Por: Lluís García Sola
Tras unos años peleando para lograr ver hecho realidad este debut discográfico de RABIA PÉREZ, aquí tenemos el resultado de ese duro trabajo. Un álbum autoproducido, con un sonido más que aceptable, y que sienta las bases de la propuesta musical del grupo. Una notable carta de presentación, con 13 temas de Hard Rock/Heavy Metal directo, sin alardes virtuosos ni complejas composiciones, pero efectivo y pegadizo.
“Prisionero” arranca con fuerza, gracias al riff de guitarra de Gabriel Peñasco, que también cumple la labor de la grabación y arreglos del disco, y un estribillo sencillo pero pegadizo, con unas armonías que recuerdan a unos JUDAS PRIEST o el sonido de la NWOBHM. El desamor llega de la mano de “Romper a Llorar”, con una acertada melodía y una letra que le aleja del típico tono pomposo de las baladas y canciones de amor del género. El trabajo lírico sigue haciendo gala en “La Historia de Fermín”, un relato sobre alguien que pierde todo en su vida y ve como su vida se desmorona ante si. Una desgraciada realidad en la que nos toca vivir… Un tema de calidad con una parte instrumental muy a lo IRON MAIDEN.
En “Mentiras” la vocalista Rabia Pérez sigue demostrando su estilo y registro vocal, a la par que sus historias cotidianas y letras personales, que encajan notablemente con la labor instrumental de la banda. Personalmente me quedo con “País Sin Maravillas”, buen corte con una visión de nuestro mundo muy distinto al que tendría la inocente Alicia. Gran solo y trabajo de guitarra, que demuestra el amor que Gabriel (e imagino que el resto del grupo) debe sentir hacia la doncella de hierro. El lento despertar de “Despedirme” apenas dura unos segundos antes de desencadenar en uno de los riffs más duros del disco y una crudeza que no habíamos visto hasta el momento, con un solo de guitarra de gran calidad.
Seguimos con “Tus Deseos”, quizás uno de los cortes que menos me convence y que más tiene a pulir, aunque sigue el esquema oído hasta el momento. El aire más rockero se manifiesta en “Esta Vida Es Una Ruina”, con un bajo y una batería, a cargo de Victor Moreno y Sergio Telón de Acero, respectivamente, marcando el compás. En “Dime” recuperan en algunas partes sus tonos más cálidos y pausados, hasta desembocar en un frenético y eléctrico final increscendo al que nos vemos arrastrados por los contundentes acordes de Gabriel y Jorge Baeza a las guitarras, y la voz de Rabia escupiendo desamor. Con esa misma intensidad atacan en “He Regresado”, que posee buenas cualidades pero en el que el trabajo vocal, especialmente en los coros, se tendría que pulir un poco más, ya que potencial no les falta y tienen uno de esos temas con los que venirse arriba en directo.
El tono más melódico vuelve a apoderarse del disco con “Dulces Secretos”, con constantes jugueteos por parte de las seis cuerdas pero que tiende a repetirse en exceso hacia el final del corte, abusando del estribillo. Por contra, “Condenada” nos muestra su mejor versión, tanto a nivel instrumental como lírico, con una letra sobre el maltrato que aún le otorga más rabia y fuerza. Un riff muy thrasher que sigue bebiendo en su conjunto de las aguas de la NWOBHM con un toque castizo. Se despiden con “Noches de Leyenda”, una buena dosis de Heavy Metal, con varios arreglos que le añaden sonoridad a la composición y distintos cambios de ritmo que sirven para poner rubrica final a un notable debut. RABIA PÉREZ sientan unas buenas bases con su álbum homónimo, con las ideas muy claras, y con detalles de producción y composición que con un ligero pulido les haría dar un paso de calidad que tienen más que a su alcance. Y ahí estaremos para verlo. Si te gustan bandas como JUDAS PRIEST o IRON MAIDEN, fusionadas con nuestro Rock, sencillo y directo, y letras personales, no dudes en acercarte a su propuesta.
