Vamos con la review de hoy… Uy, ya pasó. Un momento, que vuelvo a poner el disco… Uy, ya pasó otra vez. ¿A ver qué co***es pasa? ¿Tengo el reproductor acelerado en un 500%? No, todo parece normal. ¡Vamos a ver! ¿Ya, otra vez? ¡Colorea y redescubre el HC con Teo!
Haz cuentas. DROPDEAD llevan desde 1991 escupiendo odio y velocidad desde Rhode Island. Tiempo suficiente para haberse convertido en unos viejos abotargados que viven de las rentas de la fama, aunque sea en el underground. No es el caso, por fortuna para el movimiento HC, por desgracia para vecinos y convivientes que me acompañan mientras escucho “Dropdead 2020”. El molestómetro se ha fundido a la segunda embestida de los amigos.
Imbuidos del espíritu más puramente HC y de la filosofía DIY (Do it yourself, háztelo tú mismo), estos barbaros siguen, treinta años después, vomitando odio y crítica. ¿Han bajado revoluciones? ¿Han rebajado mala leche? Indomables e irreductibles, los tres miembros originales, Bob Otis a la voz, Ben Barnett a la guitarra y Brian Mastrobuono a las tímbalas (el bajista George Radford se unió en 2010) vuelven con un desfase de álbum, donde contamos con largos desarrollos instrument… ¡Ja, ja, ni de coña! Esto es HC, del puro, del encabronado, del ruidoso y gritón, veloz hasta la exageración y más Punk que el propio Punk.
Sin llegar a la hilarante brevedad del “You suffer” de NAPALM DEATH o similares, DROPDEAD te sacuden hostia tras hostia con temas como “Prelude”, “Road to Absolution” o “Bodies” que andan por los treinta segundos de media. Eso sí, al neófito puede resultarle como treinta siglos de tortura trepanadora en los oídos. Incluso el tema más largo, “Book of hate” mantiene un medio tiempo hasta que se acelera descomunalmente, pero ese acople de la guitarra del inicio es realmente molesto.
Un momento, que he parpadeado y me he perdido dos temas. Así, de esta guisa, se las gastan la gente de DROPDEAD. Gente que, si se muerde la lengua, se envenenan. Solo hay que echarle un vistazo a las letras: “Torches” está dedicada a Heather Heyer, la activista que murió arrollada en una protesta contra los supremacistas blancos. Y vamos el mensaje está bien claro: los mesías fascistas, líderes de los necios, que usan propaganda nazi disfrazada de orgullo patrio (¿os suena?).
Todo un repertorio de males que aquejan nuestra sociedad, escupido a la velocidad de una llama alimentada por gasolina: los derechos animales (“The Black Mask”), las religiones como herramientas para mantenernos esclavizados (“Book of Hate”), la acumulación de casi toda la riqueza en manos de ese maldito 1% de la población (“Ashes”), la preponderancia del fascismo… Todo un manifiesto, todo un trazado del maléfico mapa de nuestros días y, por desgracia, no hace falta recurrir a fantasiosas extravagancias de seres del inframundo, espíritus nefarios o zombies…
DROPDEAD son como masticar un ladrillo aderezado con clavos oxidados. Si parpadeas, te has perdido dos o tres temas. Pero es que esto es Hard-Core, ¡o lo tomas o lo dejas! ¡Sin prisioneros!
Puntuación
Nota - 8
8
Nota
DROPDEAD son como masticar un ladrillo aderezado con clavos oxidados. Si parpadeas, te has perdido dos o tres temas. Pero es que esto es Hard-Core, ¡o lo tomas o lo dejas! ¡Sin prisioneros!