Crónicas Live

[CRÓNICAS LIVE] IMPERICON NEVER SAY DIE! TOUR – 22.11.2015 y 23.11.2015 Barcelona y Madrid (HFMN Crew)

never say die

22.11.2015 Sala Razzmatazz 2 - Barcelona (Por Titus Ferrer Bellés)

Destruyendo el mito. Desde un tiempo hacia acá, parece que hay gente dispuesta a acabar con aquello de que las bandas y los tours grandes no pasan por España.

Seguimos sin ser un destino Europeo imprescindible para las giras, como Inglaterra o Alemania, pero es indiscutible que cada vez el volumen de conciertos altamente demandados está creciendo en estas tierras que habitamos.

Sin ir más lejos, desde el año pasado ya nos visita (Y esperemos que lo haga de nuevo el año que viene) el más que demandado NEVER SAY DIE! Tour, que mueve cada año a un mínimo de 6 bandas de hardcore, metalcore y derivados con renombre por toda Europa.

Este año, con un cartel más contenido que el anterior ya que había más bandas por descubrir que bandas de moda, se acercaron de nuevo a Barcelona y nos trajeron a THE AMITY AFFLICTION, DEFEATER, BEING AS AN OCEAN, CRUEL HAND, FIT FOR A KING y BURNING DOWN ALASKA. Sin duda un cartel dispar, ya que incluye bandas enormes en cuanto a nombre (The Amity afflicction y Defeater) demandadas por dos sectores de público distintos. Hardcore melódico del club de los veteranos y metalcore de gama pop y un público mayoritariamente juvenil. Ciertamente un cartel dispar, pero a la vez atractivo para aquellos que busquen variedad, y repito, descubrir.

Nos presentamos prontito en la sala, ya que justamente queremos descubrir a BURNING DOWN ALASKA. Un grupo joven con un solo disco de 9 temas a sus espaldas.

Pese a mí ya más que declarada reticencia de cara a la nueva ola de hardcore melódico, que para mi punto de vista peca de repetitivo, estos alemanes olían a potencial y a un directo destacable. Y no me equivoqué en absoluto.

De cara a un público más bien frio, y una sala todavía poco llena, salieron a disfrutar haciendo lo suyo, y lo suyo es la melodía. Pues pese a una base dura, apoyada completamente en una voz sufrida y áspera, su envoltorio melódico les dota de una épica que engrandece muchísimo su trabajo. Y eso se multiplica de cara a los directos. Al igual que se multiplicó el entusiasmo del público a medida que avanzaba el show. Y eso suele ser sinónimo de éxito, ya que es indicador de que consiguen convencer a los que desconocían la banda, y consiguen que se unan a la fiesta sin prejuicio alguno.

Además siempre está bien que la banda anime a la participación del público más allá de pedir circle pits y Wall of death. Tobías, su vocalista, incitó al público a participar en los estribillos y cantos colectivos, lo cual rompió la sensación de lejanía a la que todo grupo de corto recorrido se enfrenta en sus directos.

Así pues, gozamos de un buen calentamiento para una larga noche. Eso sí, lo único realmente reprochable es que Michael de BEING AS AN OCEAN no salió a cantar la parte melódica de “Phantoms”, tal y como ha hecho en algún otro show de la gira. Una pena, era un momento realmente esperado para mí.

Turno para el exponente más alto de metalcore de la noche con FIT FOR A KING. Una descarga brutal de sensaciones encontradas. Pues de nuevo, su esencia se multiplica, y en este caso se trata de la lo grave. Guitarras afinadas al tono más bajo que el oído humano puede procesar y una descarga gutural de fuerza por parte de Ryan Kirby, su vocalista que impresionó a todos y cada uno de los asistentes, que terminaron de alucinar con el grito final de “Warpath” que duró más de 10 segundos sin descanso.

Su potencia vocal es de aquellas que marcan la diferencia entre bandas, pero a su vez el contraste con los “melódicos” que más que cantar sufrió del bajista Ryan O’leary hacía más patente el desastre vocal que se vivía en los pocos estribillos melódicos que pudimos escuchar aquella noche. Una lástima, pues el show y el buen hacer de la banda en general se vio bastante eclipsado por estos cortos momentos.

Al final la cosa se quedó en un show en que la gravedad del sonido pudo con la incertidumbre de muchos y el desconocimiento de otros. Un concierto que si bien no fue perfecto, si fue perfectamente disfrutable. Eso sí, faltó algo de conexión por el público. Se les notaba con la directa puesta.

