[CRÍTICAS] MINDFIELD (POL) «(W)hole in the head» CD 2015 (Autoeditado)
Por Titus Ferrer Bellés
Siempre viene bien repasar los referentes de cara a la nueva creación. Y de cara a tiempos de repetición como los que más o menos vivimos ahora, me parece un movimiento la mar de adecuado el de los polacos MINDFIELD. La creación de un sonido fresco a partir de una base sólida y bien asentada. Un sonido que, en resumidas cuentas, suena moderno pese a ser básicamente una actualización metalera de una base de hard rock.
Tal amalgama al final acaba traduciéndose a un groove metal muy creativo, que intenta despojarse de etiquetas para al final terminar llamándose simplemente: metal. Y si esa era la intención real, oye, enhorabuena. Objetivo cumplido.
El disco se compone básicamente de riffs de moderada psicodelia y pesado poso a ritmo de una batería que palpita en el pecho. En su mayor parte la orquestación vocal es suave a la vez que árida, pero de vez en cuando explota en un estallido de voz ronca y casi gutural a medio camino entre una oscura elegancia o la resaca de Jack Daniel’s. Todo esto, bajo la abrasiva llama de los tonos más rock que asolan desde Missouri hasta Texas.
El disco se abre oscuro, pero ya desde la primera intro “Bloodstone, pt I” distorsiona en un sonido más luminoso y de tonos más altos. La voz abandona la caverna para abrirse paso ante la luz del día. Así pues “40 & four”, lejos de ser un tema oscuro se mueve ya en derroteros algo más épicos de lo esperado, pero sin abandonar la base de batería pesada y guitarra de cuerda gorda. Los tramos de doble bombo y distorsión in extremis de su parte final son el absoluto highlight de un tema que abre el disco por todo lo alto.
Seductora cual caballero de chaqueta de cuero blanco abre la voz “D.A.R.K”. Un tema de riff machacado y ritmo marcado a fuego. Corte clásico, con incursión de solo-pirueta final que hará las delicias de los más clásicos del lugar, que seguirán a tope con “Pinky”, la cual se mueve a partir de un mecanismo muy parecido, pero de aire más sombrío. El solo de harmónica, derivando en otro pisco-solo de guitarra es esta vez una de las cumbres del disco.
El momento tierno viene dado por el que es, para un servidor, uno de los mejores temas del disco. “Find myself” es una balada a ritmo de guitarra acústica, que a riesgo de parecer simple, se encarga de sacar el mayor partido a la voz de Panku. Tanto en los momentos más pausados como en las subidas de intensidad. Llama la atención como una base aparentemente tan sencilla es capaz de inflar de tal manera una herramienta que a su vez, es tan libre.
Y de repente, la cosa pega un volantazo bastante intenso y le pasa el testigo al vecino Rasta, actual vocalista de DECAPITATED. Por un solo tema podemos disfrutar de guturales y guitarras deathmetaleras mezcladas con la esencia de lo que ha sido hasta ahora la banda. Groove sureño al estilo PANTERA pero con un toque Nu metal que hace de “Publik killa” un tema, como menos curioso. Nuestras nucas desde luego lo disfrutan.
A medio camino entre un misticismo arábico y un envolvente sonido de carácter más onírico, “Lazarus” se abre camino sin prisa a partir de un medio tempo que avanza pausado hasta un estallido de cuerdas desbocadas y estridente voz que conforman el tema de cocción más peligrosa, pero con uno de los más satisfactorios resultados.
De medios tempos va la cosa. Pues “Down” se nutre de una guitarra rasgada y estridente para conformar la base de un tema aparentemente lineal pero con picos de intensidad en forma de estribillo y batalla guitarra – batería en su tramo final.
“Wild” hace honor a su título y se abre a modo de creadora de Walls of death que chocan a modo de guitarra descarriada y rebotona. Contraste duro entre melodía intensa y riffs a modo de puñetazo acompañados por una voz de nuevo, cruda pero a la vez juguetona. La melodía central hace que a estas alturas nos encontremos con uno de los temas que más llaman la atención del disco. Cosa poco común en el tramo final de cualquier trabajo.
Y ahora sí, a modo de broche, cerramos tal y como habíamos abierto. Con la segunda piedra de sangre: “Bloodstone, pt II” que hace uso de nuevo de la versión más suave y melódica de una voz susurrante, esta vez acompañada solamente de un piano en lento crescendo que actuará a modo de melancólica despedida.
Un disco emocional e intenso que los más fans del groove más americanizado sabrán disfrutar incluso mejor que yo, que no es poco. Las intensas melodías y la modulación de una voz realmente polifacética hacen de MINDFIELD un proyecto inteligente por su saber mezclar las bases de su sonido, pero a su vez funcional y apasionante, por que se siente libre.