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[CRÍTICAS] BEARTOOTH (USA) «Aggresive» CD 2016 (Red bull records)

Beartooth - Aggressive - web

Por Titus Ferrer Bellés

Escribir sobre un grupo que te gusta (mucho) siempre es un placer. Pero a su vez añade un grado de complejidad al desarrollo del texto, pues el cariño y la devoción pueden ser fieles amigos, pero son armas de doble filo a la hora de tratar de ser objetivo.

Por suerte, en este segundo trabajo, confirmación de que el éxito de su primero no fue un golpe de inspiración transitoria, si no que siguen teniéndolo. Y no hablo de ninguna clase de tecnicidad, complejidad, o elemento que los haga únicos. Por qué BEARTOOTH no pretenden ir más allá de lo que proponen: metalcore directo de temas para el recuerdo. Y eso si lo tienen. Son en un 95% de su totalidad incapaces de escribir un tema que no pudiese ejercer de single. Y eso señores, podrá ser sencillo, pero no es fácil.

Por suerte para un servidor, a la hora de escribir sobre ello, los ‘toof’ pese a seguir por su camino han evolucionado un poco su estilo. Fieles a su esencia, pero sin hacer que el álbum se sienta en exceso continuista. Peligro especialmente destacable en grupos que basan su sonido en formulas cerradas. En ese aspecto salen airosos sin despeinarse.

Lo que sí que parece haberse desgastado un poco con el roce del camino es aquella agresividad (Curioso como poco) tan pura y espontanea del primer trabajo. La voz de Shomo gana enteros en cuanto a técnica y ejecución, pero no se siente tan turbia y desgarrada como lo hacía en “Disgusting”. Aquel temor a que en cualquier momento una de sus cuerdas vocales iba a resbalar del sobreesfuerzo le daba muchísima personalidad a la propuesta. Y la hacían aún más directa y sincera. En este caso la producción se encarga de crear una suciedad más artificial, que a su vez, tratándose de un disco menos abrasivo pesado, juega a su favor. Lo echemos en falta o no.

Lo que sí que no ha cambiado en absoluto es su interés por la rebelión y la abolición de la injusticia diaria. Desde un contexto absolutamente personal (Politiqueos quedan fuera del espectro) siguen gritándole a un mundo que no parece haberles tratado muy bien. Todo ello desde un punto de vista muy juvenil, que no hace más que sumar a la imagen de ‘Troubled kid’ que Shomo parece buscar. A poca distancia queda la rebelión contra el abuso escolar de “Beaten in lips” de la épica (que a su vez recuerda también un poco por lo intenso de su estribillo) de “Loser”. Letras que apelan al despertar de aquellos que hayan sido censurados alguna vez en su vida. En este sentido la conexión con el público estoy seguro de que volverá a ser tan directa como lo fue la vez anterior.

Pese a los cambios descritos, a medida que crece en escuchas, uno se da cuenta de que “Aggressive” es un disco más parejo de lo que parecía. Pues por ejemplo “Burnout” (De lo mejorcito del álbum) puede recordar en lo sincopado de sus ritmos y en lo intensísimo de su estribillo a la querida “Body bag”. O más sencillo aún es darse cuenta de que la apertura del disco con el tema homónimo recuerda mucho a la estrategia que tan bien les funcionó abriendo el “Disgusting” con uno de sus más grandes alegrías como es “The lines”.

Dicho homónimo, por cierto, abre el disco directamente desde uno de los puntos más altos que este alcanza, pues “Agressive”, de la que ya pudimos disfrutar hace unas semanitas, video incluido, es uno de los temas que más jugo le saca a la voz de Shomo, y que a su vez sirve de despedida de “Disgusting”, pues directamente podría formar parte del mismo. Parece casi un tema producido aparte, pues hasta el trabajo de mezclas se siente distinto. Mas ostentoso, pero a su vez mas sucio. Me parece destacable, y más cuando el tema siguiente es uno de los más representativos de su nuevo estilo. Con una voz rasgada a medio camino entre el gutural extraño y una clara voz ronca bastante desconocido para los fans, “Hated” vendría a ser la “One more” del álbum. Pero pese a ser, como digo, de las más representativas no llega a ser de las más destacables.

Ya he destacado “Loser” como uno de los puntos álgidos en el terreno narrativo, pero en vez de quedarme ahí, me gustaría destacarla también como una de las mejor escritas. Uno de los estribillos más melosos pero más intensos y pegadizos, solo anticipados por preámbulos que conforman algunas de las partes más brutas del disco. Construida en su totalidad como el que posiblemente sea el caballo ganador para un servidor.  Amén de la buena pareja que hace con el tema al que pasa testigo: “Fair weather friend”. Ambas de estructura similar pero con una guitarra más metalera en las partes más graves de esta segunda.

