ONSLAUGHT (UK) «VI» CD 2013 (Afm Records)
Tiempos de nostalgia, tiempos de thrash metal. Exodus, Death Angel, Heathen… Todos vuelven. ONSLAUGHT ya habían vuelto hace unos años. Y todo hay que decirlo: su actual propuesta (con solo dos miembros originales, o uno solo si me apuran) resulta mucho más compacta y sugerente que aquel thrash metal primigenio (demasiado primigenio) que practicaron en los ya lejanos años ochenta (si exceptuamos aquel extraño disco en su carrera que firmaron con Steve Grimmet al frente). Su pasado punk les delataba, pero ahora esas fisuras se han sanado. ONSLAUGHT son en estos tiempos una sólida formación de thrash metal que resulta un híbrido entre el salvajismo técnico y quirúrgico del thrash metal alemán (Sodom, Kreator) y ese dinamismo y mínima querencia por la comercialidad de las bandas de la bahía de San Francisco (Exodus, Testament, Megadeth). O sea, que el último disco de ONSLAUGHT es una excelente colección de canciones. Eso si a ustedes les gusta el thrash metal sin mayores complicaciones. No llaman a engaño y desde la misma portada nos están avisando de lo que hay: tralla, dobles bombos, voces en plan salvaje y tirando a mameluco. En “Children of the sand” se marcan unos solos de guitarra batalladores, de esos que parecen estar afilándote las orejas para que prestes atención. El tema de apertura también es una cabalgada thrash metal imbricada con speed del que se hacía por parte de Death Angel en su primer disco. En general, la producción resulta un tanto tosca pero respetuosa con lo que entendemos por un grupo como ONSLAUGHT: una apisonadora puesta en marcha y sin ningún tipo de piedad para con los compromisos comerciales. Metallica se apartaron un día y para siempre del thrash metal. ONSLAUGHT, gracias a los dioses, nunca se verán en esa tentación. Son una banda de clubs, no de estadios, por eso es seguro que no habrán de venderse. No les merece la pena apartarse de la música que les gusta para ganar un dinero que nadie les ofrecerá. Eso puede parecer un demérito para ellos, pero no lo es en absoluto: así tendremos nosotros la seguridad de que jamás entrarán en las listas de éxito de este país; y ellos, la de que nunca les fallarán las escasas pero fieles hordas seguidoras del thrash metal.
(Emilio Morote Esquivel)