz
La vuelta de los brasileños KRISIUN no va a dejar indiferente a nadie. La maquinaria de death metal vuelve con un nuevo puñado de temas donde la tónica común es el descenso en los tempos utilizados, convirtiéndose, por otro lado, en cortes mucho más directos de lo que a hasta ahora nos tenían acostumbrados, basados en estructuras rápidas y violentas.
Lo primero que llama la atención al contemplar este álbum es la calidad que atesora la portada, obra del afamado Joe Pentagno, autor también de cubiertas para, entre otros, VADER, MARDUK, BAL-SAGOTH o DEMONIC, digna de destacar junto al conjunto musical del plástico. Además, la producción y grabación del disco es impecable e ideal para un álbum de metal extremo, y esto es así porque han corrido por cuenta de Eric Rutan, componente de HATE ETERNAL y ex MORBID ANGEL, con amplia experiencia en el estilo.
Según los propios KRISIUN: “Forged in Fury” marca el retorno al estudio después de tres años girando constantemente alrededor del globo. Las cosas fueron bien, y aunque estamos satisfechos con los resultados de los álbumes previos, creímos que era hora de un cambio. Eric Rutan fue el elegido como productor en los Mana Recording Studios de Florida. Este álbum puede describirse como un sonido más natural; los temas vienen con más ambiente y un final más lento, haciéndolos sonar aun más brutales y directos. Nos ha costado mucho trabajo y dedicación. No seguimos ninguna moda ni ninguna tendencia. Este es un álbum más implacable con un gran sonido natural. Las composiciones captan la experiencia y sensaciones que hemos recolectado a lo largo de los tres años de giras y grabaciones. Hay más variedad y dinamismo, pero sigue siendo 100% KRISIUN (Fuente: xtreemmusic.com)”.
Musicalmente hablando, el trío brasileño ha bajado la velocidad de muchos temas en este su último largo, velocidad que era clave en la banda como herencia directa de aquellos SLAYER y SODOM, impregnadores de su sonido más extremo. Son diez cortes más dos bonus tracks donde el sonido se ha embrutecido manteniendo la técnica y rebosando oscuridad, encontrando incluso ritmos que pueden estar más cerca del death metal progresivo que del característico sonido de KRISIUN.
Lejos del sonido característico de la banda brasileña, representado por su magistral “Conquerors of Armageddon” y su sonido asesino a base de blast beats incisivos, nos encontramos con un nuevo largo que hará las delicias tanto de fans clásicos de grupo como de una nueva oleada de seguidores amantes de los ritmos más pausados y progresivos. Un disco que está destinado a convertirse en un hito importante dentro de la historia de la banda y que, muy posiblemente, definirá su futuro sonoro. Este es un claro ejemplo que evidencia la positividad de atreverse con un cambio sin perder de vista la dureza, cambio del que muchas bandas deberían aprender en sus respectivos estilos una vez se atrevan a dejar de lado lo que les ha hecho grandes para continuar una nueva senda.
