BIS·NTE (ESP) «Ancestral Punishment»

Una de las mayores putadas cuando te disparan, no es el balazo en sí. Si el proyectil entra en una zona no letal, puede salir por el otro lado sin muchos destrozos. La putada es el llamado shock hidrostático o efecto hidráulico, y que básicamente nos dice que cuando un sólido penetra a alta velocidad en un recipiente lleno de líquido, causa una sobrepresión dentro del recipiente que lo alberga. ¡Colorea y aprende con Teo!

Estudios de balística de efectos aparte, lo cierto es que este “Ancestral Punishment” golpea como una bala del 44Mg disparada por Harry el Sucio. Nos encontramos ante un trabajo de apenas unos meses de existencia, pero con un nombre clave dentro de la escena española: Vicente Payá. Sabe dios cuántos años lleva rascando las cuerdas de la guitarra, y su Curriculum incluye nombres como GOLGOTHA o UNBOUNDED TERROR, entre otras bandas. De aquel “Erasing de Past” de los primeros, surgió la colaboración de María J. Lladó. Así que una cosa llevo a la otra, de ahí a la pandemia, y de ahí a la nueva normalidad, ¿y qué puede salir de ahí? Pues BIS·NTE, ¡y como sale, oiga! Como un 44Mg directo a la cabeza.

“Our home”, el primero de los cortes, abre con sonidos sintéticos y la bestia comienza a caminar. Y no hay duda, desde el primer acorde, desde el segundo golpe de caja, ya nos da una pista de lo que nos vamos a encontrar. Doom fangoso, con esa lentitud con la que se descomponen los cadáveres en un osario. Un sonido seco, opaco, plagado de imágenes de pesadilla, sin lugar para la luz o la esperanza. Pero, como decía el bluesman más icónico de Springfield, Murphy “Encias Sangrantes”: el blues no trata de que lo pases bien, sino de que lo pases mal… Pues si esto es Doom, ¿qué esperabas? Como un Juggernaut, como un Golem, seguimos con “Two Worlds”, un épico tema donde se alternan los sabbathicos riffs, con partes menos electrificadas, con pistas pregrabadas, con coros completamente desatados a base de growls y Maria LLadó cantando como una chaman en trance.

La base rítmica (Andrea Trujillo al bajo y Pablo Herrero a las tímbalas, ambos de YOKO FACTOR) llevan un peso enorme y de hecho, en “Where Strangers Reside” dan muestra, no obstante, de que lo pesado no está exento de musicalidad. Y, por cierto, ¿Está permitido afinar así de grave una guitarra? ¿Es legal? Porque creo que en los Derechos Humanos, en la Convención de Ginebra, o en algún sitio, tiene que haber algún artículo al respecto de ese asunto. No os digo que sean SUN O))), pero… El acople con el que finaliza este tema, da entrada a “The arrival of our End”, más soñador, más etéreo en su comienzo. Aunque según va avanzando, con esa reverberación tan BIS·NTE el tema consigue meterte la congoja y la desazón en el cuerpo, esa sensación de puño que te aprieta y retuerce las entrañas. Aquí no hay ni descanso para los malvados ni esperanza para los condenados. Y a pesar de lo opaco del sonido y de la reiteración hasta la náusea de riffs y estructuras, la banda se las ingenia para que los temas caminen y tengan groove, como es el caso del tema homónimo. Y cerrando una delicada y eterea “New Beginning”

Una vez finalizada la escucha, me palpo el cuerpo. Repaso con la lengua la cara interna de mis dientes y sí, parece que está todo en orden. Pero el impacto sónico de BIS·NTE es, como decía al principio, igual al shock hidrostático de un 44Mg. Pero también pienso en lo que decía Harry el Sucio cuando te apuntaba con su Smith & Wesson Mod. 29: “Alégrame el día”. Pues, hombre, pues sí, mire usted, me lo han alegrado, y bastante.