GRAVESTONE (ITA) «Proud to be death» CD 2017 (Sliptrick records)
Por Santi Gzlez
Esta banda italiana nos presenta aquí su versión 2.0, y es que después de formarse en el 91 y editar un EP en el 94, desaparecieron del planeta. Este EP no es más que la presentación de su regreso, su vuelta a la actividad con una buena pila de años más.
Desconozco como eran en si versión 1.0 puesto que jamás los escuché ni los conocía, y seguramente sería por su poco atractivo nombre o por, como en su regreso, su poca o nada atractiva cover, que hace que no te fijes para nada en ellos, pasando desapercibido entre los cientos de miles de bandas que uno puede descubrir a diario. Aún así, o más bien debido a esto, me tire a la piscina para descubrir nuevas propuestas, bandas viejas y nuevas al mismo tiempo.
Me encuentro de frente con una producción y uno sonido que cumplen, sirven y no desagradan, pese a estar tremendamente alejado de la mayoría de los cánones actuales de metal extremo. Rápidamente me di cuenta de porqué. Y es que casi casi está calificación les viene pillada con pinzas.
Melodías creadas con la guitarra, aunque muy bien apoyadas por síntes y samplers. Músicos de fuerte influencia heavy metal clásico e incluso hard rock, para crear una obra de metal progresivo, melódico y muy adornado en el que los riffs de guitarra nacen del más puro metal rock traído al metal extremo principalmente por la batería, que no para de demostrar su técnica, y por la voz, que es gutural, dado así el carácter extremo al trabajo.
Como las viejas banda de heavy rock, aqui todo gira en torno a las guitarras, sus riffs, sus medidas, sus estructuras son de las que nos volviendo loco hace ya más de 30 años. Pero precisamente lo bueno de estos italianos es que han sabido darle la vuelta y hacer de estas influencias su proyecto base, no su sonido definitivo. Añadiendo una buena dosis de síntes y teclados colchón, piano por aquí, samplers por allá, convierten esto en un metal progresivo más que interesante de escuchar y en el que lo mismo nos topamos con melodías consabidas como con estructuras enrevesadas. Porque hasta la voz, aún siendo extrema, sigue formatos muy rockeros en sus estructuras. Treinta minutos en cinco temas de una vuelta a la que hay que seguir la pista y a la que un poco más de carácter técnico en sus composiciones les harán subir muchos enteros.