El próximo 29 de noviembre de 2024, Personal Records lanzará el primer Elepé de los Death metaleros FESTERGORE llamado «Constellation of Endless Blight».
Steve Pro (batería), Andrew O (guitarra), Tom Mahoney (guitarra), Ryan Lee (voz) y Tom Nelson (bajo) son los hombres que le dan vida al conjunto.
De normal, las bandas que tienden a ir a medio gas dentro del estilo anteriormente mencionado suelen ser bastante aburridas y estáticas. Sin embargo, os confieso que me he llevado una muy grata sorpresa con el debut de los de New York. Sí, su propuesta tira más a la pesadez que a celeridad, mas no se olvidan de pisar el acelerador a fondo cuando es necesario, pero lo mejor de todo, es la cantidad de giros de dirección que hay por tonada. De esta forma se aseguran que el interés ni la intensidad en el plástico en cuestión no decaiga en ningún momento. Ya podrían aprender algunos con más renombre de ellos.
No hay sobresalto en las seis cuerdas. Dentro de las fronteras del «Metal Muerto», ofrendan un escaparate repleto de riffs crujientes, rotundos, fluidos y veloces si la ocasión lo requiere. Asimismo, rescatan un recurso que parece cada vez más olvidado. Me refiero al uso de armónicos punzantes que tan de moda se pusieron a finales de los 90. La lead guitar sin que sea nada del otro mundo cumple bastante bien. Dentro del apartado vocal, tenemos unos entendibles growls que no cesan en su afán por pudrirnos el alma con cada silaba escupida con furia por parte de Ryan Lee. Gracias a Odín no hay incursiones de clean vocals ni moderneces innecesarias. A estas alturas no hace falta que os describa la percusión ¿no? Lo que sí os voy a recordar es que los skank beats y los blasts están presentes, poco, o menos de lo que me gustaría, mas ahí están. Por cierto, aún a riesgo de repetirme en exceso, os recuerdo una vez más que los cambalaches de recorrido son una constante realmente positiva.
Los tracks más salvajes, y por ende mis favoritos han sido «Surrender to Madness» y «Cryogenic Decay». Ya tardáis en echarles un oído. «Constellation of Endless Blight» es un arranque más que prometedor que desde aquí recomiendo.
De normal, las bandas que tienden a ir a medio gas dentro del estilo anteriormente mencionado suelen ser bastante aburridas y estáticas. Sin embargo, os confieso que me he llevado una muy grata sorpresa con el debut de los de New York. Sí, su propuesta tira más a la pesadez que a celeridad, mas no se olvidan de pisar el acelerador a fondo cuando es necesario, pero lo mejor de todo, es la cantidad de giros de dirección que hay por tonada. De esta forma se aseguran que el interés ni la intensidad en el plástico en cuestión no decaiga en ningún momento. Ya podrían aprender algunos con más renombre de ellos.
No hay sobresalto en las seis cuerdas. Dentro de las fronteras del «Metal Muerto», ofrendan un escaparate repleto de riffs crujientes, rotundos, fluidos y veloces si la ocasión lo requiere. Asimismo, rescatan un recurso que parece cada vez más olvidado. Me refiero al uso de armónicos punzantes que tan de moda se pusieron a finales de los 90. La lead guitar sin que sea nada del otro mundo cumple bastante bien. Dentro del apartado vocal, tenemos unos entendibles growls que no cesan en su afán por pudrirnos el alma con cada silaba escupida con furia por parte de Ryan Lee. Gracias a Odín no hay incursiones de clean vocals ni moderneces innecesarias. A estas alturas no hace falta que os describa la percusión ¿no? Lo que sí os voy a recordar es que los skank beats y los blasts están presentes, poco, o menos de lo que me gustaría, mas ahí están. Por cierto, aún a riesgo de repetirme en exceso, os recuerdo una vez más que los cambalaches de recorrido son una constante realmente positiva.
Los tracks más salvajes, y por ende mis favoritos han sido «Surrender to Madness» y «Cryogenic Decay». Ya tardáis en echarles un oído. «Constellation of Endless Blight» es un arranque más que prometedor que desde aquí recomiendo.
Valoración
Portada - 8.5
Música - 7.5
Sonido y producción - 9
8.3
Nota
os confieso que me he llevado una muy grata sorpresa con el debut de los de New York. Sí, su propuesta tira más a la pesadez que a celeridad, mas no se olvidan de pisar el acelerador a fondo cuando es necesario, pero lo mejor de todo, es la cantidad de giros de dirección que hay por tonada.