El concepto imago es un tanto complejo a pesar de que en sus orígenes, la denominación latina se usaba para designar una máscara de cera en forma de retrato con la que se exponía a los muertos en el Foro Romano. Jung adoptó dicha palabra para designar, en su psicología analítica, a la imagen interna que tenemos en nuestra psique de una determinada persona. También, dentro de la entomología, tiene cabida el concepto de imago, y es el último estadio de desarrollo de un insecto. ¡Colorea y aprende con Teo!
Pero si nos atenemos a una concepción más simplista, imago es, en efecto, la imagen. Lo bueno que tienen las lenguas romances es la similitud y cómo del termino latino podemos ir hacia la versión actual de la palabra o a la inversa. Así que si os digo: “Gelidae mortis imago” ya tenéis en vuestra cabeza el significado del último trabajo de NOCTU. Y, bueno, como podeis suponer, buen rollo, lo que es buen rollo, pues no. No es un disco para escuchar si un día no estás de ánimo. Y eso es lo primero que tenemos que elogiar de la obra de esta banda. Banda que tampoco lo es, porque NOCTU es el proyecto unipersonal del músico italiano conocido como NOCTU. El Juan Palomo del Funeral Doom: él se lo guisa, él se lo compone y él se lo come. Y ojito lo que es este disco: un triste monolito de una hora y cuarto de Funeral, con tres interludios de apenas dos minutos y otros tres temas de larga duración, pero larga, ¡larga! (el último, “Isolato da un mondo senza speranza”, supera la media hora de duración).
No vamos a descubrir nada nuevo. Si sabéis de qué va el rollo, si os gustan bandas como SKEPTICISM o FUNERAL, pues acabáis de encontrar la horma de vuestro zapato. Ritmos simples y extremadamente lentos (blast-beats y demás artillería metalera aquí no tienen cabida), y en cuanto a la música un compendio de líneas de guitarra que en su momento más alegre y acelerado te pueden sonar a SATURNUS (¡ojo, que esa es la parte amable del disco). Porque hay algo en los tres temas que componen este “Gelidae mortis imago” y que está conseguido de manera sublime. Lo que hay es desesperanza, una visión nihilista y pesimista de la vida y del mundo, una tristeza que rezuma en cada nota y en cada compás de cada tema. Los teclados grabados en ocasiones para que suenen como un órgano de iglesia o para que den notas como una celesta componen el armazón de cada uno de los temas. Y sobre eso… ¡pues a llorar durante hora y cuarto!
Elogio el disco en cuanto a lo que es. Un álbum de Funeral Doom. Y NOCTU, como banda y como músico, lo tiene bien claro. Sabe lo que quiere transmitir, cómo lo quiere transmitir y compone según esas premisas. Como ya he dicho, cada uno de los tres temas, es una larga endecha que labra a golpe de guitarra y teclado una asfixiante cadena que arrastra tu estado de ánimo hasta la más honda sima de la desesperanza. ¿Y la voz? Este es otro de los aspectos destacables del disco pero por su presencia más residual que principal. Porque la mezcla y las líneas vocales están como enterradas en el resultado final, con unos gritos y lamentos de alma en pena, en segundo plano, con un tratamiento que la opaca y la deja ahí, como esos fallidos resultados de grabar algo comprensible en una psicofonía.
Lo dicho. Un monolito desesperante y desesperanzado. Un disco grande dentro de su estilo. No uno fácil. Es un disco que te puedes poner como cuando te pones “Lo que el viento se llevó” para llorar. Avisados estáis: si te pones este disco con un estado de ánimo un poquito bajo, es vuestra responsabilidad, pero yo os recomiendo que os alejéis de chuchillos y objetos punzo-cortantes. El que avisa no es traidor.
Puntuación
Nota - 8
8
Nota
No vamos a descubrir nada nuevo. Si sabéis de qué va el rollo, si os gustan bandas como SKEPTICISM o FUNERAL, pues acabáis de encontrar la horma de vuestro zapato.