[CRÓNICAS LIVE + LIVE SHOTS] THE BLACK DAHLIA MURDER + BENIGHTED + Invitados – Fechas en España (Madness Live!)
CRÓNICAS LIVE – Sala Razzmatazz 2, 29.01.2016 Barcelona |
Por: Titus Ferrer Bellés
Muchísimas ganas había de ver por segunda vez a aquel grupo que todos los fans parecen haber visto 200 veces. Lo bueno es que el éxtasis post-concierto no cambia en base a las veces que uno los ha visto. De un concierto de THE BLACK DAHLIA MURDER uno sale extasiado, indiferentemente de lo veterano que se sea.
Esta vez además, para presentar su séptimo disco: “Abysmal”, decidieron dar el recital de la muerte en una sala algo más grande a lo que acostumbran. Aquí en Barcelona la elegida fue Razzmatazz 2, y debo confesar que me preocupaba un poco encontrarme con una sala a medio llenar.
Sensación que se incrementó cuando diez minutos antes del inicio de los primeros teloneros me encontré una sala vacía incluso para tratarse del primer show de la noche. El de los Barceloneses STAINED BLOOD, que además habían sido añadidos tres días antes para substituir a los franceses GOROD que se cayeron del cartel a poco más de una semana del concierto.
A STAINED BLOOD ya les hemos visto más de una vez, y de ellos hemos hablado aquí también más de dos y de tres. La calidad y soltura que destilan sobre el escenario es de envidiar. Eso está dicho. Pero no sé si será que el sonido ayudó mucho, o que estos chavales mejoran a cada concierto que dan. Sonaron mejor que nunca y el público disfrutó de ellos como si fuese la primera vez que los veíamos.
Muchas camisetas de los mismos se veían además entre el respetable, que antes de la mitad del concierto ya había duplicado su volumen haciendo que la sala empezase a palpitar.
Su setlist se basó enteramente en su poderoso “Hadal”, que desgranaron prácticamente entero. Contagiando cada vez más su pasión a una multitud que crecía no solo en número si no en entrega. Cuernos en alto y melenas agitándose, las primeras cervicales empezaban su camino hacia las agujetas que a todos nos visitarían al día siguiente.
La culminación del show fue a partir del mismo tema que cierra el disco. Las luces se apagaron, y con un tenue resplandor azul trasero descargaron “Sound of the abyss”, consiguiendo una atmosfera digna de hacer referencia al título. Desde luego si en la sala quedaba alguien por conocerles, ahora mismo estará en su casa escuchándoles.
Lo reconozco: me daba algo de pereza ver a BENIGHTED, ya que pese a que puedan gustarme grupos del género, el brutal death, el grind o demás derivados no son santo de mi devoción.
Sin embargo, todos sabemos que hay grupos que te compran cuando los ves en directo. Pues en este caso, los franceses soltaron un fajo de billetes que parecía un adoquín. Un despilfarro. Y es que solo por presenciar la facilidad con la que su cantante Julien pasaba de los pig squeals exagerados, a los graves destrozatimpanos la cosa ya valía la pena.
Para colmo aquella noche parece que el técnico de Razz estaba inspirado, pues los tres grupos sonaron de lujo, pero sobretodo en el caso de estos, la nitidez del sonido hizo que fuese más fácil dejarse impresionar. Que ya sabemos cómo de molesto es ir a un concierto de extremo y encontrarse con una bola de sonido indescifrable.
Y si bien es cierto que la voz es a priori el elemento sorpresivo con el que uno se encuentra de buen principio, el resto de integrantes no se quedan cortos a la hora de hacerle sombra. Pues aparte del apartado técnico, estos no pararon de darlo todo, creando una cercanía tan potente como peligrosa para la integridad cervical de los asistentes.
Tal vez BENIGHTED no vayan a convertirse en mi grupo de cabecera. Pero ganas de volver a verlos en directo no me van a faltar. Tal vez lo que me falte encontrar sean las agallas.
Y ahora sí, con una intro un pelín más alargada que la que presenta el disco, THE BLACK DAHLIA MURDER salen a repartir blast beats como si no hubiese un mañana. Y desde este punto la sensación fue de que estos no pararon hasta terminar el amplio set que presentaron aquella noche.