Hardcore adrenalínico en vena. Por la vía rápida. Directo y en toda la cara. CRUEL HAND sobre el escenario y ahora sí que el pit se empezaba a poner consistente de verdad.

No parece que la gente estuviese haciendo ninguna diferencia entre los temas de su distinto nuevo disco y sus dos anteriores, que son hardcore más puro. Sea como sea, los tres trabajos sonaron atronadores en directo, y la posibilidad de cantar ciertos momentos de ·The negatives” creó un vínculo directo con el público, que se agolpaba en las primeras filas.

Y siempre es de agradecer ver al grupo dándolo todo sobre el escenario como si del público se tratase. El quinteto al completo iban pasados de revoluciones y desprendían unos niveles de adrenalina altamente contagiosos. Sin freno alguno entre tema y tema, acumularon un set realmente largo para su posición en el cartel, y aquello a base de canciones breves y mucha velocidad. Lo poco que recordamos de la voz de Chris Linkovich cuando no le estaba gritando al micro fue cuando le dedicó a los más punk rockers del lugar la canción homónima de su último disco, que fue coreada hasta la afonía.

Siempre entra bien una ráfaga así de hardcore puro. Con positividad en el mensaje y sin más pretensión que el disfrute y la batalla por uno mismo. Quedamos encantados, y se nos hizo corto.

Llegaba la hora del show más esperado por un servidor, y al parecer para gran parte de los asistentes. BEING AS AN OCEAN se llevan, desde luego, la medalla al grupo más cercano de la noche. Literal, pues Joel Quartuccio, su vocalista ni siquiera fue capaz de esperar a que se iniciase el primer tema para bajarse al foso y cantar desde la valla directo a las primeras filas.

Para los que les conocemos, no es ninguna sorpresa que un recital del cuarteto de California es una manera de liberar tensión espiritual. Pues en cuanto a letras, su propuesta es cercana al screamo más depresivo, y en la cual se fusionan su hardcore suave, que en ocasiones ha llegado a adoptar tintes de post rock con la violenta y torturada voz de Joel.

El setlist fue un repaso a sus tres trabajos totalmente homogénea. Seis temas (Cortísimo set), dos de cada disco. No hay queja más allá de las elecciones de cada disco.

Celebrados hasta la saciedad desde el primer tema, el respetable no pudo siquiera intentar disimular la emoción cuando como segundo tema atacaron con “The hardest part is forgetting those you swore you would never forget”. No dejábamos siquiera oír la dulce voz de Michael en los estribillos. Y aprovecho para comentar cuanto me alegra que estén potenciando su papel cada vez más, ya que tiene una de las voces melódicas más bellas que he oído en directo, al menos en un concierto de hardcore-metalcore.

El concierto entero, excesivamente corto, fue un continuo cumulo de crowdsurfers (El mismo Joel el primero, en más de una ocasión) que iban en aumento a mas avanzaba el set. De hecho, un servidor mismo acabó siendo manteado hasta el foso. Donde el jefe de seguridad, en un alarde de abuso de autoridad me agarró por la espalda y el cuello y me presionó contra la pared más cercana, sin dejarme ir. Todo para para amenazarme de echarme de la sala. Al mismo lo vi hacer lo propio con una chica a empujones y golpes con una sonrisa en la cara. Todo esto cuando su equipo mientras tanto se dedicaba a recoger a los crwodsurfers en el foso con una sonrisa, en un alarde de comprensión hacia la clase de concierto que controlaban. Todo esto por no mencionar que por más que busqué no encontré un solo cartel en el que se anunciase la prohibición de la actividad. Esa chica no pudo terminar de ver a un grupo por el que había pagado un dinero por disfrutar por que el jefe de seguridad (Entiendo que era el jefe) decidió sobrepasar sus límites aquella noche y ni tan siquiera advertirla de que estaba haciendo algo que no se podía hacer, pese a no haberse comunicado en ningún sitio. No, yo tampoco lo veo lógico. Espero no encontrarme con una situación tan desagradable en un futuro en una sala de la que disfruto muy a menudo.

Y justo tras el desagradable incidente: BEING AS AN OCEAN se preparaban para poner fin a su show con un discurso soberanamente emotivo por parte de Joel de cara al respeto, la no-violencia y el cuidado mutuo. También fueron los únicos en mentar el todavía reciente en nuestras mentes atentado a París, mostrando un respeto que rompió la emotividad de todos los asistentes.

