[CRÍTICAS] OUR OMEGA (ESP) «The awakening» CD 2015 (Autoeditado)
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Por: Titus Ferrer Bellés
Siempre he deseado tener alguna clase de talento musical para poder sentir la emoción y las ganas que deben sentirse al iniciar una banda. Dedicarse a la creación de un primer álbum sin más ataduras que el complacer tus propios deseos. Dar rienda suelta a tus gustos, poder al fin aplicar esas influencias que tanto te queman las entrañas ansiando ser aplicadas … Es por eso que el primer trabajo de cualquier grupo, si surge de algo honesto, siempre tendrá un poder especial.
Desde la primera escucha al “The awakening” de los Barceloneses OUR OMEGA uno tiene claro que se trata de un álbum pasional. El álbum que a todos los aficionados nos gustaría hacer. Sin miedo a mezclar sonidos, y sobretodo sin miedo a mostrar esas influencias tan claras de las que hablábamos arriba.
El disco mezcla el groove metal americano más potente y musculoso, con la parte más estridente y veloz del metalcore. Así, a trazo gordo, el disco es el hijo no reconocido que tuvieron LAMB OF GOD y AUGUST BURNS RED. Influencias de las que (Obviamente) ninguno de sus miembros se avergüenza. Y que hacen más fácil para los oyentes subirse a esta primera parada de OUR OMEGA.
Pues, y en cierta manera es gracias a esto, “The Awakening” es un disco juguetón. Muy libre. No busca la innovación, pero en cambio despliega una técnica y agilidad muy poco amateurs.
Y al igual que ocurría con la primera etapa de DAWN OF THE MAYA (Que yo defiendo a ultranza), el disco (y sobre todo la voz) se ve embellecido por la aspereza de una producción que le viene al dedillo respaldando lo afilado de su lado más metalero.
El disco empieza fuerte y contundente tras la pequeña intro “Dawn of the omega”, encadenando directamente en el trallazo que es “The unread epipath”. La guitarra empiezan a gritar y la batería suda bombo. Las melodías, que tan bien acompañan los momentos más destructores son uno de los puntos más acurados del disco. Riffs de infarto, y más de un solo que hará las delicias de los airguitarreros se suceden a lo largo de los 9 temas que lo componen.
Pig squeals escupidos solo empezar descorchan otro trallazo: “Slaves of freedom”, esta vez con menos intercambio entre melodía y caña, que directamente se entremezclan en una maraña que pone la piel de gallina. Ojo a lo dicho de los solos en esta.
Iniciándose como un corte mas Metalcoreta, “Eclipsed” es todo velocidad. Un frenesí venido directo de la corte del tupatupá, que solo frena para estamparnos la cabeza contra el suelo a base de poderosísimos breakdowns a modo de estribillo. Brutal.
Posiblemente mi tema favorito del álbum: “Memories”, se abre como un medio tempo calmado y suave con un contraste potentísimo gracias a la voz de JL. Poco después termina convirtiéndose en una poderosa descarga de melodía profunda interrumpida por momentos de doble bombo y guitarra histéricos. Un crescendo casi insoportable capaz de crear energía de donde no parece haberla. Un tema de los de subir nota.
¡Single time! “The choice” es el tema con el que la banda decidió darse a conocer. Uno de sus temas más AUGUST BURNS RED si no el que más, pero sin oler a calco, ni mucho menos. Ni estamos en Texas, ni es el mes de Julio. En lo que si estaremos es de acuerdo en que hay que dejar a Elías explayarse a la guitarra, por que consigue regalarnos momentos de gloria tales como el de ese punteo del tramo final que hace terrenal la locura.
Otro tema con aire a metalcore. “The earth’s lament” saca a relucir, sobretodo en su tramo final, la voz heredera de la escuela Blythe de grito y rasgado que posee su cantante. Un tema que crece con las escuchas, pues a simple vista puede parecer lineal, pero está lleno de detalle, y desemboca en una épica final de cuidado.
Y ahora sí, cerramos el círculo. “Hope”, sirve de melódica e instrumental introducción al que es el último, y uno de los más elaborados temas el disco: “HomeΩsick”. Hilado en sus momentos más lineales por una melancólica guitarra, que de nuevo explota de vez en cuanto en baterías a cuchillo que inducen al circle pit más extremado. Pero al fin y al cabo, es esta guitarra la que lleva el mando, y la que se encarga de hacer que un tema de más de 6 minutos evolucione sin hacerse pesado, creando al final una explosión de poderío melódico que hará que terminemos el disco con los cuernos en alto.
Lo dicho. Este es uno de aquellos primeros trabajos que brillan gracias a la fuerza que se transmite más allá de la técnica, la producción o la composición. Este disco huele a disfrute. Y el disfrute es contagioso. Será un placer darlo todo en cuanto tenga oportunidad de verles defender este disfrute en directo.