Si de algo han hecho gala siempre estos americanos es de transmitir un buen rollo muy característico en sus directos, pese a ser durante el recital de muerte y abominación que ofrecen. El infierno personal que ofrecen atrapa, y pese a que esta vez tardaron un par de temas en crear una conexión realmente fuerte con el público, queda claro que son de aquellos grupos a los que sus fans quieren especialmente. Sea por dicho buen rollo, por sus sólidos trabajos o porque sencillamente son aplastante en directo, la cuestión es que lo es. Y es por esto que incluso los veteranos salen extasiados, como bien he comentado más arriba. Por que sus conciertos incitan a una entrega por parte del público que está por encima de la media. Y eso que esta vez les vi algo más automáticos que la anterior vez, cuando presentaron su “Everblack” en la sala Bóveda. Suerte que pese a un piloto automático que se fue diluyendo con el paso de los temas, la calidad musical no decreció en ningún momento más que cuando a Trevor se le cortó el audio de su micro durante unos segundos.
Por suerte no cundió el pánico y la cosa volvió a la normalidad solo empezar el siguiente tema.
Como ya he dicho, lo realmente interesante del set es como fue orientado a repasar la trayectoria, sin omitir los primeros trabajos, como cada vez vienen haciendo más los grupos.
De hecho, y sé que no muchos estarán de mi lado en esto, para un servidor el principal problema del set fue el ninguneo que se le hizo al controvertido “Everblack”, que como ya sabemos no fue bien recibido por gran sector de los fans.
Ya he declarado en más de una ocasión que me parece un álbum más que notable, y esperaba un poco más de confianza en él por parte del grupo. Por desgracia solo pasaron por él para tocar el tema dedicado a (Una de las mejores pelis de terror de todos los tiempos) Evil dead: “raped in hatred by vines of thorn”, dejando de lado temas que en la anterior gira sonaron tan aplastantes como: “Phantom limb masturbation” o “In hell is where she waits for me”. Una pena. Espero que en un futuro el disco vuelva a tomar presencia en sus sets.
Y en la cara opuesta se encuentra tanto el orgullo que mostraron, como el buen recibimiento que obtuvieron con los cuatro temas que tocaron de su nuevo “Abysmal”: “Receipt”, tema que gana una barbaridad con las escuchas, y ya ni os cuento en directo, “Threat level no. 3”, “Vlad, son of the dragon”, y la homónima “Abysmal”. El público reaccionó tan bien como hizo con las míticas “What a horrible night to have a curse” o “Moonlight equilibrium”.
Pero sin duda lo que los fans más veteranos agradecieron fue el elevado de temas de los dos primeros álbumes hacia la parte más avanzada del show. Casi del tirón pudimos vivir “Elder mysantropy”, “Funeral thirst”, “A vulgar picture”, “I’m charming” o “Statutory ape” El mosh pit iba más a muerte que nunca, y los circle pits eran cada vez más veloces. Fuesen o no incitados por la banda, que cada vez parecía sentirse más cómoda y charlatana. De hecho Trevor ya nos tenía, como siempre, flexionando músculo en imitación a esa forma tan peculiar que tiene él de lucir los cuernos en alto.
Anunciadas ya como las dos últimas de la noche, era momento para dos de las grandes, que fueron recibidas como tal, fuese por el poder de la propia canción, o por el efecto ahora o nunca. “Deathmask divine” lleva marcada en mis cervicales desde aquella antológica noche en Bóveda hace ya dos años. Pero aquí estaba de nuevo, recordándome que mañana no iba a poder mirar hacia abajo.
Y como de costumbre, el colofón lo puso el también único acercamiento que hicieron a su “Deflorate”, con la ya tradicional despedida que es “I will return” (Seguro, pero que sea pronto). Desde luego un mensaje con el que las despedidas se hacen menos dolorosas.
Tras esta fabulosa segunda vez me reafirmo en lo que dije la primera: a THE BLACK DAHLIA MURDER los vería en bucle hasta que me estallasen los sesos. Y esto, para alguien no especialmente arraigado a un estilo tan contundente como el suyo, me parece suficientemente importante como para justificar el buen momento que viven, y espero que sigan viviendo. Pues con ellos lo haremos nosotros.
LIVE SHOTS – Sala Caracol, 28.01.2016 Madrid |
Fotografías: Juan Morillas
THE BLACK DHALIA MURDER
BENIGHTED
THIRTEEN BLED PROMISED