Y así, blandos como nos dejaron, cerraban la noche con uno de sus temas más tristes y emotivos: “This loneliness won’t be the death of me”, que fue cantada por todos a través del micro de Joel, que se recorrió la sala entera mientras nosotros luchábamos por acercarnos al alma de la sala.

Y así muchos aprendieron aquella noche que “El hardcore no es para chavales felices con vidas perfectas”, pero que de imperfección también se vive.

Ahora sí que si: recta final con los dos cabeza de cartel de la noche: DEFEATER salieron a escena sin intros, presentaciones ni floritura alguna. Directos a lo suyo empezaron a aporrear sus instrumentos, voz incluida siguiendo muy bien con la atmosfera pro hardcore atormentado y poético que se había quedado.

Los padres de la nueva era del hardcore melódico (Como comento más arriba) no son santo de mi devoción, pero hay que reconocer que tienen un directo espectacular. Además aquella noche les acompañó un sonido que rozaba la perfección. El bombo de la batería retumbaba en el pecho como si de una explosión de gas se tratase a cada impacto.

Solo empezar ya nos dejaron claro que iban a ir a toda mecha, para poder regalar un set largo para los tiempos reducidos de los que todos disponían. Además, pese a que el temario estaba sobradamente basado en su nuevo “Abandoned”, no se dejaron un solo disco por repasar ni un solo clásico por tocar. Empezar el concierto con “bastards”, es para mí inexperto punto de vista, todo un acierto. Ese inicio le activa el chip a cualquiera.

En cuento a sus miembros se refiere, el centro de la banda siempre ha sido su vocalista Derek Archambault, por dotar de su poesía los temas que compone, y pese a que el tío tiene una presencia escénica que es un portento, súper vivido … para mí la estrella de la noche fue su guitarra: Jake Woodruff. Daba gusto verle tocar, melena al aire con una histeria digna de un concierto de “DILLINGER ESCAPE PLAN”. Heredero directo de aquel comentario que todos nos hacemos cuando vemos a un grupo que lo da todo por encima de sus posibilidades: “¿Cómo será capaz el tío de hacer esto cada noche durante meses?”

Sin duda me alegro de haber podido disfrutado de un grupo que a priori me despertaba más pereza que cualquier otro sentimiento. Está claro que hay grupos que tienen un directo capaz de convencer a cualquiera. Se suelen oler a la distancia, y a veces es bueno dejarse llevar e intentarlo. Yo lo hice, y acabé disfrutándolos mucho.

Y ahora sí que sí, se acercaba el fin de la fiesta. Llegaba el grupo que más desentonaba respecto al resto del cartel. La controversia, ya que despiertan a la vez amor y odio, como todos los grupos que intentan mezclar esta clase de sonidos. Salían a escena con bandera propia, ahora sí, THE AMITY AFFLICTION con su popcore súper disfrutable para aquellos que dejasen las pretensiones en casa.

Y empezaban además con el que posiblemente es el tema favorito de un servidor: “Open letter”. Muchisima curiosidad sentía yo por ver como entraban esos melódicos, ya que la fama (Y los videos de youtube) preceden al pobre Ahren Stringer, que nos calló a todos la boca al primer estribillo.

Es cierto que el tío ha mejorado un montón su técnica vocal, y también es cierto que la ayuda del guitarra Dan Brown es vital para empacar unos melódicos que no son nada fáciles de defender. Así pues, este tándem vocal es la solución perfecta al mayor problema que parecía tener el grupo en sus directos, osea que a sabiendas de esto, ya solo nos quedaba disfrutarlos.

Su set se basó completa y absolutamente en sus dos últimos trabajos, para disgusto de los que les siguen desde el principio de su carrera. Cierto es que estos dos últimos trabajos representan mejor el camino que está claro que han decidido tomar, por tanto es una decisión lógica, pero no hubiese estado de más que hubiesen obsequiado a los fans con algún tema más antiguo. Y más teniendo en cuenta lo corto del set (DEFEATER tocaron un mayor número de temas que ellos).

Lo bueno es que al final el concierto terminó sonando a un recital enteramente compuesto de singles, y es que si una cosa está clara es que la originalidad no es el punto fuerte del grupo. Tampoco se les pide que la busquen, ya que su fórmula funciona a la perfección tanto para ellos como para sus fans. Y los demás, si somos capaces de entrar en su juego, nos llevamos una noche de festejo y pop gritado a las espaldas.

