Por Titus Ferrer Bellés
Metalcore y originalidad nunca han sido palabras especialmente sinónimas. Sin embargo, dentro de los márgenes de lo que propone el propio género, si es cierto que se puede moldear el producto a gusto de artesano y consumidor en busca de nuevas, o por lo menos, no tan cerradas, maneras de dar personalidad al material.
Sin embargo, igual que con un empleo basura, uno se acomoda. Y parece que el género está sufriendo cada vez más este agotamiento de ideas. Parece que mayoritariamente, son los grupos consagrados, los encargados de cambiar de derroteros para no caer en lo anodino y lo rutinario. Cada vez nos encontramos con más grupos noveles que simplemente se dedican a lo que podríamos llamar seguir el manual de instrucciones. Y es una lástima, por que la tarea de mantener vivo un género está justamente en sus manos.
Me ha pasado ya con más de un disco reseñado por aquí. Discos que, precisamente por ser primeros trabajos, deberían estar rebosantes de ideas. Y sin embargo, no es así. Y es una lástima.
De técnica, ejecución, no va la cosa. Es más: últimamente me encuentro un montón de trabajos sorprendentemente bien presentados para la corta vida que tienen las bandas que nos los traen. Y eso es un placer enorme. Que los grupos inician su carrera con un sonido accesible (hablando estrictamente en términos de grabación) abre muchas más puertas de lo aparente de cara a la hora de llegar al público.
Este es también el caso de estos GRAVES OF THE MONUMENTS. Que presentan un primer álbum con una solidez sonora de escándalo. Especialmente a nivel de producción. Y es una lástima que la falta de ideas haga que la balanza quede tan desnivelada.
La mayor parte del disco desconcierta por su falta de estructura. Canciones que se basan básicamente en cambios de ritmo demasiado abusivos (El metalcore vive de estos cambios, pero hay que saber dosificarlos) y breakdowns continuos. Que son certeramente potentes y agradan al oyente, pero la saturación hace que el interés decaiga.
Por suerte, como ya he comentado, la buena ejecución ayuda a que el oyente no desconecte. Pues pese a una aparente (Y quiero recalcar esto de aparente) falta de variedad vocal, la ejecución es soberbia. Especialmente en los guturales más agudos, dignos de, tranquilamente, los elogiados SUICIDE SILENCE.
En lo vocal, tal vez lo que si desmerezca el resultado final sean las voces claras, que pese a lo anecdótico, no están al nivel marcado previamente con tales aullidos del averno. Y es curioso, por que es justamente en “The unfaithful” donde esto queda patente (El noventa y nueve coma nueve por ciento de las voces claras se encuentran en este tema), siendo el tema que más se aleja del resto del disco. Por esto, y por esos riffs de guitarra arrancados directamente de cualquier tema de THE GHOST INSIDE, de una forma tan descarada, que cruza el umbral del guiño o el homenaje.
Al final, ¿Resulta que GRAVES OF THE MONUMENTS funcionan mejor bajo las pautas demasiado marcadas de un género que, para mi entristecimiento, agoniza? Quiero creer que para ellos hay vida más allá del cercado. Pues el potencial está ahí. Pero necesitan explotarlo por sus propios medios. Tal vez lo que el metalcore necesite ahora mismo sea un pensamiento más individual. Pues al final, un pensamiento individual a su vez haría que grupos como este, se olvidasen de cánones.
Es una pena que la densidad y las oscuras texturas que consiguen crear se queden encerradas en un disco que me gustaría tener más ganas de volverme a poner.
