SHALLOW GRAVE (NZL) «Threshold Between Worlds» CD 2018 (Sludgelord Records/Black Voodoo Records/Cursed Monk Records/minoRobscuR)

Por Cesar Luis Morales

Voy a hablar de sentimientos negativos, y eso no es malo. Porque cuando pillas a una banda de este pelaje, ya sabes que la música romántica y popera no va a ser. Por eso digo que voy a hablar de emociones negativas y eso no es malo, porque eso es lo que la banda busca, que para eso son ¿Funeral Doom? ¿Sludge? ¿Drone?

Esta banda, SHALLOW GRAVE, que viene de Nueva Zelanda ha parido un disco “Threshold between worlds” que, desde luego ha presentado un desafío y una evolución para ellos mismos. Formados en 2009 en Auckland, publicaron su primer álbum homónimo en 2009, recogiendo en gran medida las influencias de la escena Doom, ofreciéndonos un buen disco de metal denso y pesado, lento y con esa atmosfera oscura tan característica de este estilo musical. Pero ahora han dado un paso de gigante y el estilo que dibujaron en el primer disco se ha asentado y lo han perfeccionado.

Sin mucho tiempo para las florituras, estos bárbaros de Auckland se han dedicado a potenciar aún más las afinaciones graves de las guitarras, y a crear cuatro temas, cada uno con una duración media de unos diez minutos. De esta manera, este “Threshold between worlds” se aposenta como un monolito terrible, como una alquimia maléfica que aglutina en un mismo disco muchos estilos que vienen derivados de aquel Doom primitivo de los BLACK SABBATH. Sí, Tonny Iommi inventó aquellos riffs, pero luego vinieron todos los alumnos aventajados que los llevaron al siguiente nivel. Hablo de CANDLEMASS, de CATHEDRAL o de MY DYING BRIDE. Y eso, ojo, es el lado bonito y amable del estilo. Porque luego llegaron el Sludge y el Drone, y veinte estilos más pero copiando cánones de BLACK SABBATH.

Pues aquí los amigos de Auckland, SHALLOW GRAVE, han probado suerte y se han decidido a averiguar hasta dónde llega este “Umbral ente mundos” y el viaje es terrible.

Cuatro temas, como digo, de diez minutos cada uno. Riffs pesados, ritmos lentos, repeticiones de los leitmotiv hasta que son capaces de destrozarte los nervios ante la tensión que van acumulando; vocales que son gritos desgarrados; finales que van arrastrándose cada vez más lentos, ralentizando el tempo marcado por una simple bateria mientras las guitarras siguen acopladas produciendo una vibración continua en plan Drone que, sin llegar a ser SUN O))), agobia bastante. Notas claras que crean melodías simplistas y etéreas que no hacen sino generar el ambiente necesario para crearte la falsa expectativa de relajo, porque, en realidad, estás más tenso que la cuerda de un arco, esperando la próxima embestida de riffs.

Esto es lo que buscaban y lo que han conseguido: un estilo, un disco propio, agobiante, oscuro y, como he dicho al principio, emocionalmente devastador. Han gestionado un disco que hace justicia al propio nombre de la banda: SHALLOW GRAVE es una tumba a escasa profundidad, a ras de tierra. Así que imaginad que, mientras escucháis este disco, sois vosotros los que estáis ahí metidos, cada riff es una palada de tierra que, inexorablemente, os va cubriendo. De repente, os cuesta respirar, os agobiáis y queréis salir, pero la banda sigue a lo suyo: “The Horrendous Abyss” ya te ha cubierto por entero, con una leve capa de tierra recién removida, pero ya hueles su tufo húmedo y terroso. Mientras el disco avanza, “Garden of Blood and Bone”, “Master of Cruelty” y, por último, “Threshold between worlds”, ya te han dejado cubierto con capas y capas de Doom, de Drone, de Sludge, alguna pincelada de psicodelia, provocándote esa sensación de ahogo, que, como he dicho al principio, no es mala. Porque la música nos tiene que provocar sensaciones, y aunque estas sean malas, si es lo que la banda busca, eso es bueno.