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Por: Robin RM
Menos mal, afortunadamente SADIST continúa dentro de la senda del Death Metal técnico. Cuando un nuevo álbum de alguna banda de las llamadas Death Metal progresivo, técnico o como quiera denominarse, lanza un nuevo trabajo, tus rodillas pueden echarse a temblar (como le ocurre a un servidor, aun siendo fan del estilo) puesto que puedes encontrarte con más de lo mismo, lo cual está genial o lo que es más inquietante, una progresión en su sonido, leve en algunos casos….y demasiado acusada en otros, que puede llevar a tener que tragarte algo realmente indigesto y soporífero durante 40 minutos o incluso más.
5 años hace ya desde que escuchásemos su «Season in Silence», última obra de los de Génova editada por Liveglobal, que rápidamente pasó a engrosar la lista de sellos discográficos por los que ha pasado el grupo durante sus 6 anteriores largas duraciones, atrás quedaron Displeased, Nosferatu, Impact/System Shock, etc. Este último, el séptimo, viene de la mano de la italiana Scarlet Records (NECRODEATH, DARK MOOR, BULLDOZER…) con la que realizan su debut.
10 temas de la formación que encabeza el genio Tommy Talamanca y su escudero, Andy Marchini al bajo (presente en todos los lanzamientos de la banda menos en «Tribe» del 1995), a los que acompañan los habituales (desde el regreso a la actividad en 2005), Alessio Spallarossa a los parches y Trevor Nadir a la voz. Producido y mezclado en los Nadir Music Studios por el propio Tommy Talamanca quien también ha trabajado con CRIPPLE BASTARDS, NATRON, NECROMASS…
El sonido del disco me ha gustado en general, lejos de esas producciones estériles y modernas a las que estamos acostumbrados últimamente, en las que parece que todo está perfeccionado por ordenador y no tocado por músicos y gente común. “Hyaena” está compuesto por canciones en las que encontramos multitud de detalles y arreglos, haciendo gala de esa mezcla entre música salida del corazón y el buen hacer de auténticos músicos, que son capaces de combinar la pesadez del Death Metal, con el Jazz, fusión, música étnica, etc. Algunos de los cortes están más encaminados hacia la técnica y agresividad (“The Lonely Mountain”, “Scavenger and Thief”, “Scratching Rocks”…), el tradicional estilo del grupo. También tenemos otros más atmosféricos (como “Bouki” o el instrumental “Gadawan Kura”) en los que el teclado es un elemento importante y que en determinadas ocasiones consigue dominar. E incluso algunos que están más dados a la experimentación o más cerca del estilo progresivo como pueden ser “Eternal Enemies” o “African Devourers”.
En resumen, lejos de regalarnos otro “ladrillazo” técnico-progresivo, los italianos SADIST vuelven a la carga con este «Hyaena», continuando la estela de sus últimos álbumes y dirigido a los que disfrutéis con bandas como ATHEIST, OBSCURA, CYNIC.
