ALTAR OF BETELGEUZE (FIN) «Echoes»

Nos encontramos ante el tercer larga duración de los fineses ALTAR OF BETELGEUZE, que, a lo largo de 42 minutos, nos ofrecen 7 temas, con una duración media de unos 6 minutos, es decir, ni largos, como es habitual en estas sonoridades, ni cortos. De hecho, no resultan pesados, lo que tiene que ver no solo con su duración (más bien media) sino, sobre todo, con la maestría con la que el grupo desarrolla su música, convirtiendo su escucha en una experiencia entretenida.

La actual música de los finlandeses se mueve entre el viejo Doom-Death de los noventa y, en dosis más pequeñas, el Doom tradicional (ojo, no nos referimos al Doom de BLACK SABBATH y similares). Nos hallamos, por lo tanto, ante un disco que, dentro de este estilo tan monolítico, presenta variación. Como muestra del último estilo tenemos “A Reflection”, una canción que podríamos enmarcar en el Doom clásico: pesada, con unas guitarras crujientes y una voz cercana a tonos normales, aunque combinada con otra más gutural. En esa línea tenemos también “Salvation”. Como ejemplo del Doom-Death noventero podemos citar la que abre el disco, “On the Verge”. Hay, asimismo, algunos temas más “vivos”, como “Embrace the Flame” (¡un temazo!) o el final “Fading Light”. El movimiento entre un estilo y otro es “natural”, aparte de que hay cambios de ritmo y voces, lo que hace que la escucha sea amena, algo que no es fácil en un estilo como este.

Si bien no con grandes diferencias, este nuevo disco representa un claro movimiento hacia los estilos antes indicados, dejando a un lado las dosis anteriores de Stoner, Sludge e incluso, en algún que otro aspecto, del Grunge de SOUNDGARDEN.

Si nos centramos ahora el sonido del disco, el resultado es sobresaliente. Nos encontramos ante una producción clara, brillante, pero contundente, y con una mezcla excepcional, pues cada instrumento tiene su espacio y aparece bien definido. En otras palabras, todos los instrumentos se oyen a la perfección, incluyendo el bajo. Se agradece mucho la calidad general del sonido, pues parece que dedicarse a estos estilos (sobre todo cuando se escoran hacia el Sludge y el Stoner) lleva aparejadas producciones “sucias”, con unos graves que se lo “comen” todo.

Por último, no me ha pasado desapercibido el hecho de que han cambiado el blanco y negro del arte de los discos anteriores por el color, en una portada atractiva que refleja su música actual.