Antes que nada aclaro, nunca me ha gustado del todo THE SMASHING PUMPKINS, pero debo admitir que desconocer su influencia en el movimiento artístico de los ´90´s es de necios. Tomé esta reseña, más que nada, porque si hay algo que esta banda ha demostrado al Mundo del Mainstreem es que no todo es dinero, ni etiquetas y que, muy por el contrario, la distorsión y el eclecticismo pueden ser una vertiente de inteligencia en un mundo agonizante por la clonación de sonidos. Aunque ser un poco Kitsch o Bizarro sea una factura que luego no puedas pagar.
Para aquellos que no hayan ahondado en esta banda, cabe destacar sus orígenes más ligados al Dark o Pop gótico que al Punk o Grunge. A lo largo de sus ultra vendidos discos la banda ha demostrado la capacidad de una búsqueda de sensaciones más que de identidad. En este nuevo disco CYR, encontramos una nueva vuelta de tuerca a una novedosa performance que propone el grupo. Sus manotazos anteriores parecen más ligados a una caricatura para la Industria, como si hicieran lo imposible por no encajar, por alternar entre momentos grotescos de experimentos en un estudio abarrotado de drogas de diseño, un par de libros de Blake y alguna buena dosis de estramonio. Este trabajo se hunde en una profunda manta azul, donde las reminiscencias de Post Punk están en la mano de todos los redactores y críticos. ¿Tan extraño nos resulta que suenen a THE CURE? ¿Qué se hayan fundido, por fin, en la acústica compleja de una Era que ha muerto por no tener exponentes que se mantuvieran firmes en sus faltas de tonalidades estridentes?
Este álbum doble contiene una dosis ajena a todo prejuicio creativo, no tan pendiente de los comentarios del agente de prensa y, tal vez sí, algo demasiado en reírse de los Medios que, hagan lo que hagan, les iban a caer al cuello. 20 canciones que no superan los 4 minutos, que se hace completamente ligero y con un nuevo personaje… aunque con la misma personalidad. La idea de lanzar 5 animaciones a modo de vídeo es un nuevo golpe a quienes esperaban volver a ver a esta banda en carteles de Festivales de renombre… Qué va: además de la situación pandémica que aparentemente nos ha quitado otra vez los Aquelarres de verano, Corgan & compañía se tomaron 18 meses para escribir y producir un disco que tiene tanta calidad como ironía. Aquellos que se quejan de los artistas que siempre hacen lo mismo, deben vivir en una acera distinta a los que critican los proyectos que parecen diferentes a los primeros años de tal o cual banda. No jodamos, me parece un atrevimiento tan lícito como necesario ver a un grupo más preocupado por el Arte Multidimensional y poco austero, que por poder sacar de nuevo una “Bullet with buterfly wings” o una copia de otra copia insomne de “Tonight tonight” para sonar en todas las listas de Spotify a presión.
Aquellos que se declaran fanáticos de THE SMASHING PUMPKINS podrán acceder sin miedo alguno a otra nueva propuesta de la banda. Talentosos artistas que no conciben su obra en un triste y solitario plano dimensional. Recordemos aquellos años donde giraban acompañados por un Perry Farrell inquieto y revolucionario, pero pésimo en las cuentas, perdiendo dinero (y salud, claro) en carteles donde el montaje de video-pantallas era más caro que una torre de sonido, y durante 20 minutos proyectaban imágenes acuosas y lentas, para luego saltar a escena con distorsiones alucinógenas y tristemente violentas. Los que decíamos que no éramos sus fans los criticábamos aduciendo cierta falta de agresividad por parte del grupo… pero nos quedábamos con la sensación de estar ante un proyecto con más Alma que vestido y no tener suficientes drogas para toda la tarde, porque mirábamos el show de principio a fin. Vale, luego han participado de decenas de monigotadas con MTV y la promoción no les es ajena, pero encontrarnos con canciones como “Purple blood” “The hidden sun” “Dulcet in E” o “Confessions of a dopamine addict” nos deja claro que haber vivido aquellos años de R.E.M. SONIC YOUTH, N.I.N. o incluso ese BOWIE que hacía JUNGLE, le ha dado a este disco un valor agregado; relacionado con el arte y la música, no con el PunkoMetalGrunge que todos esperamos por defecto.
Atte. Califico este disco con un 8. Almas oscuras del Post TODO… vale la pena dejar entrar la luz cada tanto. Y la innovación, claro.
Puntuación
Nota - 8
8
Nota
Aquellos que se declaran fanáticos de THE SMASHING PUMPKINS podrán acceder sin miedo alguno a otra nueva propuesta de la banda. Talentosos artistas que no conciben su obra en un triste y solitario plano dimensional.