Ciertamente, sin desmerecer a la segunda, es cierto que la primera parte del disco es, como poco, la más intensa e inspirada. Pues acto seguido entramos en otro de los hits: “Burnout”. Esta vez de carácter más rabioso y contrastado. De nuevo la fórmula habitual, pero con un contraste entre parte oscura y luminosa más acentuado. El estribillo consigue momentos de vertiginosa altura, y además vuelven esos cambios de registro a media frase en la voz de Shomo que tanto nos engatusaron ya en “The lines”. El breakdown es, por cierto, marca de la casa.

Volvemos a la melodía y esta vez el ambiental. De nuevo lo intenso y los picos altos son protagonistas de un tema también con gemela. Y esta sería “In between”. Misma técnica. Mismo esquema. Igual de potente sin necesidad de cerrarse a un público más concreto. En ciertos lugares a temas como este le llaman radio friendly.

“Censored” se abre camino gruesa, guitarrera y con toneladas de groove. Uno de los temas más hardcore-punk del disco, con mucho eco de los BEARTOOTH originales. Esta gustará especialmente a los que añoren la brutalidad del primer disco.

Y cruzada esta línea, nos adentramos en la parte menos destacable del disco. Es una lástima que se cometan estos errores de distribución, pues al final uno acaba teniendo la sensación de que los discos no están completos cuando a base de escuchas empiece a suprimirse el tramo que menos guste. Y que conste, que este tramo final no es como para suprimirse, pero si es cierto que no está tan arriba como lo estaba el primero.

La cosa se inicia con el que es para mí el peor tema del disco: “Always dead”. Un tema que se me hace simple. Que aporta poco más que brutalidad para aquellos que les tildarán posiblemente de vendidos por suavizarse. La razón por la que posiblemente no me guste es que me da la sensación de que está ahí para compensar. Como si ellos tuviesen que demostrar algo. Y no señores, no deben.

Suerte que “However you want it said” vuelve a subir el listón, presentándose como el mejor tema del peor tramo del disco. Espero que no sea tratada con indiferencia solo por estar colocada en tal posición, pues no la merece. El impulso de la batería a modo casi de fanfarria lanza el tema a un estribillo melódico y veloz al más puro estilo “Keep your american dream”. Además el tema contiene unos  coros que sinceramente, dada la fórmula del disco empezábamos ya a echar en falta.

“Find a way” tiene todos los componentes para ser un tema modelo, pero sin embargo no parece conseguir llegar a donde se plantea. Pasa algo parecido a lo comentado con “Hated”. La teoría es perfecta, pero en cuanto a la práctica la cosa no parece funcionar tan bien como parecía por escrito. Eso sí, el breakdown bailongo final es ya otro cantar. Y los ecos melódicos previos a los estribillos hacen que merezca la pena que haya terminado formando parte del disco.

De “Rock is dead” quiero destacar, aparte de lo agradablemente cómplice de la letra (If rock’n roll is dead you can kill me right now. Amén amigo Shomo. Count me in.) el especialmente buen trabajo a las baterías y el breakdown final a base de riffazo de guitarra ultra distorsionada. Ese pequeño homenaje a las cuerdas en el que basan el tramo final hace el tema especialmente entrañable.

Y al igual que hicieron con el tema homónimo de “Disgusting”, de nuevo han elegido cerrar el álbum con un tema de extraña belleza sucia, que en este caso me parece que funciona mucho mejor. “King of anything” entra mucho mejor que su predecesora. Manteniendo el concepto de la disonancia igual de potente se hace más agradable a la escucha, y funciona mucho mejor como cierre. Pese a que yo creo que funcionaría aún mejor como interludio a medio disco.

Espero que me disculpéis por mi esmero en comparar. Pero me parece especialmente curioso como BEARTOOTH han sabido jugar así de bien sus fichas, creando recuerdos distorsionados de el trabajo que tantas alegrías les dio y del que a tanta gente le costará desprenderse. Por mi parte yo aplaudo esta evolución, pese a que dé como resultado un disco algo menos completo, pero sin duda al nivel de las expectativas. Y sin duda me alegro de tener la confirmación de que “Disgusting” no fue un golpe de inspiración transitoria.

Ahora que alguien nos los traiga por aquí, por el amor de dios.

Beartooth - Aggressive - pict

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