Así pues, pasando por archiconocidas como: “Chasing ghosts”, la muy bailable “Never alone”, o la envolvente “The weigh down” nos plantamos en el que nos querían hacer creer que era el fin de la noche con “Death’s hand” (Que gustazo poder gritar ese “Hey death, ¡get fucked!” en una sala llena de gente). Obviamente no coló en ningún momento. Así que poco tardaron en salir a escena a hacernos terminar, ahora sí, con un buen sabor de boca gracias a “Pittsburg” y “Don’t lean on me”, que fueron coreadas como si el mundo se acabase esa noche.

Que noche más dispar nos llevábamos a casa, pero que bien haber podido disfrutar de nuevo de un festival de estas dimensiones en casa. Ojalá las bandas se fuesen a casa contentas, y los organizadores también, ya que queremos permanecer en sus mapas y verles pasar por aquí de nuevo el año que viene. Crucemos dedos, pues. Esto no debería ser más que el principio.

23.11.2015 Sala Cats - Madrid (Por José Otero Castelo)

El festival itinerante de hardcore y metalcore que triunfa por toda Europa regresaba a la Península de la mano de HFMN Crew un año más, después del gran éxito cosechado el pasado año con bandas de gran renombre como TERROR, COMEBACK KID o STICK TO YOUR GUNS.

Pero esta vez no se celebraría en la Sala Penélope, sino en la Cats, donde pudimos disfrutar hace poco más de un mes, de una de las grandes giras de Metalcore que pasaron por la capital: ASKING ALEXANDRIA, AUGUST BURNS RED e IN HEARTS WAKE.

Además del cambio de sala, contamos con otra novedad, y es que gracias a la nueva ley aprobada, estaba permitida la entrada a los menores de edad mayores de 14 años, con permiso de su tutor legal.

Puntuales, a las 18:00 comenzaban su show BURNING DOWN ALASKA. Pese a ser el primer grupo de la tarde, los alemanes ya contaban con una pequeña horda de seguidores agrupados en las primeras filas, coreando cada uno de sus temas.

Instrumentalmente impecables, con un frontman carismático y cercano al público, consiguieron meterse a la escasa multitud en el bolsillo, siendo sin duda una de las sorpresas más agradables de la tarde.  Interpretaron un repertorio que incluía la mayoría de los temas de su ábum debut “Values & Virtues”, donde destacó el single “Phantoms”, en el cual colabora Michael, de los también allí presentes BEING AS AN OCEAN. Todos esperábamos su salida al escenario, pero al final nos tuvimos que conformar con una pista de audio de su voz.

Tras un buen calentamiento, era el turno de FIT FOR A KING, que, tras presentarse al público, comenzaron su show.  Riffs potentes y una voz gutural rasgada de un Ryan Kirby que no paró de moverse enérgicamente por el escenario.  Empezaba a haber movimiento en el pit, en el que cada día me sorprenden más la variedad de “pasos de baile” que uno descubre en cada concierto.  Pero comenzaban los problemas para los tejanos, ya que el sonido no hizo justicia a su actitud encima del escenario.  También decepcionó bastante la voz melódica de su nuevo bajista, un recurso que es clave para el dinamismo de la banda, y que esta noche, entre miradas perplejas de los allí presentes, no tuvo su día. Tras un setlist en el que destacaron “Ancient Waters” o “Bitter End”, abandonaron el escenario cerrando con “Warpath”. Esperemos que tengan más suerte en su próxima visita a nuestro país.

Cuando la gente me preguntaba ¿Y CRUEL HAND qué tocan?, no sabía qué responder, ya que los de Portland han conseguido un estilo totalmente característico, mezclando estilos como el NY Hardcore, pasando por el Hardcore Punk, e incluso con toques de Thrash Metal.  Divertidos y dinámicos, con temas cortos y rápidos, no se olvidaron de interpretar clasicazos como “Dead Weight” o la coreada “Life in Shambles”.  Pero la locura llegó cuando sonaron los primeros acordes del tema que da nombre a su último trabajo: “The Negatives”. Saltos, two-steps y circle pits para acabar un concierto que se me quedó corto. CRUEL HAND siguen evolucionando, y esperamos tenerlos de vuelta pronto en sala pequeña, ya que puede ser una auténtica gozada.

