
Una cosa que quede clara desde el principio. No soy lingüista, pero me apasiona aprender de otras lenguas y ver cómo se establecen las interrelaciones entre los distintos idiomas. Adoro que otso u otsoa en euskara sea lobo, y de ahí, febrero u otsaila, sea el mes del lobo. Del mismo modo, ahora me estoy metiendo con el catalán y “Arrelats” es algo incrustado, de la raíz. ¡Arrelats a la foscor! ¡Enraizado en la oscuridad! ¿No me digáis que no tiene una cadencia increíble? ¡Colorea y aprende idiomas con Teo!
Pues así, enraizados, vuelven los VRADEMARGK, con su “Arrelats”. “Lividesa” es una instrumental que abre el disco, simple, pero repleta de ominosa musicalidad, la tensa calma que precede a la tormenta con la que estallan en el tema homónimo. Parece mentira lo que estoy escuchando. Casi una década después de su último trabajo, el “·The Black Chamber” de 2013, una pandemia y sabe dios cuantas vicisitudes personales más, la banda suena madura, plena, repleta y bombeante, como unos jovenzuelos hambrientos y experimentados. Parece mentira que suenen tan frescos y eclécticos en su propuesta. “Estigmes sobre Cendres” despliega un poderío tremendo, con una maestría de riffs y una progresión de acordes que lleva a una serie de intervenciones por parte de Rafael Ruiz con su guitarra que son realmente reseñables. “L’alè dels indòmits” vuelve a la carga y no deja respiro. Apabullante la banda: el baqueteo preciso y luminoso de Manel Rodríguez; el bajo grueso y vivo de Germán Padierna que lo respalda; Rafael a la guitarra llevando el cotarro con unos impresionantes fraseos y la garganta de Jordi Urbano que se desgarra cantando: “Vides mortes que cerquen renéixer del temps perdut”. Cuatro músicos con una sinergia que pare un resultado abrumadoramente más grande que la mera adición de sus instrumentos.
“L’art de morir” vuelve a sorprender por el interesante tratamiento de su entrada; imaginación desbordada al máximo que engarza con un militar redoble y de ahí al poder de unos BEHEMOTH: una elegía desesperada que se desgrana elevando el tema a uno de los mejores que podrás escuchar en muuuucho, mucho tiempo. ¡Este va directo a mi playlist! Una auténtica maravilla. “Egocidi”, por el contrario, entra al asalto a toda pastilla, arrasando, como debe de ser: con un par. Pasa como una exhalación y engancha con otro largo tema para cerrar el álbum: “Eudaimonia”, del griego buen espíritu. Y sí, tal es así, que la primera frase te revienta la cabeza: De les tenebres neix la llum de la virtut i la prosperitat: de las tinieblas nace la luz de la virtud y de la prosperidad. Toda una declaración de principios por parte de la banda. Una apabullante manera de cerrar el álbum, que en sus últimos minutos se transforma en una sublime intervención de Rafael.
Los buenos vinos, con el tiempo mejoran. Si se pasan en esa espera, se agrían y se convierten en vinagre. Lo mismo ocurre, con las tierras; hay que dejarlas en barbecho, reposando y aguardando a que recuperen su fertilidad. El parón le ha sentado a VRADEMARGK de perlas, pero vamos a ser egoístas y meterles presión a la banda: con un álbum como este “Arrelats” que no se le ocurra a los miembros de la banda tomarse ni un año sabático ni plantearse un respiro. Álbumes como este son necesarios para la existencia humana. Lo único negativo: que son solamente treinta y cinco minutos, pero… ¡que treinta y cinco minutos!
Puntuación
Nota - 9.5
9.5
Nota
Los buenos vinos, con el tiempo mejoran. Si se pasan en esa espera, se agrían y se convierten en vinagre. Lo mismo ocurre, con las tierras; hay que dejarlas en barbecho, reposando y aguardando a que recuperen su fertilidad. El parón le ha sentado a VRADEMARGK de perlas, pero vamos a ser egoístas y meterles presión a la banda: con un álbum como este “Arrelats” que no se le ocurra a los miembros de la banda tomarse ni un año sabático ni plantearse un respiro. Álbumes como este son necesarios para la existencia humana. Lo único negativo: que son solamente treinta y cinco minutos, pero… ¡que treinta y cinco minutos!