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Por Álvaro García Benito
Siguiendo con la línea de la mayoría de los trabajos que suelo coger en esta revista os traigo una banda Italiana que hace progressive metal, pero de ese que comparte cama con DREAM THEATER; con carácter sinfónico, un poco de música ambiental tipo película, algo de oscuridad y tensión y sobre todo virtuosismo a raudales, virtuosismo exacerbado, solos de guitarras de 3 minutos con escalas vertiginosas, baterías que requieren de resistencia maratoniana y lo que más me llama la atención: varios tipos de voces, tanto growls como voces femeninas. Ellos son CHRONOS ZERO y nos traen «Hollowlands», un disco donde podremos encontrar todo lo que encontramos en los grupos más clásicos de progressive metal, pero con un toque refrescante, algo un poco más core en algunos aspectos y sobre todo un gusto muy elaborado y elegante a la hora de crear las canciones.
Sinceramente, cuando descubrí este grupo no pensé que unos músicos tan cercanos, como estos vecinitos Italianos, pudieran tener un sonido tan elaborado y hacer cosas tan alucinantes como los distintos cambios en “Who am I”, o la canción en 3 partes titulada “Oblivion”, que se compone de “The Underworld”, “The Trial Of Maat” y “ The Harp”, cada una de ellas compuesta con una características propias, muy remarcables, pero sobre todo con unos enlaces jodidamente perfectos, como por ejemplo el final de la primera parte “The Underworld” con la segunda parte “The Trial of Maat”, que me tiene enamoradísimo, ese perfecto paso de una parte acústica, con un efecto ambiental y que mantiene ese continuum sin romper la esencia, sino más bien intensificando el efecto a través de la introducción de elementos más sinfónicos que encajan más con las características del sonido. Esto es lo que realmente demuestra el trabajo de un grupo y su buen gusto compositivo -todo esto siempre dicho desde el punto de vista más subjetivo que puedo dar-.
Un elemento que es sumamente destacable en las canciones que nos presentan en HOLLOWLANDS es la capacidad para generar escenarios mentales a través de los ambientes musicales; como son capaces de crear un ambiente de relajación, de tensión, de miedo… a través de la música y del uso de los muy diversos recursos de los que disponen, ya que no solo hay voz de mujer, de hombre, growls, si no que el teclista no se queda atrás y es capaz tanto de demostrar un gran virtuosismo como de pasar a un papel secundario y generar atmosferas envolventes que ayuden a los diferentes aspectos de las canciones, como por ejemplo en “Ruins of the Memories of Fear”, donde adopta un papel más secundario y ambiental, en un sentido totalmente contrario al que puede tener en la primera canción “Compression of Time”. Aunque si algo he de criticar en sentido negativo de este disco, y que evidentemente no es la música, será la gran cantidad de canciones que tiene -14 canciones- que además oscilan entre los 4 y los 7 minutos. No es que no me gusten los discos largos, pero cuando tienen algo más que ofrecer que virtuosismo, melodías y ambientes bien trabajados, pero en este disco, pese a su gran trabajo en la parte melódica, parece que han olvidado que las estructuras y los compases pueden tener efectos muy relevantes en la escucha, consiguiendo que temas de gran sencillez puedan resultar muy atractivos -sin ir más lejos, “Sound of Muzak” de PORCUPINE TREE-.
Como conclusión final, si os gusta el rollo virtuosismo sin sentido, tenéis canciones como “Fracture” o “Shattered” -”Fracture” cuenta con un pequeño espacio relajado a mitad de canción-, si os gusta algo un poco más oscuro, no dudéis en escuchar “Near the Nightmare” o “From Chaos to Chaos”, y si tenéis tiempo y ganas, pues el disco entero, que no ofrece nada especialmente nuevo, pero al menos lo que hacen, lo hacen muy bien, muy trabajado y tiene un pequeño aire de algo fresco que no ha conseguido librarse de los grilletes de sus influencias.
