HOLOCAUSTO (BRA) «Diario de guerra» CD 2019 (Nuclear War Now! Productions)
La historia me alcanza, por suerte, para traerme buenas nuevas de ese pasado que, al terminar los veranos, siempre me encontraba con regalos de un amigo que me traía cintas de sus viajes. Era el año 1989 y el regalo fue un recopilatorio con bandas de Metal de Brasil. Un recopilatorio había nombres como RATOS DE PORAO, SEPULTURA, VIPER y, claro, HOLOCAUSTO banda que este año que se acaba ha editado nuevo trabajo, “Diário de Guerra”, luego de más de una década en hibernación. Un disco que nos pone en la realidad más cruel, realista y sincera que estamos viviendo… desde hace decenios, y que se remonta a los verdaderos orígenes de esto que hoy llamamos “Metal Extremo”. La grabación es cruda, como si fuera en directo, cuesta apreciar matices y profundidad en los dos tramos que parece estar dividido. Conociendo un poco el pensamiento de “la vieja guardia” (a nivel mundial por lo que se ve) se reniega de los recursos tecnológicos para masterización, mezcla o, incluso, grabación. No hablo de auto-tunes o porquerías por el estilo, simplemente la actitud de “¡cuando yo era joven grababa en cinta abierta en 30 minutos!”, pues un poco así suena, pero no por ello, cuando la potencia y las canciones son buenas se debe despreciar el disco. ¿Se hace intolerable y se pierde la idea, el hilo? No. “Old School Metal”, o morir con las botas puestas, es un estilo de vida y “Diários de Guerra” es un claro ejemplo de ello.
Obviando este detalle pasamos al disco en sí: el mensaje, la idea, la denuncia, es poner una banda de sonido a los conflictos armados que rodean el Globo, hoy y siempre. Un track de obertura con un oficial de las S.S. que nos pone los pelos de punta es la invitación perfecta para la despiadada interpretación que es la esencia del trabajo. HOLOCAUSTO sin artilugios pone toda la carne al asador desde las primeras canciones “Holocausto” y “Refugiados – soluçáo final”. Descarnados en sí tanto por el nombre como por la furia que pone toda la banda, es la misma potencia que los mantiene vivos por más de 30 años. Es pureza de Black-Metal y un toque de Speed, con esa distorsión bien manejada y el germen, el bacilo, de lo que años después SEPULTURA convertiría en “Chaos A.D.” o “Territory”, sí, así como te lo cuento. Lo que en aquel entonces se llamaba “War Metal”, sonido creado, justamente, por HOLOCAUSTO No hay descanso, así nos mantenemos en un largo recuento de tragedias, la voz nos va narrando los eventos más bajos de la raza humana, y la música suena acorde a esas sensaciones. El ecuador del disco trae un pause, de nuevo un discurso con tono marcial que nos abre las puertas a un cambio de tonos y estilo. Ya el thrash es más melódico, y armonioso incluso; pero en ningún momento baja la velocidad. El sonido mejora un poco, pero el desprecio de la voz no. Canciones como “Diário de Guerra” o “Pelotáo da Morte” son las joyas por los riffs abundan haciendo más entretenido y menos angustioso el mensaje, la idea. La batería toma un nuevo aire para interpretar de modo diferente esta sesión final. Cierra un “outro” descarnado, que nos hunde aún más en la visceral experiencia que es escuchar canciones veloces y oscuras como “Zona de conflito (faixa de Gaza)” o “Símbolos de discordia”.
El sonido es marca registrada de HOLOCAUSTO, se auto-denominan como la primera banda de “War Metal”, no es que sean monotemáticos, es su sonido personal, su creación. Si nos remitimos a los orígenes más recónditos del Metal Extremo en Sudamérica, tenemos que hablar de ellos, quienes suenan como quieren, sin descanso, con fuerza y leves variaciones en los cambios de tono, no se hace monótono, al contrario, manejan la versatilidad en perfecta comunión con el mensaje. “Diário de Guerra” es un nuevo lanzamiento de la banda, tocando tal y como lo hacían en sus orígenes. No apto para nuevas generaciones que no comprenden que un disco es un concepto, no una mera conjunción de canciones editadas en un ordenador.
[Review: Sebastián Abdala]
Nota - 7
7
Nota
“Diário de Guerra” es un nuevo lanzamiento de la banda, tocando tal y como lo hacían en sus orígenes. No apto para nuevas generaciones que no comprenden que un disco es un concepto, no una mera conjunción de canciones editadas en un ordenador.