ANNIHILATOR (CAN) «For the demented» CD 2017 (Silver Lining Music)
Fecha de salida: 03.11.2017
Por Daniel Ureña Cruz
Cada nuevo álbum de una banda ya consagrada en una escena siempre es sinónimo de noticia, y normalmente vivimos una situación donde esa noticia rotundamente se traduce en mala. Los años nunca pasan en balde para nadie, y tras las continuas decepciones de METALLICA o los últimos SLAYER parecía que la escena thrasher clásica había muerto casi por completo. No obstante, la maquinaria comandada por el incombustible Jeff Waters ha vuelto, y de qué manera en su decimosexto álbum de estudio (ahí es nada…). Tras algunos trabajos donde el sonido mutó hacia derroteros ciertamente alejados de ANNIHILATOR, con “For the Demented” se ha vuelto a esas estructuras complejas y rápidas que siempre ha caracterizado la cacofonía de los canadienses. Y es que este último trabajo está a medio camino entre el modelo actual y aquellos riffs cercanos al speed que en “King of the Kill” determinaban a la formación. Momentos de cambio volviendo a las raíces de los que muchas bandas actualmente deberían aprender. Trabajo impecable en producción y arte (atención a ese regustillo ochentero de la portada con el logo de la banda en el lateral) hacen el resto.
Jeff Waters demuestra, una vez más, su capacidad inventiva para componer temas con gancho en un estilo nada comercial. A día de hoy, aún no es comprensible por qué su figura ha sido más que infravalorada en los circuitos musicales del metal extremo, porque desde luego supera con creces a las nuevas ideas que bandas thrash actuales (marcadas por el mismo patrón) lanzan al mercado. Con diez cortes, ANNIHILATOR nos sumerge en una espiral de sentimientos, donde la letra tiene un firme compás con la música. Como declarara el mismo Waters: el álbum relata la mente humana y toda su gloria, complejidad, debilidades y locura. En “For the Demented” todo está medido al milímetro, lo que da como resultado un compacto que si bien se caracteriza por la complejidad y velocidad a veces adolece de cierta frialdad.
“Twisted Lobotomy” es la encargada de abrir esta oda al horror, donde la velocidad se dispara hasta límites insospechados, volviendo a ese regustillo tan “King of the Kill” y a ciertas secciones de su primer trabajo, “Alice in Hell”. No existe lugar para el descanso, con un Waters dejándose el gaznate para gusto del oyente. Diversos punteos con ese ápice neo-clásico que siempre ha caracterizado la clase de los canadienses hacen que este primer corte sea un perfecto referente del casi cómputo total del álbum. No obstante y como veremos, existe una multitud de diversidad en un disco destinado a convertirse en uno de los más logrados trabajos de la banda (que no mejores), donde por otro lado el plantel de músicos ha sido renovado desde los cimientos, lo que aporta mayor originalidad a las composiciones. En “One To Kill” volvemos a ese rey del asesinato, aunque en esta ocasión las influencias llegan también al magistral “Never Neverland” con arpegios melódicos dignos únicamente de ANNIHILATOR (una de sus máximas características musicales). El resto lo completan aspectos diversamente comerciales que no llegan a ser melosos o tan cercanos gracias a rítmicas alejadas de la simpleza.
El tema homónimo al álbum bien parece en comienzo a cualquier corte de los MEGADETH en la época “Cryptic Writings”, pero pronto entran en armonía esos punteos de carácter oscuro claves en ANNIHILATOR. Sin embargo, se retrata como uno de las canciones más flojas del álbum. De carácter marcadamente pesado y a modo de diálogo, las referencias al sonido de la formación de Mustaine son más que evidentes. Seguidamente toca el turno de la balada clásica, que en esta ocasión es sobresaliente. “Pieces Of You” tiene una variedad sonora que bien podría haber entrado en aquel incomprendido álbum llamado “Remains” y hacer compañía a “It’s You”. A pesar de su comienzo pausado, pronto entran en juego diversas secciones in crescendo que dotan al tema de una fuerza inusitada y le convierten en uno de los mejores cortes del álbum, aunque bien alejado del sonido de la banda.
Llegando al ecuador del trabajo, “The Demon You Know” vuelve a la rítmica cañera caracterizada por los diálogos MEGADETH, aunque esos palm mutes continuos a base de alternancia de riffs definen igualmente el sonido canadiense de los que nos ocupan.
“Phantom Asylum” posiblemente sea el mejor tema del disco. Desde su oscuro inicio ya se deja entrever la caña posterior, que llega muy pronto al estilo de “Twisted Lobotomy”. ¿Quién puede negar que estamos ante ANNIHILATOR con semejante tema? Aquí está contenido el ADN de los canadienses, hasta la médula. Doble pedal y riffs potentes, acompañados de una voz magistral llena de fuerza y garra hacen el resto. Atención a los punteos cuasi centrales, que pueden trasladarnos hacia un western donde el duelo de pistoleros está a punto de ejecutarse. Complejidades progresivas que redefinen el sonido de la formación adaptándose magistralmente a los nuevos tiempos pero sin perder un ápice de ferocidad.
“Altering The Altar” comienza como si de un tema de new-retro electrónica se tratara, al estilo ochentero del sonido digital. Pronto comienzan los riffs característicamente acompañados de solos que sirven de puerta de acceso a la velocidad conducida por la voz. Originalidad compleja al servicio de la velocidad en todo momento. No obstante, no todo es oro lo que reluce, y con “The Way” encontramos la principal caída del álbum, denotando falta de originalidad total a nivel musical y de sonido demasiado comercial y asequible.
La recta final se centra en dos cortes, por un lado “Dark”, que no es más que una introducción al desenlace “Not All There”, donde la banda vuelve al sonido originario, caracterizado por alternancia de riffs cañeros y alternados. No obstante, ese regustillo a MEGADETH vuelve a aparecer sin cesar, incluso en ciertos registros de Waters en la voz. No se trata del mejor final para un álbum pero el tema tiene gancho mediante un estribillo cercano a la comercialidad y a multitud de arreglos (incluso cercanos al funk fusión) que dejan un buen sabor de boca antes de entrar en el sumo silencio sepulcral.
Como conclusión, “For the Demented” no es un álbum que pasará a los albores de los mejores trabajos de ANNIHILATOR, pero bien es cierto igualmente que se trata de un disco trabajado, repleto de arreglos y buenos temas. Quizás la comercialidad hace demasiada mella en él, o puede que esos registros tan MEGADETH determine una falta de personalidad total a un músico tan infravalorado siempre como Jeff Waters. No obstante, nos encontramos ante un buen trabajo, para escuchar tranquilamente y sin condicionamientos de discos previos. Alternancia de sonidos entre los ANNIHILATOR clásicos y ese retumbar que les caracterizó a lo largo de sus últimos discos hacen de este nuevo trabajo un producto más que accesible tanto a nuevos fans como a los ya clásicos de la banda. Por si fuera poco, se atreven a mezclar fusiones de diversas tipologías musicales en su recta final, lo que abre la puerta a un futuro incierto para la banda dentro de un eco que, desde luego, no es el más afín a su trayectoria. Veremos qué nos depara ese futuro, pero mientras tanto disfrutar de “For the Demented” no hace daño a nadie.
Nota - 8
8
Nota
Como conclusión, “For the Demented” no es un álbum que pasará a los albores de los mejores trabajos de ANNIHILATOR, pero bien es cierto igualmente que se trata de un disco trabajado, repleto de arreglos y buenos temas