Comenzaba la parte fuerte del cartel, e incomprensiblemente el aforo de la sala seguía como al principio. Era el turno de BEING AS AN OCEAN, uno de las bandas que más curiosidad tenía de ver en directo y de las que más dudas me despertaba.  Tras un breve discurso a cargo de el organizador de “Have Hope” acerca del suicidio y la depresión, por fin se subía al escenario una de las bandas de post hardcore más deseadas.  Antes de nada, he de decir que lo de Joel Quartuccio no es de este planeta…  Nada más sonar los primeros acordes de uno de sus nuevos temas, “Little Richie”, ya teníamos al frontman entre el público, donde se pasó prácticamente todo el concierto.  No había visto nunca a un músico transmitir tanta pasión y tanto amor actuando, y tanta cercanía con los allí presentes, a los que se acercaba pasándoles el micro y cantando con ese estilo tan peculiar “spoken word” que tanto le caracteriza.  Empezaron fuerte, con temas como “The Hardest Part Is Forgetting Those You Swore You Would Never Forget” o “L’exquisite Douleur”, en los que la multitud no paró de dejarse las cuerdas vocales.  Pero si hay algo que caracteriza a esta banda es sin duda el mensaje que transmiten.  Tras un breve parón en el que Joel se llevó un pequeño cabreo con el público por no bajarle al suelo cuando él lo pedía, comenzó el momento más sentimental de la noche, en el que el frontman volvió a hacer referencia al gran número de jóvenes víctimas del suicidio y la depresión, que terminó con un bonito homenaje a los fallecidos en París.  Las luces se apagaron, y la sala se iluminó con la luz de los mecheros y teléfonos móviles (malditos teléfonos móviles…) de los allí presentes durante unos minutos.

Con una sonora ovación y lágrimas en los ojos, les despedimos después de que interpretasen uno de sus himnos: “This Loneliness Won’t Be the Death Of Me”, en donde volvió a lucirse Michael en la voz melódica, que era quizás el que más dudas me producía.  Un show familiar y especial, que estamos deseando repetir de nuevo, y con mayor duración.

Quizás, una de las partes más negativas de estos eventos con tantas bandas, es que llega un momento en el que el cuerpo no responde, y los grandes damnificados fueron DEFEATER.  Los de Boston eran una de las bandas más deseadas del cartel, y sus fieles seguidores se dejaron ver en las primeras filas.  Su vocalista Derek, incitaba al público a hacer circle pits, a saltar y a moverse, pero desgraciadamente la gente no respondía. Muy enérgicos en el escenario, destacó por encima de todos la figura de su batería Joe, el cual también había tocado con BAAO debido a que su batería original había tenido que abandonar la gira. Tras un show denso, arrancaron los primeros bostezos, a los que rápidamente pusieron solución interpretando tres de sus mejores temas seguidos: “Dear Father”, “Cowardice” y “The Red, White and Blues”, con los que se despidieron.

Llegaba entonces el momento que muchos esperaban, el plato fuerte del cartel: THE AMITY AFFLICTION. Las primeras líneas de “Open Letter” desataron la locura en la sala, despertando a un público que parecía haberse quedado frío tras la anterior actuación.  La puesta en escena y el carisma de sus dos pesos pesados, Joel Birch y Ahren, hicieron enloquecer a los allí presentes. El sonido instrumental era perfecto, y ambas voces sonaban calcadas a cómo suenan en estudio, pero tal vez, con un exceso de eco. Tan perfecto parecía, que hubo un momento en el cual parte del público llegamos a pensar que podría haber algo de “playback”, ya que en varias ocasiones, al dejar de cantar Ahren, se seguía oyendo su voz.  Entonces miramos al lado izquierdo del escenario, y vimos que era cosa de Dan, el guitarrista, cuyo tono de voz era prácticamente calcado al de su compañero. Los más fans saltaban en las primeras filas, mientras el resto, incansables, lo daban todo en el pit.  Tras unas palabras de elogio, la banda cerró un concierto inolvidable con sus dos clásicos: “Pittsburgh” y “Don’t Lean on Me”, poniendo fin a una nueva edición del Impericon Never Say Die en nuestro país, en la que la asistencia de público no tuvo nada que ver con la anterior edición, pero en la que aun así, los allí presentes disfrutamos como niños.

A veces olvidamos que nosotros somos  la pieza básica para que se puedan seguir organizando estos eventos por los que las promotoras trabajan duramente. ¡Esperamos con los brazos abiertos la siguiente edición!

Fotos de Juan Morillas (Concierto de Madrid)

THE AMITY AFFLICTION

DEFEATER

BEING AS AN OCEAN

CRUEL HAND

FIT FOR A KING

BURNING ALASKA

 

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