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Por Aquiles Remón
Holanda nos trae de nuevo otra banda de death metal, en lo que parece ser uno de los nichos importantes para bandas del género. Los BURNING HATRED sacan por fin su primer larga duración después de dos demos y un EP. A pesar de estar en activo desde el 2002, no es hasta este 2016 cuando lanzan su “Carnage”, a la sazón su disco de debut, después de una etapa convulsa, con discrepancias internas que provocaron en el 2009 la espantada de varios componentes, dejando al bueno de Martin Brakert bastante colgado y con la ímproba tarea de reinventar la banda. Innegablemente lo consiguió y los frutos los tenemos ahora en nuestras manos. La perseverancia de Brakert es digna de elogio y no puedo por menos que remarcarlo, ya que, aún con todo en contra, supo darle la vuelta a la situación con perseverancia y mucho empeño. Bravo.
“Carnage” es un disco de old school death metal, con ese saborcillo a las bandas de finales de los ochenta, más bien de los noventa; sin más, sin demasiadas florituras ni adornos. Diez temas en cuarenta minutos frenéticos. El disco se inicia con “The Rawagede massacre”, un medio tiempo con esos riffs típicamente death metal. Lo mismo ocurre con “Reign of horror”, donde esas voces guturales se entremezclan con la base rítmica potente, pesada, contundente. Sin embargo, en “Carnage of war” encontramos el tema más largo y a la vez con más matices diferentes del disco, siendo igual de pesado, en lo que a base rítmica se refiere, que los anteriores. Esto continua con “Desecration”, que parece un calco del anterior tema y que en realidad hace de enganche con “Religious insanity”, otro medio tiempo con ligeras variaciones en el tempo, muy OBITUARY. Los BURNING HATRED siguen a lo suyo, ritmos lentos y pesados dominan, como atestiguan “Dying day” y “Bedevilment”, donde la oscuridad y la magnífica guturalidad de la voz nos transporta a otra época. “Doomed city” acelera el tempo y sube las pulsaciones, para marcar uno de los temas imprescindibles del disco. El trabajo se cierra con “Perceived infestation” y “March towards death” donde, una vez más, los ritmos lentos y la brutalidad se dan de la mano. BURNING HATRED nos demuestran en este disco que no es necesario hacer un uso extensivo de blastbeats para hacer death metal. Y para finalizar, me gustaría destacar asimismo, el buenísimo artwork de la portada así como la producción general del disco.
En fin, desde luego los BURNING HATRED no son el paradigma de la originalidad, pero mira, resulta satisfactorio ver como hay bandas que aún son fieles a un estilo y lo trabajan para hacerlo suyo. Como en su día hicieron los ENTOMBED o los BOLT THROWER, que, indefectiblemente han influido en el buen hacer de BURNING HATRED.
